Odón el asombrado / Guillermo Fatás


Por Guillermo Fatás
Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza
Asesor editorial de Heraldo de Aragón

EL ex alcalde donostiarra Odón Elorza (PSE-PSOE) escribe: . Y conmueve a los lectores: . La izaba, claro que sí, no lo iba a suspender por un asesinato.

 

Pero de mala gana. De muy mala gana, incluso. Qué buen corazón con efectos retroactivos. Al día siguiente del emocionado ¡por fin!, suelta otro desahogo impactante: .

El alcalde de Bildu hizo lo que todo el mundo, menos Elorza, sabía lo que iba a hacer: presidir una exaltación de los presos etarras, con pancartas, vivas, carteles y banderolas. , recuerda con Odón. Podría preguntarse por qué. Entendámonos bien: Elorza no tiene culpa de lo que hacen Batasuna y sus monacillos, pero su sorpresa es culpable. ¿Es posible tanta ingenuidad (o ignorancia) en una gran veterano de la política guipuzcoana? ¿Es normal que Bildu sorprenda a quien compartió asiento consistorial con el asesinado Gregorio Ordóñez? ¿Qué se asombre de que hagan trampa y ocupen la ciudad cada vez que o pueden?

Bildu no pide que ETA desaparezca o que entregue su armamento. Al revés, inventa modalidades “blandas” de recaudación e intimidación callejera, palpables en las fiestas donostiarras de enero.

No olvidemos tan aprisa como Batasuna y sus amigos. ¡Qué mala memoria (histórica y de la otra)! Cientos de etarras (sic) han sido amnistiados y excarcelados por la democracia española. Solo en 1977 fueron 1.322, de los que 676 se reincorporaron a ETA de inmediato. Desde 1982 y durante tres años, fueron excarcelados otros 258. No hubo entrega de armas, ni resarcimiento de daños, ni cooperación con la Justicia, ni indagación de sus crímenes.

En 1988 se cambió el Código Penal para autorizar la colaboración, por contrición o conveniencia: los terroristas presos podían recibir un trato acorde con un cambio sincero. Fue un fracaso: de 564 presos, se cambió el grado a 322, se dio el tercer grado (el más liviano) a 115 y la libertad provisional a 78. Los reinsertados no llegaron al 3%. Y esa fue la política que resucitó el ministro Rubalcaba, contaminado por el adanismo de su jefe de gobierno, para quien la experiencia ajena valió siempre de poco.

Bildu tiene fuerza entre los familiares de los etarras. El primer paso para doblegar a Estado es lograr que los etarras estén presos en suelo vasco. El segundo, amnistiarlos. Lo primero no es obligado, pero tiene a su favor la fuerza sentimental de las familias de los presos, que hablaban de patriotas, no de asesinos. Incluso el oficialismo del PNV apoya esta táctica seductora, porque lo contrario le costaría votos. ¿De qué, pues, se asombra Odón Elorza?

Que se sepa, no hay etarras presos por erros. Y los apresados de este mes en Francia llevaban armas y explosivos. ¿Por qué olvidar la largueza inútil de los años setenta y ochenta? No hay que violar la ley con indulgencias inmerecidas ni menos, con amnistías. La ley Orgánica General Penitenciaria fue modificada en 2003 para que dijera lo que dice hoy: un terrorista o miembro de grupo armado puede obtener el régimen penitenciario de tercer grado si, además de mostrar buena conducta y tener una parte de la pena cumplida, da de cambio, colabora activamente para impedir otros delitos de su grupo y para identificar a sus responsables, declara su repudio por la violencia y hace .

Los casos de etarras presos, pues, deben estudiarse ley en mano y uno a uno. Odón Elorza dice estar asombrado por lo que hacen sus paisanos de Bildu. No nos contagiemos de su fingida candidez.

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