Saura ‘vuelve’ a Berlín


Por Carlos Calvo

   Tres amigos de los suburbios de Madrid se dedican a robar coches y a atracar bancos.

    Uno de ellos se enamora de una camarera con la que comienza una relación. Esta se unirá al grupo y participará en los robos a mano armada, cada vez más arriesgados, para dejar atrás el ambiente marginal en el que viven. Entretanto, los cuatro llevan una vida apática donde únicamente se dedican a ver pasar el tiempo, disfrutar de su compañía y utilizar las drogas como vía de escape. 

   Puede pensarse que ‘Deprisa, deprisa’ (1980) marca un antes y un después en la filmografía de Carlos Saura, pero se trata, en realidad, de una vuelta a los orígenes. En efecto, el cineasta oscense rueda la película veinte años después de su ópera prima, ‘Los golfos’, otra crónica de un grupo de jóvenes que quieren huir del entorno en el que viven por la vía de la delincuencia. De alguna forma, Saura quiere retratar los cambios que sufre la sociedad española en el transcurso de ese tiempo contando a grandes rasgos la misma historia, solo que en esta ocasión protagonizada por verdaderos delincuentes reclutados en barrios periféricos de la capital y en los que las drogas tienen un papel mucho más terrible.

   Ahora, el festival de cine de Berlín, en su edición número setenta y cuatro, homenajea a Saura, cuando se cumple un año de su fallecimiento, y pone el foco en su legado con la proyección de la versión en 4K de ‘Deprisa, deprisa’, ganadora del Oso de Oro en 1981. La película es la primera cinta española en participar en la sección Berlinale Classics y ha sido sometida a un proceso de restauración a partir del negativo original de 35mm. Para esta ocasión, va acompañada de un nuevo cartel que se basa en el póster original realizado en su día por Cruz Novillo. Así, David Rodríguez Losada y Jorge Luengo, miembros de ‘La Residencia’, han elaborado un diseño alternativo a partir de una icónica escena de sus protagonistas. Además del cartel, han creado un nuevo tráiler expresamente para el certamen de la capital alemana.

   El filme puede considerarse como una versión de autor de ‘Perros callejeros’ (José Antonio de la Loma, 1976), porque si aquella queda como una efectista historia de acción que aparenta abordar la problemática de la delincuencia juvenil, Saura opta, pese a sus ambigüedades, por un creíble retrato humano de los suburbios madrileños de la transición, sin falsos moralismos, una adolescencia caída en los abismos de la droga y la delincuencia, que necesitan conseguir dinero, dinero rápido, y vivir deprisa.

   Con ‘Deprisa, deprisa’, esto es, Saura trasciende este tipo de cine, un subgénero centrado en unos presupuestos claramente comerciales. De hecho, ‘Perros callejeros’ es el inicio de una franquicia sobre la vida de conocidos delincuentes que sienta las bases del denominado cine ‘quinqui’. Pero es un retrato con brocha gorda y protagonizado por actores no profesionales, auténticos ‘fuera de la ley’, menores de edad que se dedican a dar el tirón, asaltar tiendas para malvender las mercancías o atacar parejas en lugares apartados con el fin de desvalijarlas y abusar de las mujeres.

   Un cine chirriante, repleto de persecuciones, sexo, violencia y sensacionalismo, donde la crítica social hace aguas por todas partes, porque aparenta abordar la problemática de la delincuencia juvenil cuando esta no es más que la plataforma para todo lo demás. El propio De la Loma no abandona la gallina de los huevos de oro, todo un filón de nulo interés cinematográfico: ‘Perros callejeros II’ (1979), ‘Los últimos golpes del Torete’ (1980), ‘Perras callejeras’ (1984) o ‘Yo, el vaquilla’ (1985). O Gil Carretero con ‘Chocolate’ (1979), según un relato original del temible Martín Vigil, la historia de una pandilla de jóvenes que llega a Ketama (Marruecos) donde compran un importante alijo de ‘hierba’, regresan a España por Algeciras y cuando ya están en su destino empiezan los problemas.

   También Eloy de la Iglesia reconstruye los temores de la España de la transición a la violencia, los atracos y la inseguridad de la calle, de la paranoia del ciudadano de a pie, el españolito medio, ante el auge de la delincuencia juvenil en la época. Y se mete de lleno en el subgénero con ‘Miedo a salir de noche’ (1979), ‘Navajeros’ (1980), ‘Colegas’ (1982), ‘El pico’ (1983) o ‘El pico II” (1984), películas excesivamente obvias en sus planteamientos e intenciones, casi didácticas y siempre oportunistas y efectistas, explícitas y panfletarias, rebosantes de realidad sucia y marcado carácter folletinesco, que intentan en vano reflexionar sobre la dicotomía entre libertad y seguridad.

   Por el contrario, el realizador aragonés consigue con ‘Deprisa, deprisa’ una gran obra cinematográfica, al igual que hace, aunque ya es otra cosa, Manuel Gutiérrez Aragón con ‘Maravillas’ (1980), protagonizada por una adolescente cuyas vivencias nos llevan a transitar por la cultura sefardí, el ilusionismo y la delincuencia. O Montxo Armendáriz con ’Veintisiete horas’ (1986), al hablar de forma estudiadamente elíptica de los problemas generacionales de la época, principalmente en el mundo de la droga y del desprecio al futuro, mediante la relación de una joven pareja de adictos a la heroína que se trunca trágicamente. O Vicente Aranda con las dos partes de ‘El Lute’ (1987-1988), un intenso drama repleto de aciertos narrativos y ambientales, que recorre la odisea de Eleuterio Sánchez desde sus primeras andanzas hasta convertirse en uno de los quinquis más buscados en la España del franquismo, una especie de enemigo público número uno.

   Sea como fuere, el filme de Carlos Saura -a quien Buñuel le gustaba llamar “El alemán”- queda como un cortante y amargo retrato de unos personajes abocados al desamparo, ahogados en la asfixia social en la que viven. Esto es, cuatro delincuentes juveniles que sobreviven con pequeños atracos ante la persecución incesante de la policía. Y el cineasta oscense sabe plasmarlo con mucho verismo, aroma social y una gran vena romántica y trágica.

   Nacionalidad: España y Francia. Producción: Elías Querejeta. Dirección: Carlos Saura. Argumento y guion: Carlos Saura. Fotografía: Teo Escamilla. Música: Los Chunguitos. Vestuario y decorados: Antonio Belizón. Montaje: Pablo G. del Amo. Intérpretes: José Antonio Valdelomar (Pablo), José María Hervás Roldán (Sebas), Jesús Arias (Meca), Berta Socuéllamos (Ángela), María del Mar Serrano (María), Consuelo Pascual (Sol), Joaquín Escola (el médico), Yves Arcanel (el vigilante), Matías Prats júnior (el locutor), André Falcón (el cajero). Género: drama. Duración: noventa y ocho minutos.

 

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