El 22 de Mayo, a votar / Dionisio Sánchez

 Por Dionisio Sánchez

    El próximo día 22 de Mayo, los aragoneses y la gran mayoría de los españoles estamos llamados a acudir a las urnas para celebrar elecciones municipales y en muchos casos también autonómicas.


Por Dionisio Sánchez
Director del Pollo Urbano
dionisio@elpollourbano.net

  El próximo día 22 de Mayo, los aragoneses y la gran mayoría de los españoles estamos llamados a acudir a las urnas para celebrar elecciones municipales y en muchos casos también autonómicas.

    No eran pocos los analistas y fontaneros afectados que no paraban de predicar la impenetrabilidad aragonesa a los lixiviados provenientes del compost que está dejando Zapatero en su temblorosa y cobarde segunda legislatura en el gobierno de España ¡Quiá! La cosa está acaeciendo –como no se podría deducir de otra manera a no ser que se negara la teoría de la permeabilidad o la explosión de un reactor allá en Chernobil un 26 de Abril de 1986- de un modo completamente previsible (excepto para los fontaneros que, pese a todo, y en virtud de su escandalosa “fe en el líder”, se han apresurado a desalojar a codazos a los veteranos compañeros de las listas electorales).

   Por suerte para los españoles, todavía podemos leer, ver y escuchar, diferentes puntos de vista sobre la realidad que nos circunda. No vivimos en el mundo impermeable del pensamiento único. Y desde que apareció internet, la información chorrea por todas las cuadernas del viejo barco de, al menos, este primer mundo donde estamos alojados.

   La permeabilidad de los ciudadanos es su capacidad para que la realidad los atraviese sin alterar su estructura interna ( es decir que no se infarta ni enloquece ni se ponen febril si acaso, mosquedo). Así podemos decir que una sociedad es permeable si consigue sobrevivir y reaccionar a una cantidad apreciable de errores y mala gestión de sus gobernantes en un tiempo dado, e impermeable (lo que creían los fontaneros) si no reacciona y actúa , por ejemplo, como un anestesiado en un post operatorio.

   En España, los ciudadanos podemos reaccionar, poco y limitadamente, cada cuatro años. Así lo han decidido los élites que nos gobiernan que no el pueblo soberano, al que nunca se le consultó acerca de las reglas del juego si no de un modo generalista e interesado. Nunca, pues, se nos explicó la letra pequeña que la hemos tenido que aprender a fuerza de ver gorroneos y vergüenzas ajenas. Pero en fin, cada cuatro años, podemos estornudar y reaccionar ante la velocidad y mala baba del fluído que nos ha amargado ultimamente la existencia: una crisis de ricos y especuladores que estamos pagando los ciudadanos de a pie sin comerlo ni beberlo aún habiendo ejemplos en el entorno, (los islandeses sin ir más lejos), que podrían haber dado argumentos y valentía a nuestros líderes de cartón mojado (por tanto hiperporosos) que no han sabido darle densidad al problema ni siquiera presionar un poquito a la banda económica que los pone y los quita (que no los ciudadanos ¡por favor, que idiotez!)

    En fin, amigos, compañeros y camaradas:

    Desde El Pollo Urbano solo un deseo: Aprovechemos la ocasión para utilizar la cabeza en lugar del corazón a la hora de votar. Hay suficientes datos para la reflexión. Eso, de momento, ya sería un paso de gigante para caminar hacia una sociedad más preparada. Desterrada la utopía en materia política, hagamos valer nuestro voto y que nadie se crea propietario permanente de él ¡A caballlo! ¡Yihíiiiii! ¡Salud!

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