Por Marta Remartinez
En unos días la gran manzana volverá a teñirse de verde como lo hace cada marzo desde mediados del siglo XVIII. Si te gusta la juerga, el caos y la cerveza el 17 de marzo es sin duda uno de los mejores días para disfrutar de esta increíble ciudad. Es Saint Patrick’s day.
Marta Remartínez
Corresponsal del Pollo en Nueva York
http://www.flickr.com/photos/momentosguardados/
A comienzos del siglo XIX varias asociaciones irlandesas de Nueva York se unieron para crear lo que hoy se conoce como el desfile de Saint Patrick, donde casi doscientas mil personas recorren la famosa 5ª avenida desde la calle 44 a la 86 cada año. Una fiesta irlandesa que baña de verde a la ciudad potenciando las raíces y mostrando con más orgullo que nunca esa herencia irlandesa tan presente en esta ciudad multicultural.
Las semanas previas a esta fiesta se puede ir observando como los típicos recuerdos empiezan a remplazarse por otros de color verde. En esencia son los mismos, camisetas declarando el amor a esta urbe, collares de un dólar que de pronto cuestan 7, tazas, taxis y un largo etcétera de regalitos que encantan a turistas y locales, ya que nadie puede resistirse a vestir de verde ese día.
Esta fiesta es de las más importantes de Nueva York, y pese a tener orígenes religiosos, ya que se celebra la muerte de uno de los mártires más famosos de Irlanda cada vez más el sentimiento religioso queda casi olvidado para empaparlo, literalmente, con cerveza, mucha cerveza.
Pero además de beber ¿qué podemos hacer ese día?
Sin duda el plato fuerte es el desfile que con una duración de casi cuatro horas impregna a la ciudad de una aire festivo como ningún otro desfile neoyorkino. En una ciudad donde al más puro estilo ley seca, debes esconder tu cerveza en una bolsa de papel cuando caminas por la calle el día de Saint Patrick es una bocanada de aire fresco, ya que ese día los policías no son tan malotes e incluso puedes ver algún borrachín por la calle, algo muy raro de encontrar en Nueva York.
Para mi es mucho más interesante ver a la gente que acude al desfile que el desfile en sí. Para ser sincera es algo aburrido. Podríamos dividirlo en gaiteros, policías, bomberos, mayorets y más gaiteros. El público es mucho más divertido, pelucas verdes, sombreros verdes, uñas verdes y mucho trébol símbolo indiscutible del Saint Patrick’s day. Casi parece un desfile de carnaval.
La catedral de San Patricio cuenta con un programa especial y ofrece una opción mucho más relajada, eso si no te peleas con los números fieles que asisten a misa y los curiosos que se acercan a la hermosa catedral de Nueva York.
Por la noche son muchos los bares que ofrecen una noche con temática irlandesa. En confianza os diré que suele ser como una noche cualquiera en la gran manzana pero con precios desorbitados, si más aún. La diferencia es que todo se mueve bajo la consigna ‘ser irlandés mola’ y así en este ambiente encontrarás hombretones de dos metros intentando robarte tu cazadora verde para hacerse una foto, otros suplicando por que les des tu collar al más puro estilo de Nueva Orleans, y diferentes escenas típicas de una noche de juerga.
Así que corre a comprarte un modelito verde y prepárate para arrasar en Nueva York, ya que sin duda Saint Patrick es el día más loco del año, ¿te vienes?.
