Por Manuel Medrano
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Antes que nada hay que volver a insistir en deshacer la confusión general que impera (a veces fomentada intencionadamente) en el tema: no es lo mismo cultura que animación sociocultural o festejos. Al margen de niveles de popularidad o calidad en cada caso, no es lo mismo.
Todo tiene su importancia, pero no lo confundamos. Por ejemplo: las Fiestas del Pilar son festejos, aunque haya actividades culturales incluidas (cada vez menos), y no pueden considerarse nuestra única y exclusiva tarjeta de presentación como actividad cultural de Zaragoza.
Se alabó en la presentación el proceso de participación ciudadana seguido hasta obtener el resultado final. No se dijo que algunos de los participantes lo han sido en una sola reunión o de refilón. Tampoco se dijo que se han inflado las listas de participantes, algunos de los cuales figuran repetidos: se cita un espacio cultural, después en una segunda lista un agente cultural o entidad social y, en una tercera lista, una asociación profesional o empresa o colectivo de artistas, resultando que el espacio de la lista primera lo gestionan agentes culturales relacionados en la segunda que constituyen grupos profesionales incluidos en la tercera. Se triplican, en ocasiones, las referencias reales de participantes.
Pero pese a que se ha dado a luz un batiburrillo poco esclarecedor y nada innovador, hay un elemento muy interesante. En la página 23 de la “Propuesta de Estrategia ZaragozaCultura 2010-2020”, teóricamente encaminada a obtener la Capitalidad Cultural Europea para Zaragoza en 2016, se relatan las debilidades que se observan en la ciudad y se dice que son: “1. Escasa sostenibilidad temporal en sus propuestas y programas culturales. 2. Indefinición en el liderazgo cultural. 3. Imprecisión en el objetivo cultural. 4. Escasa política de proyección de nuestra cultura y sus productos hacia el exterior. 5. Escaso reconocimiento social a nuestros creadores y artistas. 6. Deficiente política de comunicación específica (interna y externa). 7. Poco reconocimiento en el conjunto de España. 8. Desequilibrio entre lo público y lo privado”.
Mi pregunta es, vista esta lista de debilidades: ¿QUÉ HA ESTADO HACIENDO EL GOBIERNO SOCIALISTA DE ZARAGOZA POR EL ENTRAMADO CULTURAL EN ESTOS ÚLTIMOS 8 AÑOS? Deduzco que nada, salvo quizá atender al clientelismo y al pesebreo institucional. Porque, en caso contrario, no existirían buena parte de estas debilidades.
Tras la lista de “Debilidades”, hay otra de “Amenazas”: poca valoración social de la oferta cultural, cada vez mayor alejamiento de las necesidades de la población y los artistas con una oferta institucionalizada en exceso, etc. Lo mismo: ¿qué han estado haciendo por los ámbitos culturales en estos ocho años?
En la página 24 del citado documento se halla el listado de “Fortalezas”, glorioso: que si tenemos muchas infraestructuras culturales, que Zaragoza está muy bien situada geográficamente, que somos el motor económico del Valle del Ebro, etc. ¿Y el capital humano? ¿Y el fomento de la industria cultural? Bueno, hay una fortaleza que resulta hasta graciosa: “2.000 años de convivencia multi e intercultural demostrada”. Es cierto, ya hace tiempo que no hay conflictos armados entre los del barrio del Gancho y los del barrio de Jesús, y décadas que los chavales de Delicias no se tiran piedras con los de La Almozara en las vías del tren.
Bueno, pues eso, que más mirar por los desarrollos asociativos, personales y profesionales de las gentes y los empresarios culturales, los artistas plásticos, los músicos, los actores, los escritores, los estudios de diseño, las librerías, las galerías de arte, los diseñadores de moda y comercios de este sector, etc., y menos construir. Y, si construyes, termínalo bien, no como la Harinera de San José que no se puede utilizar, su finalización está paralizada desde hace tiempo y deteriorándose.