Dos o tres cosas que se de ella: Crónica de la 66 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián


Por Leandro Martínez
Fotografías: Mariví Ibarrola

     La 66 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, ahora SSIFF se celebró del 21 al 29 de septiembre.

    A diferencia de Cannes,  abrió de par en par las puertas a la programación de series televisivas, donde se encuentran hoy en día algunas de las propuestas más interesantes y arriesgadas, como sucedió recientemente con la tercera temporada de Twin Peaks, en esta ocasión dirigida totalmente por David Lynch.  

    De suyo, la película más interesante del Festival está producida por la plataforma Neflix:  Roma, de Alfonso Cuarón triunfó en el Festival de Venecia y puede ser la película del año. En ella Cuarón recupera su infancia en el barrio de Roma de la ciudad de Mexico DF. Rodó en los mismos lugares donde de vivió su infancia y adolescencia: una casa familiar donde el coche apenas puede entrar por la puerta, con sus padres, abuela, hermanos, hermanas y el servicio, especialmente Cleo, una indígena de clase social baja. A partir de este microcosmos, Cuarón que además de dirigir, escribir y producir, también asumió la fotografía y el montaje, lleva acabo una profunda reflexión sobre la sociedad mexicana, con referencias a la opresión de la mujer, las violentas revueltas estudiantiles o las disputas de las tierras de los años 70. Neflix tiene previsto estrenarla en diciembre, simultáneamente en la plataforma y en salas de cine. Procuren verla en pantalla grande, para poder apreciar la foto en blanco y negro, con su profundidad de campo y espléndidos  travellings horizontales. No se la pierdan. 

Retrospectiva Muriel Box

    El gran acontecimiento de esta 66 edición ha sido la retrospectiva dedicada a la cineasta británica Muriel Box (1905-1991). Organizada conjuntamente por el Festival y Filmoteca Española (Madrid), han hecho la proeza de sacar del olvido a una cineasta feminista apenas conocida incluso en su propio país.  Su condición de mujer le permitió acceder al cine como mecanógrafa, luego sería script, guionista y realizadora, aunque como directora (1949-1964) padeció también el rechazo de actrices que se negaban en redondo a ser dirigidas por una mujer y coincidir en el tiempo con el fulgor de las primeras películas del Free Cinema (Karel Reisz, Tony Richardson,  Lindsay Anderson…).

   Muriel Box era profundamente feminista. Su cine, alejado de veleidades autorales, se dirigía al gran público y transitó por géneros clásicos la comedia, el melodrama o el cine negro, a veces con temas difíciles para la pacata sociedad británica (prostitución, delincuencia juvenil femenina,  aborto, abuso de menores, bigamia…) pero sutilmente lograba deslizar su mirada feminista en épocas que esto puede parece imposible. Sus películas se exhiben actualmente en Filmoteca Española (Cine Doré) y las disfrutarán también en la Filmoteca de Valencia y el Festival de Lyon.

   La retrospectiva, como de costumbre,  se complementa con la edición de un gran libro coordinado por Quim Casas y Ana Cristina Iriarte, con textos de Quim Casas, Rachel Cooke, Ricardo Aldarondo, Hanna McGill, Elisa McCausland, Carlos Losilla, entre otros.

    Muriel Box cuando abandonó en mundo del cine fundó  Femina Books, la primera editorial británica dedicada a la publicación de textos feministas. Formó parte del Jurado Oficial del Festival de San Sebastián en 1975, cuando se concedió la Concha de Oro a Furtivos, de José Luis Borau.

Premios Donostia

    Son la máxima distinción honorífica que otorga el Festival. Hirokazu Kore-Eda (Tokio, 1962) lo recibió entre lágrimas de emoción. Su vinculación con el Festival viene de lejos: en 20 años ha presentado 10 películas. Obtuvo el Premio al Mejor Guión por Milagro (2011) y el Premio del Público en dos ocasiones, con De tal padre, tal hijo (2013) y Nuestra hermana pequeña (2015). En esta edición nos presentó Un asunto de familia que conquistó este año en el Festival de Cannes la Palma de Oro. A Kore-Eda le preocupan las desigualdades sociales de Japón pues, en su opinión, se han acentuado al desaparecer prácticamente la clase media. Esta película también está centrada en la familia y la infancia, pero con un matiz más duro que sus anteriores películas, aunque sin perder su fino humor. Es una heterogénea familia que vive en la pobreza, saliendo adelante a base de mucha picaresca pero con la altura moral de acoger en su seno a una niña desvalida que encuentran en la calle.

    En esta edición también recibieron este Premio: Judi Dench y Danny DeVito.

Perlas de otros Festivales 

   Pawel Pawlikowski, el autor de la multipremiada Ida (2013), presentó Cold war. Es una película admirable donde conjuga a  la perfección una historia de amor/desamor entre una cantante y un pianista con los acontecimientos históricos de la Europa de la Guerra Fría. Fotografiada en blanco y negro, transcurre entre  Países del Este (Polonia, Yugoslavia) y París. En cada momento histórico, en cada cambio político, hay un equivalente en la música que interpretan, de los «coros y danzas» al jazz. Una obra obra excepcional.

  Con Petra, Jaime Rosales da un giro importante en su cine. Abandona la dureza,  frialdad  y experimentación de sus primeras películas (La soledad, Tiro en la cabeza …) para narrar una busqueda de paternidad con una estructura de la película cercana al  puzzle, en forma de capítulos con un rótulo inicial donde, jugando con ironía con el espectador, nos desvela lo que se avecina: la búsqueda de la paternidad de la protagonista.

