Casi una fantasía / Paco Bailo


Por Paco Bailo

 

“Y mientras,
tras esas ilusiones,
tú marchas a tu paso,
el calendario corre,
y se adelanta, y tú
vas quedándote atrás,
y ya va siendo tarde,
y no llegas, y nunca…”

Miguel d’Ors, 21-1-2020

   Observo la luna llena a través de la ventana, ya cerrada que va refrescando y conviene alejarnos de virus y prejuicios, y por su blanco maquillaje me recuerda a una de esas damas..

…cortesanas del barroco que acabara de cerrar su clavicordio pues el día ha sido armonioso, a la par que me recuerda a estas damas latinas de ajustado pantalón que fregona en mano por nuestros edificios se encargan de limpiar los restos de un día que también ha dejado sus desechos.

     “Claro de luna” no es sólo el sobrenombre de la sonata número 14 en do sostenido menor de Beethoven sino el nombre de la operación de bombardeo que la noche del 14 de noviembre de 1940 destruyó la catedral de Coventry, ciudad industrial en la que desde junio vivía aterrorizada la población civil, y más de cuatro mil edificios, dejando miles de heridos y quinientas víctimas. También había luna llena iluminando el desastre.

    Las ruinas de la catedral se mantienen como recuerdo tal como quedaron tras la destrucción y para estrenar el Requiem de Guerra del compositor Benjamin Britten el 30 de mayo de 1962 se eligió la nueva catedral en la que unirían sus voces una soprano rusa, un tenor inglés y un barítono alemán simbolizando los deseos de paz de los tres países enfrentados en la segunda guerra mundial, proclamando de esta manera las convicciones pacifistas con las que el compositor estaba comprometido.

    Desde el pasado siete de octubre Gaza está siendo bombardeada. Siguen cayendo bombas en Ucrania, como hojas de un segundo otoño cruel, y desde hace veinte años en Irak. Tras las protestas contra el uso del hiyab en Irán el gobierno iraní ha asesinado a cientos de personas. Las ejecuciones formales de los manifestantes se producen. De Yemen y Etiopía ¿quién sabe qué?

     Durante estos últimos veinte años España ha vendido armas a Israel por valor de ciento cuarenta millones de euros. En nuestro país, firme aliado por la paz allá donde no la haya, hay casi cuatrocientas empresas armamentísticas, de las que más de cien se dedican a la exportación, las agrupadas en la Tedae, facturan por sí solas unos 4.900 millones de euros.

    La West-Eastern Divan Orchestra es un proyecto ideado por el músico Daniel Barenboim y el filósofo palestino Edward Said en 1999 para reunir a jóvenes talentos musicales palestinos, árabes e israelíes, así como un foro para el diálogo y la reflexión sobre el conflicto israelí-palestino que ha recibido distintos premios, el Príncipe de Asturias de la Concordia entre ellos, en 2005 pudo dar un recital en Ramala.  Como dice Barenboim “hacer música juntos significa ante todo escucharse los unos a los otros. La música es universal y para todos”

    Para interpretar la sonata “Claro de luna” sólo hace falta un pianista, eso sí, con muchas horas de instrucción, entrenamiento diario y formación permanente, más de las necesarias para manejar bien un arma, tanque o helicóptero, y con otra actitud y voluntad. Recomendables son las versiones de esta obra de Emil Gilels, Claudio Arrau o Wilhelm Kempff. Compuesta en 1802, dura unos quince minutos y también es conocida como “Quasi una fantasia”.

    Casi una fantasía es pensar que se detenga o ralentice este negocio de la guerra que a algunos tanto enriquece, que se invierta más en conservatorios musicales que en exportar armamento, que haya más bibliotecas que salones de juego. Más que una fantasía es creer que vamos a mirar con más deleite un claro de luna que la pantalla del móvil. Una quimera es mantener la esperanza en unos gobiernos que tras sus palabras a favor de la paz desde hoteles de lujo firman contratos millonarios para destruir y a continuación rehabilitar los hospitales y edificios previamente colapsados.

    Dentro de unos años ¿qué orquesta interpretará un Requiem en la inauguración de un hospital en Gaza en un estado palestino? ¿Para cuándo una orquesta sinfónica en los campos del Sahara? ¿La palabra “amnistía” sólo va delante de “juicio” y “prisión” en los diccionarios? La altura de las vallas con concertinas ¿no tiene límite?

    La luna llena visita mensualmente todos estos lugares, intuyo que sobre distintas miradas teñidas de dolor o de esperanza, no hace diferencias. Como la gente que nos saludamos por el barrio, latina, árabe, china, de aquí, de más allá. Hace poco una amiga me decía: “somos barrionalistas”. Me gustó, mi barrio es el mundo, con su luna en todas sus fases, tras la armonía y los desechos de cada día. 

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