Manifiesto a favor de Libia y Muamar El Gadafi


No os perdais el manifiesto de Antonio Tausiet a favor de Libia y el Coronel Gadafi
Y como siempre, las mejores plumas del galllinero aragonés, español y mundial.


Por Antonio Tausiet
www.tausiet.com

Abril de 2011
Ante la ocupación militar del país

 Libia y Gadafi

    Muamar el Gadafi es líder de la revolución socialista Libia que derrocó la monarquía de ese país en 1969. Desde entonces el sistema político es denominado jamahiriya, «democracia de las masas», mediante el cual las decisiones políticas son tomadas por medio de la participación ciudadana directa. Gadafi y el pueblo de Libia son, lógicamente, antiimperialistas y anticolonialistas.

    Libia es un país del norte de África con reservas de petróleo, gas y agua dulce, que han logrado situarlo a la cabeza de todos los países del continente mediante la correcta gestión y distribución de sus aportes económicos. El porcentaje de personas que viven por debajo del umbral de pobreza es del 7,4, mientras que en España es del 19,8. El nivel educativo y la esperanza de vida son de los más avanzados de África. La mayor obra de ingeniería libia es el Gran Río Artificial, canalización que lleva el agua de los depósitos naturales del sur a la población del norte.

    En las cuatro últimas décadas, Libia ha dado su apoyo a los movimientos socialistas de liberación nacional en América Latina y África. En los últimos años, Gadafi ha estrechado lazos tanto con América Latina y sus revoluciones en curso como con las potencias occidentales. En el primer caso, propuso un tratado de cooperación del Atlántico Sur entre Sudamérica y África. En el segundo, impulsó la participación de empresas petrolíferas con convenios justos para su país, lo que le valió la acogida calurosa de los líderes políticos de Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania y España.

    La revolución libia ha conseguido obtener e impulsa cualquier solicitud de perdón por parte de las potencias colonialistas. En 2008, Italia efectuó una declaración y firmó una compensación económica para Libia -5.000 millones de dólares-.

    Libia apoya la creación de un mundo justo y la cooperación entre los países. Muamar el Gadafi impulsó la Unión Africana en 1999, inspirada en la Unión Europea, para fomentar la cooperación pacífica en el continente. También lanzó una propuesta en la ONU de pacificación entre Israel y Palestina, una propuesta de mediación en la guerra de Irak y aboga contra la hegemonía del bloque imperialista y los restos del colonialismo, como las bases militares estadounidenses (expulsadas en 1979 las cinco que hubo en Libia) o la ocupación británica de las islas Malvinas en Argentina.

    Desde su presentación en 1975 del llamado Libro Verde, Gadafi se ha declarado en contra del integrismo islámico, factor que también ha sido hasta ahora motivo de simpatía por parte de Occidente. Además, en 2010, la Unión Europea y Libia firmaron un tratado para frenar la inmigración clandestina de los países subsaharianos.

La ocupación militar

    A partir del 17 de febrero de 2011, en Libia el pueblo se vio obligado a enfrentarse con grupos poco numerosos que atacaban comisarías de policía y cuarteles del ejército y se apoderaban de las armas. Ocuparon varios edificios, y de noche abrían fuego, aterrorizando a la población local. En las comisarías se produjeron tiroteos entre estas bandas y los policías. El total de los fallecidos entre ambas partes fue entre 150 y 200 personas.

    La llamada Conferencia Nacional de Oposición Libia, un grupo minoritario sin apenas representación, había convocado el Día de la Ira contra el régimen socialista, pese a que en Libia no existía el descontento de la población de sus países limítrofes (Túnez, Egipto). Este evento fue aprovechado desde el exterior por grupos extremistas islámicos (lo que, generalizando, se ha dado en llamar Al Qaeda) y el 21 de febrero se comenzó a propagar la mentira de que allí habían muerto miles de personas por bombardeos del régimen.

   El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución de condena el 26 de febrero y otra de intervención el 17 de marzo, basándose en las notas erróneas de agencias de noticias árabes, difundidas luego por todos los medios occidentales. Gadafi pidió que se enviara una comisión internacional para investigar los hechos, solicitud que no fue aceptada. Algunos diplomáticos libios renunciaron a sus puestos, creyendo la versión de la supuesta masacre. Los destacados en Estados Unidos fueron comprados.

