«Lo que creas tú» Cortometraje de Yolanda Liesa


Por Don Quiterio

     “Lo que creas tú” (2011), primer cortometraje de ficción que ha dirigido la oscense Yolanda Liesa, desprende una agradecible solidez, la sensación de que la autora tiene muy claro lo que pretende contar y la forma de hacerlo. No hay excesivos balbuceos, ni exhibicionismo, ni la pretensión de demostrar que era la más lista y transgresora de la clase, sino que utiliza un lenguaje muy clásico que comunica con el espectador, que le implica en las venturas y desventuras de la niña protagonista.

      En Yolanda Liesa pervive la voluntad de narrar una historia que no conoce más tiempo que el de siempre, una historia de nueve minutos en la que ahonda sobre el tema de la pérdida de la inocencia. La columna vertebral del cortometraje es una niña de nueve años, decidida y solitaria, que interpreta la sobrina de la realizadora, Lucía Martínez. En torno a ella se cierne una trama sencilla pero envolvente. Todo comienza con un secreto que una amiga le cuenta a la niña protagonista. Entre la incredulidad y la decepción, empezará a tirar del hilo, hasta descubrir la verdad en un final sorprendente.

    Yolanda Liesa cuenta todo esto con gracia, describiendo con frescura y conocimiento el universo infantil, los descubrimientos y las inseguridades, los enigmas y las certidumbres, en unas imágenes gratas de ver y de oír, amables y tiernas, lo cual no equivale a decir empalagosas y blandengues. Todo lo contario: la realizadora acierta cuando plasma las relaciones que establece la protagonista con el resto de personajes, interpretados por Alfonso Palomares y Elba Mairal, mientras va confesando lo que siente, lo que calla y sueña durante ese breve periodo de tiempo, íntimo y atípico. Bien es cierto, por poner algún pero, que la narración, por momentos, se antoja detenida y demasiado pendiente del acontecimiento que todo lo cataliza. La historia, en efecto, pasa de la presentación al desenlace sin acto intermedio, sin otro respiro que la precipitación.

    En cualquier caso, Liesa se resiste, con buen tino, a la nostalgia y tampoco parece tener ningún empeño en ajustar cuentas con un entorno doméstico que parece librar a la protagonista a su suerte, obligándola a desarrollar sus privadas estrategias de supervivencia. En “Lo que creas tú”, ese pasado entendido como zona de tránsito no es, en ningún momento, un recuerdo edénico, sino el momento en que la identidad se afirma como resistencia, una trinchera frente a un mundo que puede revelar complicidades inesperadas –esa su mejor amiga- y peligros camuflados. En la piel, y en la voz, de su personaje, Lucía Martínez galvaniza la pantalla dentro de un cortometraje que no sólo retrata la infancia con verdad y sin maniqueísmos, sino que sorprende al indagar en la mirada infantil sobre un mundo adulto moralmente magullado.

    Aunque presente ciertas irregularidades, “Lo que creas tú” fascina por la deslumbrante protagonista, que llena su personaje y la pantalla con una mezcla de inocencia y tozudez, en un relato inusualmente equilibrado, inequívocamente autobiográfico, que bucea en la existencia sin estridencias tremendistas ni resentimientos, y maneja la sensibilidad infantil sin ñoñerías con una perspicacia que, incluso, deja entrever cierto lirismo.

    Con estos elementos, la autora se esfuerza en encerrar un drama, digamos, honestamente sencillo en una estructura, digamos, de fantasía final. Esto es, un cuento cotidiano con un desvío a lo fantástico en el que la composición musical de Marko Zaragoza ayuda a realzar el contenido, le da forma y sentido. Todo resulta, en definitiva, creíble, ajustado a una lógica coherente y atractiva, con una trama observada a través de los ojos de una niña. Su mirada no aporta una obra de arte, pero sí un relato que narra de forma inteligente y comprensible el deseable estado de las cosas. Yolanda Liesa hace cine con plasticidad, con precisión, con hondura, y disemina los símbolos en el envoltorio visual de un poema cinematográfico. “Lo que creas tú” es, en última instancia, una historia de autosuperación y amistad en la que no hay ni buenos ni malos, marcada por la firmeza del personaje y por la frescura de su intérprete.

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