Sostenella y no enmendalla/ Mari Sancho Menjón

 
Por Mari Sancho Menjón
http://inde.zaragozame.com

     Pues no, lo de Belloch no fue un calentón y ahí sigue, dale que te pego con impugnar la decisión de nombrar a San Sebastián ”Capital Europea de la Cultura” en 2016.

     ¿Y en qué se basa para decidir tal impugnación, de momento al Ministerio de Cultura y, si no le hacen caso, en los Tribunales? Pues en las palabras del portavoz del jurado que evaluó las candidaturas, Manfred Gaulhofer, al anunciar a la ganadora:

     “Todas eran grandes candidaturas pero San Sebastián tenía algo más. Seguramente uno de los aspectos fuera el gran compromiso en contra de la violencia y la idea de usar la cultura para ello”.

     Belloch, y detrás de él Rosa Aguilar (que ha dejado con ello a la altura del barro su categoría como ministra) y alguna que otra ciudad candidata, como Córdoba, consideraron esas palabras como argumento al margen del proyecto cultural, fuera de las normas, criterio estrictamente político, etc. Y claro, ahí ya hay barro para la demagogia que van soltando por ahí otros voceros: que si nosotros tuviéramos terrorismo pues también nos darían esta candidatura para contribuir a la pacificación, y qué me sé yo cuántas tonterías más que se pueden leer por ahí.

     Belloch and co. están haciendo el ridículo más espantoso, cosa de la que afortunadamente se da cuenta la mayoría de los ciudadanos. El criterio mencionado por Gaulhofer, y sobre el que se basó el jurado para su decisión, no es ajeno al proyecto ni ajeno a la cultura, sino que es la idea básica que sustenta la candidatura presentada por San Sebastián.

     Joder, amigos políticos, léanse el proyecto, échenle un vistazo aunque solo sea. Pidan a alguno de sus múltiples colaboradores, asesores, comunicadores y otros “ores” que lo descarguen de la web (lo tienen aquí, por ejemplo), se lo impriman en color, que queda más bonito, se lo encuadernen en wire-o y le remarquen con fosforito lo más importante. Y pierdan diez minutos en leer y valorar. Me agradecerán el consejo, en serio: ¡que están haciendo un ridículo espantoso, oigan!

    

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