El conejo de la Gwyneth / Crista Navarro


Por Crista Navarro.

     Como esta que escribe es más simple que un silbato de la Quiteria, pues ahí que llevo todo el santo día dándole vueltas a la noticia que me ha aparecido en la portada…

…de un insigne periódico, cuidado con las prioridades informativas de algunos medios, a las siete y media de la mañana con el café y la madalena a medio tragar.

     Resulta que Gwyneth Paltrow, esa actriz ganadora del Oscar por Shakespeare in love, creo recordar porque estoy tirando de memoria, que se presentó a recoger ese premio envuelta en un vestido del color del algodón de azúcar que le quedaba requetebién, todo hay que decirlo, se ha vuelto un poquico rara. Los que seguís a las celebrities, aunque sea solo por fisgar, ya sabéis que esto no es nada nuevo, porque la chiquilla ya llevaba tiempo dando alguna pista de que, o bien algo le funciona reguleramente, o se aburre tanto de esta vida loca que no sabe qué hacer pa dar que hablar.

    Total, que me cuenta la noticia que esta mujer ha sacado a la venta unas velas olorosas, hasta aquí todo normal, que yo me echaba Vorago en la preadolescencia para oler como el de Corrupción en Miami, y a mi hijo le he puesto colonia de La Patrulla Canina que, como su propio nombre indica, huele a perro sudadico. Esa no es la cuestión, porque ya se sabe que quien no tiene quehacer con el rabo mata moscas y que con perricas, campanicas. La cuestión es que en el envase de estas velas se indica el nombre del personaje, obvio, y a continuación se especifica que huele a su totín. Tal cual. Exactamente la frase es “Huele a mi vagina”, pero nadie en el planeta utiliza esa acepción para referirse a la parte del cuerpo de la mujer cuando se está hablando de su olor. En el caso de Ms. Paltrow hablaremos de “su aroma”, of course, porque por lo visto lo suyo huele como la mezcla de geranio, cítricos, sándalo y bergamota. Esto último no se yo qué es, pero lo llevan casi todos los perfumes caros. De espárragos no dice ni palabra, y eso que ella es muy de frutas y verduras, pero por lo visto no le causan ningún efecto en su sudoración u olorcico bajuno. Si probara los de Caparroso otro conejo le cantaría. Estoy pensando también que una flatulencia vaginal de estas que te pillan a traición a mitad de coito debe de ser un estallido sensorial para las parejas de esta señora. Qué suerte tienen algunas.

     Digo yo que estas cosas solo le dan resultado a los famosos, porque de pronto el Mercadona saca unas velas Hacendado que provocan el mismo efecto y me parece a mi que se comen los mocos con la copia, pero el caso es que hay lista de espera para conseguir el producto porque se han agotado las existencias, jódete y baila. Que ya me estoy imaginando una visita a la casa de alguna amiga curiosona y algo excéntrica, y al primer efluvio a bergamota que detecte ya voy a saber que el conejo de la Gwyneth está en el aire. Prefiero mi versión con alioli, qué quieren que les diga.

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