Ojitos


Por José Joaquín Beeme

   Yo creo que dibujo ojos, no me canso de hacerlo, porque me atosiga su embrujo, más si habla en mujer, y porque un día me heló que sajasen uno en la pantalla, pasen y vean lo que bulle ahí dentro.

   Luis Buñuel, mi paisano, ha sido tornasol de mi vida, desde su aventura vanguardista y republicana hasta su travesía mejicana y su reconocimiento francés y último. Recordaré los primeros carteles para el cineclub Gandaya, del amigo y contertulio Alberto Sánchez Millán; sus películas revisitadas con mi hermano en ocasión del centenario de su nacimiento (2000), o el cartelón con que anunciamos el estreno del documental A propósito de Buñuel, en el zaragozano cine Palafox, donde cambiamos ideas y proyectos con Javier Rioyo y José Luis López-Linares, sus directores.cambiamos ideas y proyectos con Javier Rioyo y José Luis López-Linares, sus directores.

   En la exposición Mis directores favoritos, que itineró desde Ámbito Cultural, le alineábamos a Orson, Federico, Billy, Woody, Alfred, Stanley, tantos que nos desaforaron la mirada, el horizonte, la fantasía de chicos de barrio. He participado en congresos de cine, literatura, surrealismo en el Museo de Teruel, en los que don Luis entreabría (o no) su enigma, y presentado el libro El cine del aislamiento, de Martin F. Norden (traducido por mi amiga Isabel Comps), en el Centro Buñuel de Calanda, adonde fui (sustituyéndome al profesor Sánchez Vidal) invitado por la ONCE, cuyos animadores —»¡cuánto me alegro de verte!»— me abrazaron con buñueliana retranca. El periodo mejicano del maestro, madrugada a madrugada, me dio un ciclo deslumbrante e insomne los lunes de La 2. He ligado los sueños de Lynch a los del calandino y desmenuzado la viridiana de Ozpetek. Y recientemente he tratado de homenajear su ensayo canario-mejicano sobre los celos al retratar a Don Quiterio, compañero de cinefilias. Por último, primero en mi corazón, ese Nazarín del Lago que me nació con alboroto de risas y murciélagos y con el que he trazado, cámara en ristre, unos cuantos garabatos, levanta conmigo la piña heroica de los olvidados.

Una página para ojear: http://www.emimendoza.com/mexcolanza.html

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