Plantación secreta de encinas truferas


Por Titina Putina

   La estancia en España de Isabel Gómez, bióloga e investigadora de  la Royal University of Massachusetts (EE.UU.), invitada por el ISSIPU (Instituto Superior de Silvicultura Improductiva del Pollo Urbano), esta siendo  jalonada de múltiples actividades relacionadas con su especialidad: la aplicación a la encina española de  las micorrizas del tipo llamado «ectotrofas»



   Una de esas actividades fue la plantacion secreta de varios ejemplares desarrollados por su departamento en una finca cercana al Instituto para estudiar su aclimatación a la zona en cuestión. La propia investigadora colaborró en sicha plantación por lo que desde aquí le agradecemos el gesto ¡Gracias y felicidades por sus descubrimientos!

    Resumen de la conferencia que la Doctora Isabel Gómez pronuncio en el Salón de Actos de la Chopera del ISSPU acerca de la «Micorrización de Encinas»:

   La micorrización es una simbiosis entre un vegetal y un hongo que se produce de forma natural en la mayoría de las plantas, tanto herbáceas como subarbustivas, arbustivas y arbóreas, pero que desaparece en los ecosistemas degradados por una continua labor del suelo e incendios repetidos, entre otros factores, al agotarse la flora fúngica.

   La presencia de hongos simbiontes en las raíces de las plantas que se utilicen para reforestar ha demostrado ser una técnica que mejora los resultados en cuanto a crecimiento y resistencia de los plantones, y además incrementa la biodiversidad del terreno reforestado.

   Hoy día, una reforestación no puede concebirse sin tomar precaución de que los plantones vengan provistos de micorrizas, es decir, de hongos en simbiosis con sus raíces, tal y como ocurre de forma espontánea en la naturaleza. Planta y hongo, como buenos simbiontes, salen mutuamente beneficiados de esta relación.

   Las micorrizas son un tipo de asociación simbiótica que se establece con las plantas a nivel hipogeo, es decir, bajo el suelo, donde el micelio de un hongo, se relaciona íntimamente con la raíz del vegetal

   En las raíces de la encina las micorrizas son del tipo llamado «ectotrofas», con lo cual la asociación micorrícica se establece en la parte externa de las raíces, y en este caso se forman en torno a las raicillas ciertos engrosamientos, por recubrimiento de hifas libres, que se extienden en el suelo a modo de pelos absorbentes.

   Las micorrizas favorecen a los árboles por varias razones:

-Aumentan el poder absorbente de las raíces, facilitando la entrada de agua y componentes minerales.

-La presencia de micorrizas en las plantas forestales aumenta su resistencia a la sequía, las bajas temperaturas y la pobreza del suelo, sobre todo en las primeras etapas de vida.

-La actividad vital del hongo produce algunas sustancias que estimulan el crecimiento de la raíz, tales como vitaminas y hormonas vegetales.

-La presencia del hongo protege a las raíces contra ciertos microorganismos patógenos del suelo, principalmente mediante la intervención de inhibidores químicos que actúan de modo antibiótico.

-Proporciona además cierto grado de protección frente a los metales pesados contaminantes del suelo.

    Todo ello redunda en un mayor crecimiento de la planta en relación con otras desprovistas del hongo, siendo especialmente importante el relativo al sistema radicular, lo que permite a las jóvenes plantitas de reforestación enfrentarse con mayores garantías de éxito a la dura sequía del verano mediterráneo y permiten también una mayor retención de agua, vital para zonas donde escasea.

   También la aptitud profiláctica de las micorrizas en relación con los principales parásitos de la raíz (Phytoptora, Phytium, Fusarium, Alternaria) ha sido demostrada por varias especies de hongos: hebeloma común (Hebeloma crustuliniforme) y lacaria (Laccaria laccata).

   Los párrafos anteriores justifican la necesidad de conseguir plantas micorrizadas para las reforestaciones, lógicamente con el hongo más apto para cada situación, sin encarecer en exceso el coste de la planta, pero asegurando la persistencia del hongo en el ecosistema.

   Por su parte, el hongo recibe como beneficio los glúcidos necesarios para su metabolismo a partir de la actividad fotosintética llevada a cabo por el vegetal.  

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