Pequeñas reflexiones al hilo del 15-M (I) / Dionisio Sánchez

Por Dionisio Sánchez 

 

    No sé si habréis observado que día a día el movimiento 15-M se va desinflando, sobre todo a partir de la barrida del PP en las municipales.


Por Dionisio Sánchez
Director del Pollo Urbano
dionisio@elpollourbano.net

    Querido amigos, compañeros y camaradas:

     No sé si habréis observado que día a día el movimiento 15-M se va desinflando, sobre todo a partir de la barrida del PP en las municipales. Es decir, parece ser que una de las perspectivas que tenían los organizadores no se ha cumplido ni remotamente. Eso sí, hemos visto (como un efecto digno de mención) que según quien gobierne la aplicación de la ley se relativiza según sirvan dichos actos “ilegales” a la causa o no. Al respecto de este asunto se han consagrado dos amplias clases de ciudadanos: los que pueden tomar la vía pública a su antojo (porque seguramente sirven a un fin determinado) y los que no. ¿Por qué se habrán de pagar ( a partir del 15-M) las multas por mal aparcamiento? Ambos hechos son ilegales pero a unos no se les cobra ni denuncia y al sufrido propietario del coche mal aparcado “unos minutos” le soplan 200 euros que si no los paga activa la consabida maquinaria burocrática que puede llegar hasta el mismísimo embargo de sus bienes…. Curioso.

Cuando yo era joven, el Sr. Sancho, mi profesor que fuera de Geografía en Magisterio, nos enseñaba la “Teoría de los círculos concéntricos” que, en esencia, venía a decir que lo que pasa en tu pueblo, amplificado, sucede en el mundo. (Esto lo exponía mi querido maestro para que entendiéramos que si teníamos que ir a ejercer a un pueblo que no tuviera río, podíamos aprovechar la observación de una acequia, por ejemplo, para explicar a los alumnos cientos de cosas sobre los comportamientos fluviales)

Pues bien. En mi trasiego diario a la redacción del Pollo , he venido observando en unas u otras terrazas reuniones de antiguos ecologistas, veteranos cuadros de movimientos vecinales y alternativos que suelen estar en todas las sopas que se cuecen en la ciudad. Naturalmente ellos no estaban en la acampada pero es casi seguro que diseñaban la logística e instruían acerca de los modelos de participación. Estas humildes élites actuando como una red nacional (que lo son y también internacional) han hecho posible, sin duda, la “sincronización” de las decisiones asamblearias en un lugar tan extenso como lo es España. Así pues no ha de resultarnos llamativo que todos, todos, “absolutamente todos” los grupos “indignados” hayan tomado las mismísimas “mismas” decisiones. No deja de ser peculiar, ¿verdad? ¿Cómo pueden mil o tres mil asambleas decidir lo mismo? Evidentemente porque hay una estructura que las organiza y dirige.

Por otra parte también es significativo que con consignas tan extraordinarias e imaginativas contra la clase política, ( “No nos representáis», «No al bipartidismo, no a una democracia corrupta, abstención», «Lo llaman democracia y no lo es», «No hay pan pa tanto chorizo» etc.) las acciones hayan sido –con la excepción quizá de lo de Barcelona que significó el punto álgido del miedo de los políticos del sistema- pura polvorilla festiva. Se llegó pues hasta lo de Barcelona y en esa jornada de acojono la élite política dirigente dio el portazo: ni un milímetro más. A partir de ahí, se acabó la fiesta. Todos a casa y a seguir con la farra…..en otra parte

     Recientísimamente pudimos leer en el Heraldo de Aragón:

“Las Cortes pactan en secreto una indemnización para diputados en paro. Los diputados podrán cobrar el salario base, 2.967 euros, tantos meses como años hayan estado en el cargo, hasta un máximo de 16. Deberán apuntarse al Inaem, certificar su baja en la Seguridad Social y garantizar cada mes que no tienen más ingresos”.(http://www.heraldo.es/noticias/aragon/las_cortes_pactan_secreto_una_indemnizacion_para_diputados_paro.html)

A este respecto una señora “indignada” escribe el siguiente comentario: “Me parece indignante, en estos tiempos de crisis y en cualquier tiempo. Gentuza que no nos representa y que no hacen más que gastar el dinero a nuestra costa. Cuanto esta habiendo gente que no le queda paro y no le llega para vivir. y nada menos que 2967 euros, no se puede consentir. DEBEMOS SALIR TODOS A AL CALLE”.

Estoy segurísimo, amigos míos, que ningún “perro flauta” aragonés saldrá a ningún sitio ante esta nueva muestra de soberbia y prepotencia de la casta política cercana. Es más, ya se están reuniendo políticos y representantes asociativos para comenzar a pactar el cierre de las bocas de la “humilde” élite que circula alrededor de tanta “indignación”.

