Mantenimiento de los almendros sorianos


Por Mirinda Blasquez

Los almendros improductivos que cuida el ISSIPU en Soria reciben las labores propias de mantenimiento y limpieza correspondientes a esta temporada.

   Estos almendros están sometidos a unas pruebas de microrrizo para obtener, durante el mes de Agosto en los alcorques preparados al efecto alrededor de sus pies, unos hongos medicinales denominados Penicillium purpurogenum, patógeno de estos almendros especiales y  cuyas enzimas son utilizadas como herramienta biotecnológica en la industria. De lo que ocurra en esta explotación iremos informando a nuestros lectores.

    Y para todos aquellos interesados en el cuidado de los almendros normales, aquí les dejamos con unos buenos consejos:

 

El ALMENDRO: LABORES DE CULTIVO

El almendro es un árbol bastante resistente a la aridez del medio, pero también para él, como para los demás, el agua absorbida por las raíces actúa como poder limitativo para su producción. Por lo tanto las labores del suelo ha de tender a favorecer al máximo el almacenamiento del agua de lluvia y su conservación durante el mayor tiempo posible (López, 1972). Estas labores presentan doble sentido, eliminar las malas hierbas que ayudan a la desecación del suelo especialmente plantas con crecimiento estival (grama) y crear una superficie mullida y desecada (Queralt, 1987).

Las labores precisas por el almendro se reducen a tener el suelo limpio de malas hierbas y mullido, para favorecer la acción penetrante del agua de lluvia. En líneas generales, las plantaciones de almendro en cultivo único, necesitan por lo menos tres labores al año (López, 1972).

Si se cultiva de secano se precisan tres labores anuales como mínimo, superficiales (10-15 cm con cultivadores), solo la primera será más profunda (15 a 20 cm usando vertedera). Si se cultiva de regadío, todas las labores se harán superficiales (con el cultivador), y se efectuarán después de las lluvias o del riego (Queralt, 1987).

La más importante es la que se da en otoño, con vertedera a una profundidad de 15 a 20 cm, la segunda labor se dará durante el invierno a igual profundidad, pudiéndose, en la de otoño o en ésta, enterrar los abonos los años que se abone, debiendo darse ésta de invierno en algún tiempo después del cuaje de la flor. Por último, en la primavera, se dará una tercera labor de cultivador o grada para destruir las malas hierbas y disminuir con ello la evaporación. En todas ellas se dejará alrededor del tronco un cerco sin labrar de 1.5 a 2 m, con objeto de no herir al tronco con los aperos de labranza, cavándolos después cuando se pueda o lo precisen (López, 1972).

Durante el verano, cuando se precisen por el estado del suelo, deben darse un par de binas con gradas para tener limpio el suelo de las malas hierbas y sin grietas, frecuentes en los terrenos arcillosos después de una lluvia, y con ello disminuir la evaporación, por lo que en estos almendrales en suelos algo arcillosos, es aconsejable, si se puede, dar un pase de grada con el tempero de la lluvia (López, 1972).

Todo este sistema es aconsejable para regadío y con tapete herbáceo que no cubra toda la superficie, sino tan solo una línea entre las filas de los árboles.. …..

Fuente: http://www.monografias.com/trabajos17/almendro/almendro.shtml#labores

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