Por José Luis Valero
http://blogs.heraldo.es/entrelineas/
El PAR llega a su congreso de marzo con el partido y el patio más que revuelto. Con cortes de cabeza incluidos.
Lo que parecía que iba a ser un cónclave a ‘la búlgara’ se está convirtiendo en un pulso interno, peligroso y de dudosa rentabilidad. José Ángel Biel está echando el órdago a Alfredo Boné, poniendo entre ambos a un vicepresidente para que soporte las embestidas del secretario general.
Un juego para desgastar a un rival peligroso a la hora de configurar el futuro de pactos de gobierno y del partido. Claro que todo esto ya se verá tras la consulta electoral de mayo. Igual que el resultado del congreso, que será bueno o malo en función de lo que pase en las urnas. Y las expectativas son dudosas, más de lo previsto.
Eso sí, lo que está haciendo Biel con los estatutos de la organización, las resoluciones políticas, las condiciones para gobernar, el reparto de poder… es echarse el partido a la espalda y asumir toda la responsabilidad de lo que suceda el 22 de mayo. Con las reglas de juego que el mismo propone no podrá echar balones fuera si las cosas se tuercen. Ni decidir por su cuenta, como está acostumbrado.
Por experiencia, el presidente aragonesista sabe que nadie va a tener agallas de plantear un congreso de confrontación. Por dos razones. Primero porque si hay pelea interna, la mayoría le va a apoyar, incluso del bando de Boné. Y segundo, porque sería un suicidio político a dos meses de las elecciones. Y al fin y al cabo, él se lo guisa y él se lo come. PARa bien y PARa mal.
