Por Natalia Asunción
Hace unos cuantos años, la que entonces era mi pareja estaba convencido de que la sociedad estadounidense era mucho más adulta que la europea.
Su razonamiento era que no se necesita a un “papá estado” para responsabilizarnos de nuestro futuro, debemos ser nosotros los que nos hagamos cargo de nuestra futura pensión, de nuestra salud y educación.
La idea parece lógica.
Siempre, con mucho sentido del humor y cariño recuerdo a mi padre en una conversación ya en sus últimos días:
Mi padre fue un autónomo con dinero hasta que la vejez le hizo tomar malas decisiones que le llevaron a la ruina. Le quedó una pensión paupérrima.
Cuando le pregunté el porqué de aquella triste pensión me dio la explicación; Con lo que bebía y fumaba, no iba a cumplir los 60, para qué asegurarse una pensión que no disfrutaría…
No fue una buena idea, pero era propia, y como tal, fue acatada con dignidad y sin ira.
Elegir. Poder hacerlo. Esa es la cuestión.
No voy a quejarme, ni a dar la razón a mi ex pareja de que un gobierno no debe hacerse cargo de sus habitantes. Opino que no todos estamos en igualdad de condiciones y hay que intentar minimizar los daños a los más desprotegidos.
Pero hay algo que me preocupa desde hace años, y desde cualquiera de los partidos políticos.
El poco interés de rescatar la clase media, que desaparece a pasos agigantados, y el nulo esfuerzo en apoyar al autónomo y a las pymes. Si hay una parte de la sociedad más “adulta”; que se responsabiliza de sus propias decisiones y, además, crea empleo es este segmento de la población.
Muchos autónomos terminan trabajando en multinacionales.
Y los jóvenes cada vez sueñan menos…
