La mejor herencia es una buena educación/Alberto Jiménez Schuhmacher


Por: Alberto Jiménez Schuhmacher

     Este es mi primer Pollo. Para los que no me conozcan soy científico y actualmente me encuentro en EEUU estudiando el microentorno tumoral.

    Todo lo que es parte de un tumor pero no son células tumorales (vasos sanguíneos, sistema inmune, etc.). En cierto modo las células tumorales viven rodeadas de un entorno que pueden modificar y que determina su comportamiento.

      A menudo pienso en cómo mi entorno me ha modificado y pienso cómo puedo modificarlo. Entonces creo que me debo estar haciendo mayor, madurando dicen. En las últimas semanas he pensado mucho en la Educación, lo importante que es que sea buena.

     Hace unas semanas, empapado por la melancolía que acompaña al viajar en tren por la costa Este de los EEUU, escribí una carta a todos los profesores que conozco:

“A todos los maestros y profesores que conozco y he conocido:

Os escribo a vosotros porque sois maestros y profesores y es vuestra responsabilidad formar a las generaciones futuras. Estoy en un tren camino de New York, vuelvo de unas reuniones de trabajo en Boston. Siempre que vuelvo de allí, cada vez que entro en sus Universidades (Harvard, MIT,…), siento una mezcla de impotencia, tristeza y rabia reflexiva. ¡Ojala hubiese tenido esas oportunidades!. No puedo quejarme, mis padres siempre han tenido la máxima de que “la mejor herencia es una buena educación”. Me ha ido a pedir de boca y cumplo todos mis objetivos. He trabajado en los mejores laboratorios del mundo y tengo proyectos apasionantes. Pero al estar allí sientes que eso es especial. Ves el tablón de anuncios y te das cuenta de quienes estuvieron ayer allí dando una charla. Las actividades, las materias, las prácticas… Miras los despachos y ves quienes los ocupan y entonces pienso en las horas perdidas por una mala docencia que no voy a recuperar. Pienso en aquellos profesores mediocres o malos que he tenido y me pregunto qué hubiese pasado si me los hubiesen cambiado por unos de aquí. ¿Quién sería ahora? ¿Qué sabría? ¿Cómo hubiese crecido como científico? Pienso en lo fácil que hubiese sido llegar. Luego vuelvo a pensar que soy yo al que invitan al MIT unos de Harvard porque quieren que escuche sus proyectos y les sugiera ideas. Entonces pienso que con mucho esfuerzo y sacrificando muchas cosas he llegado pero me pregunto en dónde estaría España si la Educación fuera de exigencia y calidad. Lo distinto que sería el país. Me acuerdo de vosotros y pienso que tengo que escribiros para deciros que vuestro trabajo es el más importante de todos. De vosotros depende que el mundo sea mejor, que en el futuro nuestra gente esté preparada. Sois la base de todo. Así que ha trabajar duro, porque no quiero que en el futuro un chaval que va en el tren de vuelta a NYC tras darles una charla a los de Harvard vuelva jodido porque se da cuenta de que su país no puede cambiar. Y si piensa en vosotros quiero que sea porque se acuerda de vosotros porque sois buenos y gracias a vosotros hoy vuelve en un tren, jodido, pero muy satisfecho.

       Un beso a todos y a esforzarse aún más.

     Tal vez me estoy haciendo mayor y sigo pensando en ello. ¿Por qué la Educación en España es tan desastrosa? Creo que he encontrado una de las causas.

     Cada comida en el laboratorio en el que trabajo en NYC podría empezar como un chiste: comemos juntos un español, un francés, un alemán y un americano… es lo que tiene estar en un sitio tan internacional. El alemán dice “han pillado a varios políticos que han plagiando fragmentos de sus tesis doctorales”, la francesa dice “nuestros políticos no hablan inglés fluido, da vergüenza”. El americano no sabe muy bien qué decir, todos aman a sus presidentes. A mi se me cae la cara de vergüenza. Pues empecemos les digo (bueno en inglés): Ningún Presidente Español habla inglés (Aznar ha aprendido algo después), con esto “ganamos” al francés. Muy pocos Ministros en la historia de España han sido Doctores (de los de tesis Doctoral), alemán perplejo “habemus”. De los otros doctores, los médicos, también muy pocos. La actual Ministra de Sanidad no es médico, ni la anterior, pero bueno la nueva no ha trabajado en su vida porque ha sido parte del partido desde su adolescencia. En Defensa tenemos a una mujer pacifista y antimilitar (ahí se me echan encima todos menos el Americano, el cree que un tipo duro que ha perdido una pierna en Vietnam entiende más de guerra) que además es independentista catalana. De Ministro de Trabajo a un personaje que la semana de antes de ser nombrado Ministro de Trabajo encabezaba una pancarta en contra de las reformas laborales que ahora le toca acometer. No menciono exministros, exministras o exministres, -is o -us.

     A escalas locales esto puede ser incluso peor. Podemos por ejemplo, hablar de los concejales de cultura en pequeños municipios que no tienen el graduado escolar.

     Estos deciden a dónde vamos. Si nuestra clase política carece de una educación, ¿cómo vamos a pretender que la valoren, la cuiden y la potencien? Entiendo en los conceptos de universalidad, pluralidad, representatividad, etc. … pero ¿no debería exigirse unos mínimos para ocupar determinados cargos públicos?

     Si tienes quince años y ves en la tele (en las pausas de la telemierda) que ese manda y no ha tenido que estudiar y, por otro lado, ves que tu primo con tres idiomas, un doctorado y trabajando en uno de los mejores centros de investigación del mundo cobra en torno a 900-1100 euros, y no le llega ni para el alquiler… la cosa es clara, el listo es el que manda.

     Sin la educación no podremos dejar de pintar coches para pasar a diseñarlos. Parece que aún hay gente que no se ha dado cuenta que hemos dejado de ser un país subdesarrollado, y de mano de obra barata al sur de Europa, para convertirnos en una ‘potencia’. Algún día estas fábricas cerrarán, no serán rentables y tendremos que estar preparados.

El camino es sencillo, empieza con una buena educación y sigue con una buena investigación.

¡Viva la Esteban! «La princesa rosa de España»

AJ

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