Motas de polvo

Por José Joaquín Beeme
http://blunotes.blogspot.it/

«¿Y si nuestro mundo fuera sólo una mota de polvo, y unos gigantes nos estuvieran mirando, pensando, manipulando? Creo que eso plantearía serios problemas de libre albedrío.»

Mientras esto dicen, la cámara se aleja abriendo el campo, al tiempo que, en vertiginosa sobreimpresión, el fantasma de un claymator acciona sobre las figuras de dos hombrecillos del tamaño de un palmo. Esta es, al final de Los boxtrolls, una proclamación de mayoría de edad de la animación a paso de manivela; no que hiciera falta, pero los creadores de la Laika, escondiendo el guiño entre los títulos de crédito, sirven a los estudiosos o apasionados del género un buen plato de autorreferencialidad y metalenguaje de ribetes filosóficos (de ortoniano recuerdo). Los duendes de caja, entre queso y queso, plantean además interesantes cuestiones por debajo de la tradicional lucha entre el bien (engañoso orden en la superficie) y el mal (no precisamente subterráneo): paternidades alternativas, marginación a las catacumbas del proclamado monstruo, incitación a salir del armario y defender la propia, diversa identidad, big-bang de la enloquecida escalada al poder. Envuelto todo en un steampunk muy victoriano y de muy detallista artesanía, que ya estaba en las novelas, dibujadas, de Alan Snow. Reciente mi viaje alucinante, en Barcelona, al corazón de las Metamorfosis del trío calavera Starewitch-Svankmajer-Quay, no podía disfrutar de mejor corolario.

https://www.youtube.com/watch?v=m2f1tCI9YbY#t=108

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