Así las cosas, y volviendo a retomar la idea primigenia que un día ya expuse en esta sección pollera acerca de la república perfecta de Platón compuesta por gobernantes y gobernados como esencia de la división social, vamos a refrescar un poquito nuestros bajage en materia de sociología política y vamos a aceptar también que “corresponde a Léon Duguit (jurista francés de finales del XIX y principios del XX, experto en Derecho Político) el mérito de haber distinguido con propósito científico-político entre gobernantes y gobernados. Para el maestro francés, la diferenciación política estriba entre los que mandan y pueden coercionar y los que obedecen. Los individuos que mandan e imponen la coerción (en caso necesario) son los gobernantes. Aquellos que obedecen y sobre los que se ejerce la coerción, en caso de desobediencia, son los gobernados”.

Pero hay más opiniones de interés y de otro contemporáneo del anterior, (escrito 1883) y llamado Caetano Mosca cuando en su Teoría del Gobierno escribe: «Cualquier clase política, de cualquier forma constituida, no confiesa nunca que ella manda por la sencilla razón de que está compuesta por unos elementos que son… los más aptos para gobernar, sino que encuentra siempre la justificación de su poder en un principio abstracto, en una fórmula (que nosotros llamaremos la fórmula política) que dice que todos los funcionarios reciben su autoridad del soberano, el cual, a su vez, la recibe de Dios; eso es hacer uso de una fórmula política. La otra creencia, que todos los poderes tienen su base en la voluntad popular, es otra fórmula.» Y aquí estaríamos en la vertiente socialista del asunto.

Criticando a Comte y a Spencer, Mosca escribe que «es espontáneo y al mismo tiempo indispensable» (ya que los hombres, además de ser producto de naturaleza, son portadores de exigencias imprescindibles de la existencia) que, «donde haya hombres, habrá una sociedad, y donde esté una sociedad, habrá un Estado. Esto es, una minoría dirigente y una mayoría que es dirigida por ella»

Bueno, pues así las cosas, yo creo que hay ya que añadir urgentemente otro grupo importantísimo a esta elemental concepción de la organización social y que hemos descubierto recientemente. Puede que existieran desde los tiempos de Matusalén pero hasta ahora, quedaban ocultos y solo eran conocidos por los “iniciados”. Se trata, amigos, compañeros y camaradas, de “los mercados”. Hasta hace un par de años, casi todos los ciudadanos creíamos que con nuestros impuestos, los gobernantes contaban la pasta, pagaban las deudas, y con lo que sobraba realizaban heroicas y generosas acciones distributivas para que todos tuviéramos carreteras, Sanidad, Educación, etc, etc. ¡Que va! Resulta que su principal papel –el de los gobernantes- era ir a buscar pasta y más pasta a… “¡los mercados!” para endeudarnos hasta las cejas…..Y hasta el Fin del Mundo.

Así pues tenemos gobernados, gobernantes y mercados. Estos últimos parece que son corporaciones amorfas, sin cara, que dominan el fluido esencial que deja la actividad humana: el dinero. Parece ser, pues, que toda organización social, del tipo que fuere, solo tiene un objetivo: que “los mercados” se lleven hasta la última gota de pasta que las sufridas colectividades sean capaces de obtener. Tal vez, entonces, en lugar de ciudadanos gobernados habría que hablar más propiamente de unidades de producción/consumo controladas socialmente por una élite gobernante al servicio de los detentadores del dinero a gran escala: la verdadera élite multinacional. Fuera de ellos, pues, todo son fórmulas, más menos eficientes, de organización social del resto del personal para trincar con el menor coste posible.

Finalmente, y de un modo colateral, vamos a acercarnos a una interesante reflexión de hace casi 200 años formulada por nuestro amigo Mosca, al hilo de los movimientos árabes a los que estamos asistiendo actualmente: “…Sobre las revoluciones contemporáneas, (Mosca), manifiesta su creencia en la función preparatoria de las sociedades secretas y en el papel de los «desplazados», que imagina siempre preparados a lanzarse a la revolución. Pero, naturalmente, es fundamental para el éxito el concurso de las masas, que se mueven sólo en circunstancias especiales, como las crisis económicas”.

A continuación, Mosca asevera: “que la revolución en los Estados modernos únicamente vence si consigue apoderarse de las dos «instituciones» claves: ejército y burocracia. Y vuelve a afirmar su amor por los ejércitos permanentes, concordes con la ley y obedientes a la autoridad civil”.

Queridos amigos, compañeros y camaradas, seguiremos hablando y reflexionando sobre estas pequeñas cosas luego que el Verano nos haya relajado el espíritu y ¡ojala! serenado a los insaciables “mercados”. ¡A caballo! ¡Yihíiiiii! ¡Felices Vacaciones! ¡Salud!

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