Insurrección y revolución / Manuel Medrano


Por
Manuel Medrano
http://manuelmedrano.wordpress.com

     No os asustéis que no me ha dado un ataque de virulencia política. Es, más bien, un avance del telediario.

 

     Disturbios en suburbios ingleses. Primaveras árabes (demasiado islamizadas para mi gusto). Antes ya hubo tortas en guetos de Francia. Incremento notable de los casos de suicidio. La economía a la deriva. Los economistas como pulpos en garaje. Resurgen grupos marxistas-leninistas y maoístas. Un poco de todo, aunque los pajaritos aún cantan y las nubes se levantan, si bien no igual para todos.

    Los jóvenes, especialmente los que tienen formación cualificada, ya pueden buscarse la vida fuera de aquí. Y los mayores, apretar las tuercas a quien quiera tocar sus bien ganados derechos, por si acaso. España ya no es la tierra de las oportunidades (inmobiliarias). Muchos que han quedado parados o varados tras pincharse la burbuja del ladrillo, han saltado a la política aprovechando sus últimos recursos. ¿Volveremos a ser lo que fuimos? Pero, ¿realmente lo fuimos o sólo nos lo pareció?

    En nuestro país se ha vivido bien, incluso muy bien, en algunos periodos de nuestra historia. Hay que intentar que vuelva la calidad de vida española a nuestros días. Y sacar ventaja de lo que tenemos.

 

   ¿No somos el segundo país de Europa con más riqueza en Patrimonio Histórico-Artístico? Pues aprovechémoslo. ¿No somos tierra de creadores, desde Murillo a Salzillo, de Goya a Picasso, de Benlliure a Dalí o Gaudí, de Sarasate a Casals, de Lope de Vega a Buero Vallejo? Invirtamos en esa cantera natural y genética. Hace años, muchos ya, se decía que la Unión Europea nos destinaba a una especialización turístico-cultural y de servicios. Que se note en las políticas y el impulso a las iniciativas. Que brille y sea palpable el apoyo decidido a la industria cultural.

    No tenemos muchas materias primas. La construcción, chin pon. La industria, lailolailo. Pesca y agricultura, lo habitual (bien pero no para vivir de rentas). Que para darse cuenta de esto no hay que tener premios académicos.

 

   Nuestro hecho diferencial (además de la legendaria belleza de nuestras mujeres y la valentía de nuestros toreros, siendo yo un caso ejemplar) es el que es, la Cultura. Ya por una parte popular de ella, paella, siesta, sol y toros, arrancó nuestro turismo y nos proporcionó enormes beneficios económicos. Pues ¡hala, a perfeccionar el modelo y la oferta, que hay que competir globalmente!

     ¿Cuanto cuesta, en tiempo y dinero, poner en pie una amplia y atractiva oferta cultural partiendo de nuestro potencial actual? ¿En qué otro campo, combinable además con el turismo, podemos hacer lo mismo con los mismos recursos económicos y con seguridad de rentabilidad? Otra opción: hagan juego señores, con la ruleta de nuestro futuro inmediato.

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