Por Don Quiterio
Una niña de seis años acaba de perder a su madre por culpa del sida. La angustia le desconcierta, pero, paso a paso y poco a poco, como la vieja hila el copo, la pequeña irá comprendiendo, con la ayuda de sus padres adoptivos, el doloroso significado de una pérdida irreparable.
Con este relato hace su salto al largometraje, en 2016, la barcelonesa Carla Simón, después de escribir y dirigir los cortos experimentales ‘Women’ (2007) y ‘Lovers’ (2008), en realidad dos trabajos de fin de carrera para la universidad de California. A continuación, en 2009, Carla Simón se gradúa en comunicación audiovisual por la universidad autónoma de Barcelona.
‘Verano 1993’, que así se titula su ópera prima, es una conmovedora historia de pérdida y aprendizaje, vista a través de la mirada de su pequeña protagonista –Laia Artigas, acompañada de Paula Robles, Bruna Cusí y David Verdaguer-, en un filme autobiográfico sobre la infancia como territorio de lucidez y como aceptación de la muerte, realizado con sumo tacto y extraordinaria sensibilidad. Cine en estado puro, sencillo e intuitivo, que se fía de sus propias imágenes y respeta a los personajes. La acción avanza revelando incógnitas y puntos oscuros, anudando bellezas y emociones, y haciendo brillar a la maravillosa heroína de este viaje sin fin al universo infantil.
Las películas (las buenas) llegan al corazón y despiertan nuestra visión. Cambian cómo vemos las cosas. Nos llevan a sitios que no conocemos, nos abren puertas, nos dejan de par en par a la mente. Las películas (las buenas) son la memoria de nuestro tiempo y necesitamos mantenerlas vivas porque solo así sabemos que vivimos. Y, esto es, vivimos un momento de revolución en el que no sabemos en qué se va a convertir el arte de la imagen en movimiento. Quizá el cine en su siglo de historia ya lo ha ofrecido todo y ahora entremos en una nueva fase. Tal vez estemos en un agujero negro, pero hay que defender el arte, hay que proteger la experiencia del cine.
Con ‘Verano 1993’, el maravilloso filme de la debutante Carla Simón, inicia una nueva temporada la filmoteca de esta ciudad inmortal, el curso 2018-2019, junto a un grupo de cinco documentales españoles de memoria y olvido, de sentido y enfermedad. Unos trabajos programados por Victoria Pérez Royo, del departamento de filosofía de la universidad de Zaragoza, con presentaciones y coloquios moderados por sus alumnos universitarios. A saber: ‘El cielo gira’ (2005), documento rodado en tierras sorianas por la autora de ‘Mercado de futuros’, Mercedes Álvarez; ‘Nedar’ (2008), una investigación sobre la figura del abuelo de la realizadora –Carla Subirina (‘Volar’, ‘Atma’), alumna del maestro Joaquín Jordá-, fusilado en 1940 al finalizar la guerra civil española; ‘Todos vosotros sois capitanes’ (2010), de Oliver Laxe (‘Mimosas’, ‘Alquilo que arde’), cineasta gallego nacido en París; ‘El gran vuelo’ (2014), una coproducción con Chile dirigida por Carolina Astudillo, autora igualmente de ‘Ainhoa, yo no soy esa’, y, por último, ‘Ich bin Enric Marc’ (2009), realizado al alimón por Santiago Fillol y Lucas Vermal.