Por María Dubón
El pasado día 1 de marzo, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) emitió un informe en el que se reconoce que NO se utilizaron armas prohibidas en la localidad siria de Duma, el 7 de abril de 2018. Así pues, el bombardeo de represalia planificado por Estados Unidos, Francia y Reino Unido contra Siria carecía de justificación.
Esto es algo que ya ocurrió en 2003, cuando George W. Bush aseguró ante el mundo que Irak poseía «armas de destrucción masiva», Tony Blair aseveró que Irak contaba con misiles capaces de llegar a Occidente y matar a la población con gases venenosos y José María Aznar, respecto a este asunto, manifestaba en televisión: «Puede estar usted seguro y todas personas que nos ven. Estoy diciendo la verdad». Los medios repitieron estas acusaciones, pese a que las inspecciones realizadas por las Naciones Unidas indicaban que eran falsas. Pero nadie ha asumido su grado de responsabilidad en la barbarie que provocaron esas informaciones. Nadie admite su falta al descartar el criterio de los expertos de la ONU.
Ahora toca justificar la guerra contra Siria, que se inició como una revuelta contra la dictadura, y a la que el régimen del presidente sirio Bachar al-Assad respondió, supuestamente, asesinando a su pueblo mediante armas químicas. Una comisión internacional de la Liga Árabe recibió autorización para recorrer Siria y desmintió estas informaciones, pero ningún medio ha publicado rectificación alguna sobre el asunto. Los cadáveres de las víctimas sirias no se contaron ni analizaron, la OPAQ ni siquiera los vio porque se permitió entrar a sus investigadores en la ciudad de Duma cuando ya se habían incinerado los cadáveres, algo contrario al Islam. El 14 de octubre de 2013, Siria se sumó a la convención internacional que prohíbe el uso de armas químicas. Sus arsenales químicos quedaron bajo control internacional y luego fueron destruidos de forma conjunta por Estados Unidos y Rusia, todo se hizo bajo la supervisión de la OPAQ. Que después de este proceso, el gobierno sirio aún tuviera armas químicas equivale a decir que la OPAQ, Washington y Moscú no hicieron bien su trabajo.
Este último informe oficial de la OPAQ evidencia que el bombardeo de Estados Unidos, Reino Unido y Francia y contra Siria violó el Derecho Internacional y fue injustificado. ¿Alguien ha escuchado las disculpas de Trump, May o Macron?