Desde el diván: ‘La mujer pantera’, de Jacques Tourneur

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Por José María Bardavío

La bañera en donde Irena (Simone Simon) se baña, tiene las patas en forma de garra.

Nacionalidad: Estados Unidos. Producción: Val Lewton (RKO-Radio Pictures). Dirección: Jacques Tourneur. Guion: DeWittBodeen (según un argumento del mismo y de Val Lewton). Fotografía: Nicholas Musuraca (blanco y negro). Música: Roy Webb y ConstantinBakeleinikoff. Montaje: Mark Robson. Realización artística: Albert D’Agostino y Walter Keller. Intérpretes: Simone Simon (Irena), Kent Smith (Oliver Reed), Tom Conway (Doctor Judd), Jane Randolph (Alice), Jack Holt (Commodore), Alan Napier (Carver), Elizabeth Dunne (Miss Plunkett), Albert Spooner (Thomas), Elizabeth Russell (La mujerfelina).Duración original: 73 minutos.

El primerísimo plano la muestra coronada con motivos florales, para luego ascender lentamente mostrándonos la pared frontal de la bañera, el borde doblado del pretil y, por fin, el cuerpo de Irena con la melena ocultándole el rostro, la espalada salpicada por gotas de agua, profundamente concentra, acurrucada, las rodillas levantadas los brazos abrazados al cuerpo, toda ella en posición fetalizante.

Esta descripción visual que arranca en la pata garruda y terrible de la bañera y su conversión final en el cuerpo de la mujer determina en el imaginario simbólico, y en el inconsciente, esa doble personalidad de la mujer pantera. Su conversión ahora desde la bestialidad, a la humanidad, dos dimensiones de su fantástica personalidad que vivían perfectamente separadas hasta que los celos -el marido de Irina se interesa por Alice hacen emerger desde el debajo de esta opción exagerada, pero no tan fantástica, de la condición humana.

La bañera muestra en sí misma, a través de  las patas bestiformes que sostienen el receptáculo, el inconsciente de la bañista. Mientras que, (1) el ocupar la bañera y (2) el baño mismo, refuerzan la idea de tránsito, de re-nacimiento de Irena que acaba de dejar de ser la pantera que acaba de atacar un rebaño de ovejas frustrada por no haber podido asesinar a Alice, a la que ha seguido de cerca pero que la aparición de un taxi, que se detiene a su lado, hace imposible el crimen. Irina hace unos instante pantera acaba de convertirse en humana. Y de ahí la  posición fetal de la mujer en la bañera,  mostrando en su recogimiento e  inmovilidad el estado final de la transformación desde la categoría de bestia al del linaje humano.

Pero el interés del caso consiste en evaluar el por qué de la bañera se ha convertido en el puente, en el de espacio de tránsito, de transformación, de renacimiento del proceso que va desde animal a persona. Como si la bañera, y así lo hemos constatado en otras películas en este blog, ocupara –según contexto- y en el inconsciente colectivo, debería de decirse así , un espacio de nacimiento; un símbolo, un síntoma, una metáfora, una opción alegórica del útero, del principio, del origen mismo de la vida. No es que lo sea, claro, sino que se ha ido convirtiendo, a través del cine, (el mejor depósito del inconsciente colectivo moderno) en el mejor lugar para la r-e-p-r-e-s-e-n-t-a-c-i-ó-n.

Es asombroso descubrir cómo en la masa de pelo que oculta el rostro, y hay que insistir en lo que descubre el verbo ocultar, se organiza el paso y el eje del sentido de la, por otro lado, imposible transformación. La cercanía del pelo de la pantera y el cabello femenino. Es el pelo/cabello y no el rostro (el alma) lo que aquí se exhibe apelando a nuestro inconsciente para de esta forma otorgarle nosotros, espectadores, la inquietud fatal -por fetal- que nos demanda así la propuesta artística del gran Tourneur.

El blog del autor:   http://bathtubsinfilms.blogspot.com.es/

Nota de la redacción: Tenemos la suerte de poder contar en esta sección de cine del Pollo Urbano con la singular  colaboración del amigo, profesor y escritor José María Bardavío.    De su blog: “Las bañeras en el cine” vamos a ir acercando a nuestros lectores amantes del mismo estas apreciaciones sicoanalíticas  de algunas películas  que , sin duda, forman parte de nuestras vidas. Y todo ello se hará a través de este apartado que hemos decido llamar:  “Desde el diván”. Gracias al profesor por su generosidad y enhorabuena a los polleros enamorados del cine.

 

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