Por José L. Llera Gil
Presidente de la Asociación Zaragoza Amigos
Después de años de experiencia y descalabro económico, surgen ahora voces en nuestro país, especialmente políticas, en las que se comentan y sugieren la privatización de las Cadenas Autonómicas de T.V. o bien el cierre de las mismas.
Lo que en un principio era una excelente oportunidad de mangoneo, de promoción personal y de loa para los representantes políticos, ha llegado a ser un foco de endeudamiento insoportable para las CC.AA. y el Gobierno del Estado.
Cuando se hablaba sobre qué era mejor ¿las Televisiones públicas o las privadas?, varios expertos españoles y extranjeros dieron su opinión y si no recuerdo mal, nadie se refirió al riesgo de endeudamiento que se adquiría con su puesta en funcionamiento por los Organismos públicos.
¿Qué importaba si el dinero no era de nadie?
Los privados ¡ ellos verán¡ pueden perder dinero pero tienen muchísimas prevendas a cambio.
Tuve ocasión de estar presente en un encuentro en Barcelona, hace ya bastantes años, en el que se debatía cual era la mejor T.V. si la pública o la privada.
Hablaron y hablaron sin sacar nada en limpio. Bueno, la verdad es, que las T.V. públicas defendían su opción que salvo el riesgo de grandes pérdidas económicas tenían y tienen cosas buenas.
Fué entonces cuando Valerio Lazarov – relevante profesional – se pronunció con gran acierto manifestando que: “La mejor T.V. es la que más ve la gente”.
En cuanto al endeudamiento que soportan las T.V. en España (especialmente públicas) es incalculable. De ahí que ahora se hable de privatización.
Hay un hecho, que clama al cielo, y que agravó el déficit que T.V.E. tiene actualmente, cual fue que para granjearse la simpatía de las Cadenas privadas suprimió en las suyas la publicidad ¡ qué barbaridad ¡.
A cambio, ingresos millonarios y exclusividad para las privadas, y el compromiso de hablar bien del Presidente del Gobierno, sus decisiones y sus Ministros. ¡ Qué poder tienen los medios de comunicación¡
En este y otros temas tan serios o más aún, los ciudadanos somos sumamente bondadosos con los culpables de esta situación.
Otro gallo cantaría, si el llamado “eslomismo”, se borrara de su uso en el idioma español. Hoy por hoy, individualmente, el ciudadano de la piel de toro pasa absolutamente de todo. Tiene muchas otras cosas en qué pensar: embargos, folletines, novelas rosa, historietas, corrupción, fútbol, amoríos y puterío, pero cuando levanta el culo de la butaca vuelve a pensar “que más da; es lo mismo”
Así no llegaremos lejos en nada.
