Por Antonio Tausiet
http://tausiet.blogspot.com
Un evento facha necesita una excusa argumental, como el aniversario de la implantación de una multinacional en la región, la gala de entrega de premios a los emprendedores…
…del sector agroalimentario, la visita de sus majestades para arropar fundaciones caritativas, o cualquier sarao relacionado con la tauromaquia, las cofradías, la promoción inmobiliaria o el deporte.
Una vez elegido el tema, se busca un lugar, preferentemente privado pero de financiación pública, como el salón de actos de una asociación de empresarios o algún inmueble inmatriculado por la Iglesia católica. Las intervenciones de las autoridades asistentes, de los responsables del evento y de los homenajeados deben ser vacías y superficiales, y generar aplausos aburridos cada cinco minutos.
Pero lo más importante no es el acto en sí, sino lo que lo envuelve. Primero, los corrillos que se forman a la entrada, en los que los asistentes se ordenan espontáneamente dando la espalda a sus enemigos, para compartir confidencias que puedan herirlos de muerte. Lo mismo sucede en el cóctel posterior, en el que a medida que fluye el vino, las confidencias van pasando de grupo en grupo, generando nuevos cómplices de delitos y nuevas enemistades.
El mantra que se repetirá en público será que el encuentro es plural y abierto a toda la sociedad, refiriéndose con ello a que abarca todas las sensibilidades fachas, desde el centro moderado hasta la ultraderecha. Como este tipo de reuniones convoca a lo más granado de la incultura, los asistentes comerán y reirán encantados de conocerse, luciendo sus mejores galas y voluntariamente ajenos al mundo real.
En este juego de representación social veremos figuras como los políticos de los partidos institucionalistas y sus amigos fascistas; representantes de entidades financieras y del sector empresarial, con los dueños del territorio a la cabeza; cargos intermedios del sector tecnológico, que se presenta como aséptico para dar cobertura a la injusticia social de la brecha digital; y otros charlatanes con corbata que escupirán conceptos como inversión, proyectos, herramientas, talento, impacto, programas, sinergias y anglicismos impronunciables.
No deben faltar los cantos regionales, los voluntarios, la prensa local, las asociaciones de niños con problemas, y si el acto cuenta con suficiente presupuesto, lo cual es habitual, algún representante del mundo artístico que convenientemente remunerado dé lustre de famoseo a la velada.
Al final, del evento facha sólo quedarán unas cuantas fotos de burgueses encantados de conocerse, y alguna reseña por escrito a cargo del plumilla de turno en los medios que adulan a toda esa aristocracia local de chicha y nabo. Con su redacción ampulosa y pretendidamente neutral, justificará la reunión de los enemigos de la gente:
“A la celebración asistieron representantes de sectores muy diversos, como la hostelería, la investigación, el desarrollo y la innovación, la integración de las finanzas y el agroturismo, la logística, el asociacionismo empresarial, la tecnología y las fundaciones, en un evento transversal que cala entre la ciudadanía, agradecida de que los legítimos depositarios de los valores eternos se reúnan para seguir robándoles con la sonrisa en la boca y los recursos públicos a su servicio”.