EL MAESTRO QUE PROMETIÓ EL MAR: ¡Qué difícil es ver el mar desde Burgos!


Por Rafael Gabás

      El maestro que prometió el mar gira en torno a la figura de Antoni Benaiges, un innovador maestro de Montroig (Tarragona)  que en 1935 fue destinado a un pueblo de Burgos para dar clase a más de una docena de niñas y niños.

    Por medio de saltos en el tiempo entre 1936 y 2010 la directora nos presenta dos tramas, la actual en la que la bisnieta de un desparecido busca los restos de su bisabuelo viajando hasta una fosa común de un pueblecito de Burgos y la del pasado, la del propio maestro que viaja a su nuevo destino con ilusiones, con afán de cambiar los métodos pedagógicos que se habían mantenido durante siglos: la letra con sangre entra.

     El espectador asiste en silencio al desarrollo de los hechos, abrumado, con las emociones a flor de piel; ha sabido Patricia Font transmitir la sensibilidad, la vitalidad y la desbordante honestidad del protagonista, ha sabido también transmitir la ilusión de los niños que ven ante sí un mundo nuevo. Font ha sido capaz de sacar petroleo al guión, la fotografía a su vez es cuidada, la puesta en escena es excelente y son magníficos los juegos de luz: luminosidad frente a tonos oscuros.

    No obstante, el ensamblaje de Pasado y Presente resulta un tanto forzado, asistimos a la historia del maestro pegados a la pantalla, Font nos presenta la trama del Pasado con habilidad y precisión, con un Enric Auquer que nos ofrece, quizá, la mejor interpretación de su carrera y todos nos vemos reflejados en los niños de la escuela; sin embargo cuando nos trasladamos al momento actual el ritmo narrativo flaquea, los actores aparecen algo desganados y Laia Costa no convence en absoluto en un papel en el que parece interpretarse a sí misma: Dos mitades de difícil ensamblaje y muy desiguales.

    Hay momentos entrañables y que sacuden emocionalmente al espectador, como cuando el maestro se lleva a vivir con él a un alumno cuyo padre está encarcelado; la magia de una imprenta; cuando enseña a escribir a ese mismo niño convenciéndole de que es la única manera de comunicarse con su padre; cuando les promete ir a ver el mar … El mar será muy ancho (Natividad), en el mar habrá más agua que toda la tierra que yo he visto (Severino), tengo un poco de miedo porque me voy a ahogar (Lucía).

    Además de Benaiges (33 años), se calcula que alrededor de mil maestros y docentes fueron asesinados tras el golpe y durante la guerra incivil y otros 25.000 fueron inhabilitados a perpetuidad (Antonio Machado, por ejemplo); los ideólogos fueron José María Pemán, Antonio Vallejo Nágera y Juan José     López Ibor.

     Una película emocionante por su honestidad, que nos obliga a pensar y que recordamos durante días, todo lo contrario a la mayoría de ese cine plano y conformista que olvidamos dos minutos después de abandonar la sala. No llega a ser La lengua de las mariposas pero es una referencia inevitable.     Un trabajo que ayuda a reflexionar acerca de la importancia de los Derechos Humanos fundamentales, la transmisión de valores y principios, la necesidad de una pedagogía significativa e integradora, la importancia de la memoria, la importancia de la Historia para conocer el presente y afrontar el futuro, etc.

Hay olvidos que queman y hay memorias que engrandecen…

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