Por Fernando Gracia Guia
c Siguiendo el consejo de un amigo he visto en v.o. HASTA EL FIN DEL MUNDO, de Viggo Mortensen. Me advirtió de que hablan en varios idiomas, lo que le hace aún más necesario oirla tal cual ha sido pensada.
Y así he hecho, expectante ante la nueva obra de este hombre, que ha copado en esta producción un buen número de labores. Y debo decir que la impresión ha sido francamente favorable. Tras unos minutos para situarme, su aroma a cine clásico me ha atrapado y ya no me ha soltado.
Sin abandonar lo que podría ser tomado como clichés del género, construye una historia sencilla, contada en dos espacios temporales, con pocos tiros, con una bellísima historia de amor y un toque que hay quien ha calificado de fordiano, pero que a mí me suena más a Hawks.
Todo ello adornado por un excelente uso de los espacios abiertos, un elenco impecable, con nota muy alta para Vicky Krieps, y con la presencia -oh, agradable «casualidad»- de Danny Huston, hijo del gran John.
Habrá quienes la calificarán de lenta, a mí no me lo ha parecido. Simplemente no es apresurada. Y habrá quienes, pensando que los westerns deben ser al estilo spaghetti, no gustarán de esta película. A un servidor le ha parecido un producto muy notable.
¿El nuevo Eastwood, como algunos dicen? Habrá que esperar, que el bueno de Viggo solo ha dirigido dos, y de momento sus productos vienen a ser algo así como indies. Lo que sí parece apreciarse es que tras la cámara es cualquier cosa menos vulgar.
