¿República Dominicana y Haití?


Por Manuel Sogas

    La República Dominicana y Haití están manteniendo actualmente una intensa disputa aparentemente motivada por la construcción de una canal en territorio haitiano que toma el agua del río Dajabón o Masacre, fronterizo entre ambas naciones, cuando en realidad…

Por Manuel Sogas Cotano
Corresponsal del Pollo Urbano en República Dominicana 

…la esencia del problema reside en la política imperialista para la extracción de los recursos de ambas naciones por parte de los capitales dominantes de USA, Canadá y Francia, donde la Unión Europea juega el papel político auxiliar de dichos capitales, por tanto, la referida disputa está muy lejos de ser una cuestión entre dos naciones independientes y soberanas que han de resolver por sí mismas y con sus propios medios.

   La cuestión ha de ser planteada “en el ámbito teórico de la historia de las relaciones internacional” [[1]].

    Lo que sigue no pasa de ser más que la exposición de unas breves notas históricas trazadas a brocha gruesa, sin otro propósito que evidenciar, siquiera sea de manera breve y superficial, que desde sus orígenes ni la República Dominica ni Haití dispusieron de los medios económicos y políticos necesarios y suficientes para resolver sus problemas internos, y mucho menos para resolver los que afectaban a las dos naciones por igual, porque desde siempre estuvieron sometidas a potencias imperialistas extranjeras, al igual que hoy.

     República Dominicana y Haití son dos Estados que comparten el suelo de la misma isla: La Española, donde llegó Colón en el 1492; el primero en la parte occidental y el segundo en la parte septentrional de dicha isla. Esta permaneció durante todo el siglo XVI bajo la autoridad de España o, más propiamente dicho, bajo la autoridad castellana, pues al menos durante más de treinta años después de la llegada de Colón a sus costas, cualquiera que no fuera castellano necesitaba una dispensa real para viajar al Nuevo Mundo, puesto que España como tal no existía todavía en 1492.

   Incapaz la autoridad española de controlar el contrabando que realizaban barcos franceses, holandeses e ingleses en la parte septentrional de la isla que andando el tiempo sería Haití, autorizó la destrucción de varios pueblos con la pretensión, que no logró, de erradicar el contrabando. Las devastaciones producidas por este acto originó el abandono de aquella parte de la isla, lo que permitió que a partir de 1640 fuera siendo ocupada por bucaneros y filibusteros franceses procedentes de la isla de La Tortuga, bastión y plaza fuerte de piratas y bandidos.

   Aquella ocupación ilegal que terminó poblando el espacio que transcurrido el tiempo constituiría el actual Haití era alentada cada vez más por las autoridades francesas, hasta obligar a España a tener que reconocer formalmente la nueva colonia francesa mediante el tratado de Ryswick en 1697.

   A lo largo del siglo XVIII los colonos franceses continuaron aumentando el territorio bajo su control, dando lugar a numerosos conflictos entre la colonia francesa y la colonia española, hasta que por fuerza de los hechos España se vio obligada otra vez a tener que reconocer nuevas fronteras entre las dos colonias mediante la firma del tratado de Aranjuez en 1777, pero sin embargo y a pesar de este nuevo tratado que establecía nuevas fronteras estas no eran reconocidas por los pobladores de Saint Dominique, que era como denominaban su pobladores a la parte occidental de la isla, insistiendo Francia en numerosas ocasiones (1698, 1740 y 1783) para anexionarse la colonia española de la isla La Española.

    En 1793 estalló la guerra entre Francia y España, concluyendo en 1795 con los acuerdos de paz en Basilea, estableciéndose que Francia devolvía a España todas las plazas ocupadas por sus ejércitos durante la guerra en el norte de España, mientras que España a cambio y por su Rey Carlos IV, “por sí y sus sucesores, cede y abandona en toda propiedad a la República francesa toda la parte española en la Isla de Santo Domingo en las Antillas.”

