De purgas y purgados / Max Alonso


Por Max Alonso

    TVE la empresa posiblemente peor gestionada de la historia, aunque muchos de sus vicios están en otras empresas, incluso privadas, no encontró el camino de  la regulación hasta el gobierno de Zapatero.

   Aunque registrara todavía algunas  irregularidades fue dotada de un marco organizativo y normativo que permitía presumir que progresaba adecuadamente. Esa ordenación fue rápidamente desmontada por el PP cuando llegó a la Moncloa que impuso su desestabilización, preocupado tan solo de manipular los informativos y gastó bodega, como se conoce en el argot la generación de  producciones para su programación, sin preocuparse de mantenerla con nuevas. Al tiempo  volvió la censura, con series acabadas y pagadas que no se emitieron y ahora se emitirán.  Con el caos que creó en Informativos, utilizados como arma electoral, en los que en el último trimestre del PP registró incontables acusaciones de manipulación y tergiversación, casi a la altura de la TV3 de Cacaluña, lo que impidió que el gobierno pudiera actuar contra ella cuando el 155 se daba derecho a hacerlo.

   Como broche a esa nefasta etapa ahora el PP y su prensa han lanzado una campaña con el tema de purgas en TVE. Si alguna vez hubo esto fue en la etapa en la que él la regía, en la que profesionales de la casa fueron desplazados para cubrir sus puestos con contratados, a cuenta, claro está del bolsillo de los contribuyentes, no del suyo, practicando así despilfarro y mala administración a sabiendas y sin conciencia buena.  Para colmo muchos de los beneficiarios de estos contratados fueron elegidos no por su preparación idónea sino  por la cualificación de estar adscritos a la ultraderecha,  cuando el PP se define como centroderecha.

   Lo que llaman desvergonzadamente purga no es más que la corrección de los atropellos que se cometieron desplazando a profesionales idóneos, incorporados mediante los correspondientes concursos públicos,  por personal no idóneo y no cualificado elegido a dedo bajo el requisito de ‘afinidad ideológica’. Es decir montaron un cortijo propio y caprichoso sobre una propiedad pública. 

   Los ahora ‘purgados’, tal como se han autocalificado, que accedieron al trabajo por la puerta de atrás y sin cumplir los requisitos de idoneidad, están ahora intentando consolidar su puesto y garantizarse su permanencia exigiendo, para colmo, salarios superiores a los de los profesionales de su categoría. Algunos lo conseguirán en el desmadre que vivimos de la Justicia.

   Todo esto tiene que servirnos para tomar conciencia del berenjenal en el que estamos sumidos. Se pueden hacer ‘purgas’ estalinianas, como se hicieron en aquella etapa del PP  y negarlas. A la simple corrección del empandillo calificarlo con descaro de purga y con la oportunidad del río revuelto lograr el propio beneficio.

    Con una circunstancia muy concreta: los que hicieron el lío y remueven el río son los mismos. Se permiten publicar una protesta de los trabajadores de TVE cuando son ellos, -alegando la ‘verdad alternativa’ antes llanamente mentira- los ‘trabajadores’ purgados los que la impulsan y esto se oculta. Como se puede mentir señalando la paja del ojo ajeno sin ver la viga propia, publicando listas en las que se intercalan nombres que no serán purgados (Jesús Álvarez, Raquel Martínez… ) porque ni pueden ni deben serlo sino solamente removidos a otros puestos equiparables, como se acostumbra a hacer en sus trabajos. Razón que no asiste a los que fueron contratados a dedo para sustituir a los profesionales cualificados. Más cuando se sabe que por mucho aludir a la razón no es lo que se tiene sino de lo que se carece. Esos contratos concluyen automáticamente cuando cesa su contratador o concluye la obra para la que fueron contratados.

   Esto seguirá ocurriendo en nuestro país, para su desgracia, mientras se siga tolerando la doble moral y el doble rasero, es decir la España de la hipocresía y mientras se siga consintiendo que sea en la cadena de la Iglesia en las que estas tropelías con más ahínco se defiendan. ¿No cabe esperar que la Conferencia Episcopal tome cartas en el asunto y no se siga inhibiendo como en los lacerantes casos de pederastia? Si eso sigue así tendrá que asumir una responsabilidad histórica mayor.

Publicado en: http://astorgaredaccion.com/not/19600/de-purgas-y-purgados/

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