    Un día más con vida es un film de animación hispano-polaco dirigido por Raúl de la Fuente y Damian Nenow. Es un retrato, en exceso hagiográfico del reportero polaco Ryszard Kapuscinski, centrado en el viaje que hizo a la guerra de Angola en 1975. Recibió el Premio del Público.

Sección New Directors

    El premio New directors recayó en la película japonesa Jesus, dirigida, escrita, fotografiada y montada por Hiroshi Okuyama. El traslado de Tokio al campo, a vivir con su abuela, traerá muchos cambios al joven protagonista, entre ellos, la religión católica (de ahí el título)  que se profesa en la nueva escuela y encontrar un nuevo amigo. Esta opera prima trascurre entre la placidez  y algunos giros de guión, uno humoristico, otro trágico. Un cineasta a seguirle la pista. Lo mismo que la directora  Ash Mayfair  quién presentó The third wife, sobre la condición femenina en el Viet-Nam rural del siglo XIX y Celia Rico Clavelino por Viaje al cuarto de una madre, que recibió el Premio de la Juventud.

   Oreina/El ciervo, segundo largometraje de Koldo Almandoz recibió el Premio Irizar al Cine Vasco. Una familia euskalduna rota, los dos hermanos no se hablan y la aparición de un joven subsahariano, con su moto, sus trapicheos con hachís y su ansia por vivir.

El jurado falla

    El Jurado Oficial concedió  la Concha de Oro a Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta. En esta película el sobrevalorado Isaki Lacuesta, -¡ya tenía otra Concha de Oro por Los pasos dobles (2011)!-  retoma a los dos hermanos que protagonizaban  La leyenda del tiempo, rodada en 2006. En estos doce años, Isra que iba para cantaor, ha pasado por la cárcel y su hermano Cheíto se ha enrolado en la Marina, donde ejerce de panadero. Tienen cada uno tres hijas aunque la esposa de Isra lo expulsa del hogar familiar cuando sale de la cárcel. Su deseo por recuperarla es similar a sus ansias por salir adelante, aunque con nulo éxito. Farragosas conversaciones  entre los dos hermanos en las que apenas nada avanza durante unas interminables dos horas y cuarto. A pesar del título, la maravillosa rumba de Paco de Lucía, no hay nada de éste. Muy bien recibida por la crítica especializada, dudo de la carrera comercial de esta película. Caso bien diferente de El reino, de Rodrigo Sorogoyen, con guión de Isabel Peña. Un magnífico thriller sobre la corrupción en España del Partido Popular, aunque nunca se lo mencione. Lastima de banda sonora, padece de unos subrayados especialmente groseros, como si el director no confiara en el poder del guión hecho imágenes ni en las excelentes interpretaciones…  ni  en la inteligencia del espectador. Una película necesaria.

    El Premio Especial de Jurado fue a parar a  Alpha, the right to kill, de Brillante Mendoza. Cámara en mano por callejuelas angostas llenas de gente, mugre y droga. Métodos expeditivos de aniquilación de camellos y confidentes en la Filipinas actual. Todo ya muy manido. Bien diferente del High life, de Claire Denis. En clave de ciencia-ficción, la directora nos embarca en una nave espacial con ex-presidiarios  utilizados como cobayas humanas en busca de un agujero negro. Obtuvo el premio de la prensa.

    La Concha de Plata a la mejor actriz recayó en Pia Tjeita, protagonista de  Blind Spot, dirigida por Tuva Novotny. Rodada en un único plano secuencia de 98 minutos, narra en tiempo real la angustia de una madre ante el intento de suicidio de una hija adolescente. Alarde técnico ahora más fácil de hacer con el sistema digital de grabación y poco más.

    El Premio al Mejor Guión fue compartido. Paul Laverty, guionista habitual de Ken Loach, lo recibió por Yuli, dirigida por Icíar Bollaín. Un retrato hagiográfico del bailarín Carlos Acosta donde apenas lo vemos bailar. Esta más  centrado en enfrentamientos familiares: el empeño del padre por obligar al joven Acosta a estudiar danza y en las duras condiciones vitales que tiene que soportar el pueblo cubano . Amantes del ballet clásico, abstenerse. En este sentido, es mucho más interesante Girl, de Lukas Dhont. Es la lucha titánica por convertirse en bailarina para una persona que nació niño. Recibió con todo merecimiento cuatro premios en el pasado Festival de Cannes.

   El otro Premio al Mejor Guion fue para Louis Garrel  por L´homme fidèle, escrito en colaboración con Jean-Claude Carrière, el escribiente de Luis Buñuel. Es una pequeña película, no sólo por la duración,  donde asistimos al eterna tragicomedia del amor: un hombre entre dos amantes.

   La película más premiada fue Rojo, de Benjamín Naishtat. Recibió premios a la mejor dirección, al mejor actor y a mejor fotografía. 

   Fuera del palmares se quedaron títulos interesantes como Le cahier noir, de Valeria Sarmiento. Un auténtico folletín con todas las de la ley,  con una magnífica puesta en escena. Vision, de Naomi Kawase,  es el nombre de una hierba que aparece cada mil años a través de una esporas y que tiene capacidad para acabar con el dolor humano. Pura mística ecologista, en la linea habitual de la directora de El bosque del luto.

   Fuera de competición estuvo una divertidísima comedia. Tiempo después de José Luis Cuerda vendría a estar en la onda de Amanece que no es poco (1988) aunque sin alcanzarla. La monarquía, los parados, la Guardia Civil… Cuerda no deja títere con cabeza. No pierdan una de las escasas posibilidades de reír en el cine actual. 

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