    Como escribió Menéndez y Pelayo, los dominicanos fueron “vendidos y traspasados por la diplomacia como un hato de bestias.” [[2]]

   En enero de 1804 Haití se independiza de Francia, al tiempo que abolió la esclavitud, constituyéndose en el primer país de Latinoamérica que consiguió la independencia y el primer país también que abolió la esclavitud. La independencia frente a España la obtuvo la República dominicana el 1 de diciembre de 1821. Tras su proclamación de independencia “el territorio dominicano fue ocupado casi de forma inmediata por parte de Haití, una situación que se prolongó  por espacio de veintidós años, hasta el 27 de febrero de 1844, fecha en que se produjo la separación definitiva entre ambos países” [[3]] con la proclamación de la República Dominicana como nación independiente. Este peri0do de tiempo está salpicado de numerosos actos violentos y sangrientos, los cuales, junto a otros de la mima naturaleza que se produjeron posteriormente como la matanza de haitianos llevada a Cabo por el sanguinario dictador Trujillo en 1937 (acto que por cierto algunos sectores minoritarios de dominicanos actualmente han evocado para resolver la actual crisis entre República Dominicana y Haití como consecuencia de la construcción de un canal por parte de esta última que toma las aguas del rio fronterizo de Dajabón o Masacre) constituyen los hechos históricos que podrían explicar la desconfianza o animadversión dominicana hacia los haitianos y viceversa.

    Diferentes sectores dominicanos no aceptaron nunca el dominio haitiano, y en consecuencia pronto se aprestaron a conspirar para la independencia de Haití, surgiendo una sociedad secreta, la Trinitaria, fundada por Pablo Duarte en 1837, formada por jóvenes liberales con el propósito declarado de lograr la independencia de la República Dominicana. Igualmente surge otro grupo formado por hateros (hacendados) encabezado por Santana de tendencia conservadora con el mismo objetivo.

    Durante la Primera República (1844-1861) se pone de manifiesto la debilidad económica dominicana y como consecuencia su inestabilidad política, lo que justifica que pese a la declaración formal y pública tanto de Duarte como de Santana de pretender la independencia dominicana, lo que realmente buscan es el protectorado o acuerdo diplomático con alguna potencia imperialista: España, Francia, Inglaterra o EE.UU que les asegure la permanencia en poder cuando lo tienen, o de palanca política para alcanzarlo frente al adversario político para cuando no se dispone del mismo.

    Tras numerosas, complejas y arduas gestiones diplomáticas en busca del “deseado” protectorado imperialista la balanza se inclina a favor de España, de modo que en marzo de 1861 Santo Domingo a cambio de determinadas ventajas orecidas para el mejoramiento de las condiciones económicas de los dominicanos se incorpora a su antigua metrópoli, pero España se ve imposibilitada para el cumplimiento de los compromisos contraídos,  y como consecuencia  “El desorden se hizo mayor en el ánimo de la mayoría de la población, cuyo nivel de vida se estaba deteriorando. Incluso gran parte de la clase dominante entró en conflicto con el gobierno español, pues sus ilusiones de poder político y económico se esfumaron rápidamente” [[4]], y por esta razón se produce un levantamiento armado contra ella en 1863, dando lugar a la restauración de la República dominicana.

    La última invasión de Haití contra el territorio dominicano se llevó a cabo en 1855, justificada esta acción desde el punto de vista haitiano, por el peligro que suponía para su independencia que la República Dominicana cayera en poder de los EE.UU, un Estado esclavista, dadas las negociaciones que para conseguir su protectorado estaba llevando a cabo el presidente dominicano, Santana, en Washington, a cambio de lo cual los EE.UU exigían la concesión para la instalación de una base en la bahía de Samaná. [[5]]

    Hasta finales de los años 70 del siglo XIX la República Dominicana se encontraba más cerca del feudalismo quede las relaciones de producción capitalistas. La siembra de café y cacao la realizaban los campesinos en las tierras de los grandes propietarios y el producto recogido se repartía en función de un acuerdo previo entre el campesino y el propietario de la tierra. Se puede comenzar a hablar de capitalismo en la República Dominicana a partir del último tercio del siglo XIX con el establecimiento de la industria azucarera, pero ceñidas estrictamente a este sector económico que se caracterizaba por la existencia de grandes monopolios; fusión de los capitales bancarios e industriales y por la expansión de las inversiones en el extranjero, en suma, por las prácticas imperialistas, a la que eran empujados los grandes capitales, especialmente europeos y de los EE.UU. que necesitaban para sus respectivos desarrollos materias primas de los países dependientes “como los de América Latina, África y Asia (salvo Japón que también era un país imperialistas) y hacer inversiones en ellos, ya fuera montando empresas o haciendo préstamos” [[6]]. Teniendo como único objetivo la producción para la exportación, por lo que las relaciones de producción capitalistas no se extendieron por todo el país, quedando circunscritas a los los trabajadores ligados a la producción de azúcar, por lo que las relaciones de producción pre capitalistas continuaron siendo las predominantes.

