Por Don Quiterio
Se ha celebrado en Zaragoza una nueva edición –y van diez- de Zinentiendo, y sus organizadores lo defienden a través de aquello en lo que creen, es decir, el transfeminismo, la superación de la dicotomía del género construido, la libertad de los deseos, los afectos y las sexualidades.
Este año se han podido ver cortos, largos y documentales de reciente producción y de nacionalidades procedentes de España (‘Moiré’, ‘El viaje de Carla’, ‘Ella’, ‘Naufragando a los treinta’, ‘A escondidas’, ‘Hacia una primavera rosa’), Chile (‘Naomi Campbell’), Australia (’52 martes’), Filipinas (‘El último chachachá de Anita’), Alemania (‘Reyes del porno’, ‘Sanadores de la homosexualidad’), Rusia (‘Niños 404’), Nueva Zelanda (‘Intersexion’), Francia (‘Chicos como nosotros’), Brasil (‘Flores raras’), Argentina (‘Un día gris, un día azul: igual al mar’), Irlanda (‘Butterfly’), Italia (‘Fuoristrada’), Eslovenia (‘Queer Artivism’), Suecia (‘Folkbildningsterror’), Inglaterra (‘For Dorian’, ‘Pelirrojos’) o Estados Unidos (‘Primera pista’, ‘El amor es extraño’).
Cineastas como Susan Sullivan, Bruno Barreto, Silfrid Andrea Bernardo o Luciana y Melina Terribili ahondan en la temática lésbica. También se han podido ver filmes de temática gay dirigidos por Rosa Von Praunheim, Ira Sachs, Rodrigo Barriuso, Mikel Rueda, Patric Chiha o Antonio Da Silva. La temática transexual ha venido firmada por realizadores como Nicolás Videla, Camila José Donoso, Elisa Amoruso, Stuart McLaughlin, Sheila Coto, Estefanía Cortés, Juancho Bañuelos o Fernando Olmeda. Y otras temáticas (queer, bisexual, intersexual…) vienen precedidas desde las miradas de Sophie Hyde, Grant Lahood, Masa Zia Lenardic, Anja Wutej, Mario de la Torre, Askold Kurov, Pavel Loparev, Oda Lambrecht o Christian Deker.
Todos ellos son relatos de amor y desamor, de afectos, de deseos, de sufrimiento personal y de pequeñas victorias. Testimonios, en fin, de gente valiente que grita al mundo su orgullo de ser diferente, de espacios en los que esa misma diferencia supone un peligro de muerte, de situaciones en las que el silencio y la clandestinidad son una estrategia de supervivencia. En su diversidad afectiva y formal, reflexiva y creativa, el conjunto de obras de esta décima edición de Zinentiendo ha sido bastante notable, siempre con la atención de normalizar las diferentes sexualidades de un modo que merece la reflexión o la curiosidad de todo tipo de espectadores.
Entre todas las propuestas, ‘A escondidas’ (2014) se erige en una de las mejores obras de la muestra. El largometraje del bilbaíno Mikel Rueda nace a partir de su experiencia en el corto ‘Cuando corres’ y habla de inmigración, adolescencia y homosexualidad, una historia de amor entre dos chicos a una edad temprana. Parece que determinados sectores de la sociedad se rasguen las vestiduras, no se sienten cómodos, ciertamente, si se habla de homosexualidad por debajo de los dieciocho años. La película, en la que los dos protagonistas no son los únicos que se esconden, reflexiona sobre, esto es, los prejuicios, la desigualdad de oportunidades o los abusos policiales. Un filme sumamente sugestivo y muy bien narrado.
Y aunque el nivel de esta muestra ha sido por lo general bueno, también merecen un aparte ’52 martes’ (2013), de la australiana Sophie Hyde, y ‘Joven y alocada’ (2012), de la chilena Marialy Rivas. La primera es la historia de una adolescente cuya madre decide cambiar de sexo, un hecho que las convierte en compañeras de un proceso de asentamiento de nuevas identidades (la madurez, la masculinidad). La segunda gira en torno al despertar lésbico de una muchacha de familia evangélica cuya personalidad rebelde y hormonada se retrata con un estilo visual cercano al mundo de la publicidad, de donde procede la realizadora.
Con todo y con esto, diez ediciones como diez mandamientos de una muestra diferente que aboga por la libertad de los deseos, los afectos y las sexualidades. A seguir.
