No hay mal que por bien no venga / María Dubón

 


Por María Dubón
https://mariadubon.wordpress.com/

     Al pobre Pedro Sánchez no le dejan gobernar, todos le ponen trabas, zancadillas, pegas…

    Si solo con los dolores de cabeza que le provoca esa señora que preside Madrid, no sé de dónde saca tiempo para ocuparse de todo lo demás.

   Pero hay que reconocer que Sánchez se esfuerza, si hasta le han salido canas después de tantos malos tragos como le ha tocado pasar. Luego le ves en las ruedas de prensa, tan guapo con su mascarilla, tan ufano y dándonos tan buenas noticias como ese regalo que nos van a traer los Reyes Magos desde Bruselas, y es imposible no quererle, no estarle agradecido.

    Sánchez piensa que, con el aguinaldo de 140.000 millones de euros que nos va a llover de la Unión Europea, le dará de sí para poner en marcha varias revoluciones: la revolución verde, la revolución tecnológica y no sé cuántas revoluciones más. Resumiendo, pondrá a España en órbita hacia el futuro brillante que se merece este país. Y todo gracias al coronavirus. Si incluso van a crearse 800.000 puestos de trabajo. Ni uno más ni uno menos. Bueno, esos mismos trabajos los prometió en su día Felipe González, aunque no llegaron a materializarse porque la situación en 1982 no es la de ahora. Ahora nos regalan un pastizal y pronto nos olvidaremos de los muertos, del confinamiento, de los ERTE o de lo que cuesta conseguir cita en el centro de salud de tu barrio.

   Todo iría de perlas si no fuera porque a Sánchez le amarga la existencia ese vicepresidente que se ha echado como compañero de fatigas. El mismo día en que anunciaba feliz la caída del maná europeo, un juez quiere empapelar a Pablo Iglesias por la tarjeta de un móvil, que ya son ganas de tocar las narices. Casado exige que dimita, que lo cesen y luego lo dejen en medio del bosque para que se lo coman los buitres. Pero, de momento, no hay sustituto.

   Sería deseable un pacto de estado para gestionar la situación, aunque, visto lo visto, es imposible. Sacarnos los ojos mutuamente es el deporte nacional. Pero no nos pongamos pesimistas, dentro de nada tendremos 140.000 millones de euros que nos salvarán el culo a todos y 800.000 suertudos tendrán empleo por obra y gracia de un virus. Todo son buenas noticias en este mundo que se va a porra.

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