    Se hizo alusión anteriormente a la inestabilidad política en la República Dominicana que quedó evidenciada en los primeros gobiernos tanto de Santana como de Báez, los que se habían sucedidos unos a otros varias veces en seis años, pero resultan mucho más significativos a este mismo respecto los trece gobiernos habidos en siete años que figuran en el Cuadro siguiente:

 

FECHAS

GOBIERNOS

Noviembre de 1873 a febrero de1876

Ignacio María González

Febrero de 1876 a abril de 1876

Consejo Secretarios de Estado

Abril de 1876 a octubre de 1876

Ulises Francisco Espaillat

Octubre de 1876 a noviembre de 1876

Junta Gubernativa

Noviembre de 1876 a diciembre de 1876

Marcos A. Cabral

Diciembre de 1876 a diciembre de 1876

Ignacio María González

Diciembre de 1876 a marzo de 1878

Buenaventura Báez

Marzo de 1878 a mayo de 1878

Ignacio María González

Mayo de 1878 a julio de 1878

Cesáreo Guillermo

Julio de 1878 a septiembre de 1878

Ignacio María González

Septiembre de 1878 a febrero de 1878

Gobiernos provisionales

Febrero de 1879 a octubre de 1879

Cesáreo Guillermo

Octubre de 1879 a septiembre de 1880

Gregorio Luperón

 

Fuente: Augusto Sención Villalona. Historia dominicana: desde los aborígenes hasta la Guerra de Abril. Archivo General de La Nación.

    La disputa fronteriza entre ambos Estados continuaron menudeando hasta llegar a 1929, fecha en que para resolver definitivamente los problemas fronterizos ambos gobiernos acordaron la construcción de una carretera de 391 kms. Entre ambos países que concluyó en 1943 y que marcó definitivamente la línea fronteriza, por otra parte,

     El ejército de Haití se disolvió en 1995, por lo que todo atisbo de una nueva invasión militar a territorio dominicano ha desaparecido por completo, de donde cabe deducir en buena lógica que sobra de manera absoluta por parte de la República Dominicana cualquier aspecto militar para resolver el problema surgido recientemente como consecuencia de la construcción de una canal en territorio haitiano. Este problema tiene que ser explicado y solucionado en función de la política imperialista que se está imponiendo en toda la Región Latinoamericana por parte de los grandes capitales, especialmente de EE.UU, Canadá y Francia, y que vienen denunciando desde hace veinte años, entre otros, el Centro de Estudios Internacionales de Managua, Nicaragua.

 

[[1]] Luis Alfonso Escolano Giménez. La rivalidad internacional por la República Dominicana y el complejo procesos de anexión a España (1858-1865). Archivo General de la Nación. Vol. CXCI, Santo Domingo, DN. 2013.

[[2]] Mauricio Rubilar Luengo / Agustín Sánchez (Coordinadores). Relaciones Internacionales y Construcción nacional. América Latina 1810-1910. EDICIONES UCSC.

[[3]] Luis Alfonso Escolano Giménez. La entrada de la República Dominicana en el escenario internacional y el comienzo de la injerencia extranjera (1844-1846). Los Nuevos Estados latinoamericanos y su inserción en el contexto internacional, 1821-1903. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Universidad Stendhal-Grenoble 3.

[[4]] Augusto Sención Villalona. Historia dominicana: desde los aborígenes hasta la Guerra de Abril. Archivo General de La Nación.

[[5]] Mauricio Rubilar Luengo / Agustín Sánchez. Obra citada.

[[6]] Augusto Sención Villalona. Obra citada.

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