    El 19 de marzo, una coalición internacional liderada por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, atacó el territorio libio con el pretexto de salvaguardar a la población de los supuestos ataques de Gadafi. El 31 de marzo se trasladó el mando de la operación a la OTAN.

    En meses anteriores, los regímenes de varios países musulmanes habían caído tras las protestas pacíficas de sus ciudadanos, contexto en el que se ha pretendido situar el conflicto libio, que no tiene ninguna relación.

    A raíz del ataque occidental contra el país, que llevaba un mes camuflado como guerra civil, el ejército de Libia inició la defensa, provocándose una guerra abierta en la que los llamados rebeldes, apoyados por las fuerzas de ocupación extranjeras, tomaron posición en Bengasi, la segunda ciudad en importancia, mientras que Trípoli, la capital, continuaba sin ser ocupada.

   Se ha calificado a Gadafi de dictador sanguinario, se le ha acusado de bombardear a la población civil y se han identificado con él los depósitos de divisas libias en bancos de Occidente. Se ha insistido en que el ataque a Libia es distinto al perpetrado en Irak en 2003, que inició una guerra que duró siete años y obtuvo respuesta masiva en contra por parte de las poblaciones de todos los países del mundo.

    Sin embargo, la guerra contra Libia es un capítulo más de la expansión neocolonialista e imperialista por parte de los países occidentales, exactamente igual que sucedió en Irak.

    El estado libio continúa abogando por el fin del conflicto. La desestabilización de la zona, iniciada por grupos integristas islámicos, provocó la subida de los precios del petróleo, situación que no conviene a Occidente, que no ha salido de la crisis de 2008. La intervención contra Libia ha provocado que Gadafi mire ahora hacia Rusia, China y la India para sus intercambios comerciales. Ahora sólo quedan dos opciones para Estados Unidos y sus aliados: derrocar al líder de la revolución socialista o pedir perdón al pueblo libio por la intervención armada.

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De Salomón a la antiglobalización

   Lo primero de todo: nadie sabe si Salomón, el rey Salomón, existió o no. Pero eso da igual para lo que se cuece en este texto. En el libro de la Sabiduría, de la Biblia, atribuido a Salomón (atribuido también y sobre todo a Dios, claro) se hace una encendida apología de la ciencia. O sea, que se defiende la sapiencia, el conocimiento, la lucidez. Nada que ver con la versión facha del asunto: que todo gira alrededor de la fe, “creer en lo que no se ve”.

    Ya sé que la Grecia clásica marcó un antes y un después en la cosa de pasar del mito al logos, de la superstición a la ciencia empírica (aunque los homeópatas, los ufólogos y los defensores de los mercados no se querido enterar aún). Pero estamos hablando del libro de los libros, del texto sagrado que la Conferencia Episcopal Española tiene como texto de cabecera.

    El libro de la Sabiduría -no voy a ocultarlo- considera a Dios como el proveedor del conocimiento, la tarifa de último recurso, la estación término de los anhelos. Pero hoy ya sabemos que esa farsa fue necesaria para configurar nuestras sociedades y hace tiempo que murió.

    La cosa es que Salomón se anticipa al humanismo renacentista, el cual desemboca en la ilustración racionalista, madre de todas las izquierdas de la lucha social, de los derechos humanos y de la educación en libertad, el reparto de riqueza, la lucha contra el hambre y el repudio a los bombardeos.

    En esta sociedad global cuyos factores de decisión dependen de las veleidades codiciosas de los dueños de empresas gigantes, parece razonable seguir hacia atrás el hilo de la ideología del bien común para llegar a Salomón: pero seguro que es otro de mis espejismos. Qué tendrá que ver la ciencia con la justicia; qué tendrá que ver la evolución con el progreso.

 Apuntes al hilo:

El libro de la Sabiduría es considerado apócrifo por judíos y protestantes.

Salomón y la reina de Saba se rodó en Valdespartera, Zaragoza.

La reina de Saba era, quizás, etíope: negra.

El libro de la Sabiduría contiene el pasaje favorito de Luis Buñuel.

Se atribuyen a Salomón cuatro libros de la Biblia, verbigracia:

Proverbios: manual de urbanidad.

Eclesiastés: libro de autoayuda.

Cantar de los Cantares: drama erótico.

Sabiduría: elogio del conocimiento.

El Arca de la Alianza se considera depositada en Etiopía, llevada por el hijo de Salomón y la reina de Saba.

El llamado Testamento de Salomón es un libro medieval para conjurar demonios.

Etc.

 

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