Goya y Lucientes (don Francisco de)


Por Don Quiterio

  La figura de Francisco de Goya y Lucientes ha sido motivo, directa o indirectamente, de varios documentales de reciente producción. Del pintor fuendetodino se conoce casi todo. Hasta que pudo ser homosexual.

    Aunque, para los amantes del misterio, siempre quedará la duda de por qué el cadáver del ilustre sordo aragonés, que estaba sepultado en el cementerio de La Chartreuse de Burdeos, le faltaba el cráneo. Un hecho que se supo en 1888 durante la exhumación de sus restos y sobre el que el documentalista madrileño Samuel Alarcón (‘La caja de Medea’) intenta arrojar luz en una coproducción entre España y Francia titulada ‘Oscuro y Lucientes’, exhaustiva investigación llena de sorpresas. Cuenta, en efecto, su muerte durante su exilio francés, en 1828. Fue enterrado, esto es, en el cementerio local de Burdeos y nadie desde España, ni siquiera su familia, reclamó su cuerpo. Unas décadas más tarde, el cónsul español en Burdeos, Joaquín Pereyra, encontrará por casualidad la tumba del artista. Y acabó consiguiendo el permiso para exhumar el cadáver y poder trasladarlo a España.

  Se dice que el pintor Dionisio Ferros pudo tener el cráneo de Goya y lo utilizó para crear un cuadro en 1849, cuatro décadas antes de que se descubriera que el pintor de Fuendetodos yacía decapitado. Un lienzo realizado expresamente para el marqués de San Adrián. El cuadro, que está en el museo de Zaragoza, se llama ‘Cráneo de Goya’, pero el título pudo añadirse después para revalorizarlo. El médico aragonés Héctor Vallés ha realizado un estudio forense comparando el cuadro de Fierros con el retrato de Goya que pintó López Portaña en 1826 y las medidas coinciden. Sea como fuere, ‘Oscuro y Lucientes’ reaviva el misterio del robo del cráneo de Goya y aporta teorías. Acaso, sencillamente, la cabeza se habría cortado en el depósito del cementerio de La Chartreuse justo antes del entierro, pues Goya bien pudo haber donado su cráneo para que se estudiase.

  ‘Goya y Buñuel, los sueños de la razón’ es un audiovisual dirigido por Ana Revilla e Ignacio Lacosta en torno a pinturas y grabados de Goya frente a fotogramas, secuencias, documentos y libros del cineasta calandino Luis Buñuel. La idea, cogida por los pelos, es buscar contactos, sintonías y afinidades en la obra de ambos creadores aragoneses. Cuatro expertos (si es que hay alguno) hacen de bustos parlantes: Gonzalo Borrás, Jean-Claude Carrière, Manuela Mena y Agustín Sánchez Vidal (el afincado). Más original resulta ‘Desmontando a Goya’, un falso documental que insinúa que el aragonés era un impostor y su obra la había pintado en catalán. Dirigido por la periodista María de Miguel, se prestan a la broma Domingo Buesa o, para variar, Gonzalo Borrás.

  ‘Goya, siglo XXI’ es un documental dirigido por el granadino afincado en Zaragoza Germán Roda (‘Pomarón y el cine amateur’, ‘Mi papá es director de cine’, ‘Juego de espías’, ‘El papa Luna’, ‘La casa abandonada’, ‘Desmontando la muerte’, ‘Los años del humo’) que juega con la técnica el cine dentro del cine y cuenta cómo la obra del pintor sigue vigente en la actualidad, acaso para demostrar su carácter visionario. Cronista de la sociedad de hace doscientos años, su mensaje, se dice, sigue siendo válido dos siglos después. Roda recoge toda la trayectoria del de Fuendetodos y la influencia en otros artistas, pero especialmente se detiene en las obras que pintó en Aragón, como la de la cartuja del Aula Dei o El Pilar, y las que hizo más allá de los encargos, o sea, pintura de gabinete, dibujos, grabados… Gervasio Sánchez, otro afincado, comenta, en una intervención muy discutible, que Goya, hoy, sería como él, un fotoperiodista que habría reflejado la dura realidad de una sociedad en perpetuo conflicto. Lo que uno no llega a entender es cómo hablando de un pintor no se hable de pintura, de trazos, de color, de la importancia de una disciplina a la que el aragonés trascendió también por la propia pintura. Un auténtico aquelarre, en fin. Y, encima, hablan de Goya con primeros planos de cuadros que no son suyos.

  ‘Pintores y reyes del Prado’, documental dirigido por la italiana Valeria Parisi con guion de la periodista y novelista –también italiana- Sabina Fedelli, es un recorrido por las principales obras de la principal galería de arte en España, con ocasión de la celebración del bicentenario de su fundación, y con breves entrevistas a Miguel Falomir, director de la pinacoteca, y el arquitecto Norman Foster. Producido por Didi Gnocchi, el actor británico Jeremy Irons –narrador y guía de este trabajo, con contagioso y benéfico entusiasmo- recorre las salas de este espacio y se detiene en algunos de los cuadros más conocidos, como ‘Las meninas’, de Velázquez, o ‘Saturno devorando a su hijo’, ‘La boda’ y ‘Los fusilamientos del tres de mayo’, de Goya, para explicar no solo la historia de esta institución cultural, sino acontecimientos importantes sucedidos en España que han sido reflejados en estas obras. Así se refiere al pintor aragonés, su favorito: “Algo le debió pasar al final de su vida porque todo era convencional y, de repente, algo cambió, con la aparición de la magia negra o las relaciones homosexuales”. O a que “todas las artes se ocupan de lo mismo: de la comunicación entre los hombres”. Para concluir: “Las pasiones humanas son las mismas en un cuadro de Goya y en una obra de Shakespeare”.

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