Por Martín Ballonga
¡Pollo a Pollo aumenta el número de seguidores de esta sección! Aquí conviven píldoras, runrunes y comentarios que nos llevan por pequeñas pistas a caminos de interés asegurado para nuestros inteligentes lectores.
El domingo 23 de abril, día de san Jorge, ‘padre padrone’ de Aragón, Fernando Rivarés estaba haciendo trabajos de carpintería en su casa y se dio cuenta de que no tenía martillo, así que pensó pedírselo a su vecino. Al salir por la puerta, lo piensa dos veces y se plantea que igual es demasiado temprano para llamar al timbre. Podría enfadarse. Pese a todo, se lanza y piensa que si se molesta será porque, en el fondo, es un hombre huraño y poco solidario. Así, el bueno de Rivarés llega a casa de su vecino y llama al timbre. Este le abre y le dice: “Hola, buenos días”, a lo que Rivarés le contesta: “¡Bien, si no quiere dejarme el martillo no lo haga! ¡Pero sepa que es una persona muy desconsiderada! ¡Quédese su maldito martillo!”. Menos mal que no le pidió la hoz…
Con martillo o sin martillo, Rivarés mandó al circo a Saúl Esclarín y a López Carbajales para ver si así podían aportar ideas a los escenarios zaragozanos. El número estrella era la foca que hablaba. La foca se subía a un podio y el domador le ordenaba: “Foca, di papá”. La foca emitía un sonido y el domador le anunciaba al público: “Ha dicho papá”. Aplauso general. Hasta que a Esclarín y Carbajales se les inflaron los cojones y gritaron: “¡No ha dicho papá, ha dicho que usted es un estafador que nos va a devolver inmediatamente el dinero de las entradas!”. Un tumulto. Un desasosiego general. Los leones surgieron por el túnel con los dídimos de corbata. Y no devolvieron el dinero.
Al parecer, se han acabado los privilegios para quienes engordaban facturas al consistorio a costa de dietas y similares. Lo de apologéticamente escribirás y gratis comerás parece que pasó a mayor vida. Y nos parece estupendo, que ya vale de cretinos. El dúo formado por Saúl Esclarín y López Carbajales, a las órdenes de su comandante Rivarés, han tenido que pelear de lo lindo para limar tanto extravío. Y fueron amenazados, en un vergonzante tuteo, por uno de los jefecillos culturetas de la Inmortal: “No me habléis de la lluvia que soy Noé”.
Lo decían nuestros abuelos: “No es posible tener tanto sin haber robado”. Y también Marx: “La única vía para semejante acumulación es la explotación”. Nos mean encima y dicen que es lluvia.
Ante su tendencia a engordar, y que le trae por la calle de la Amargura, Alberto Cubero echó tierra de por medio: “La comida que prepara mi chica es la que me ha hecho adelgazar”. Vamos, que su chica es experta en aliñar lechuga y en poner filetes de pollo a la plancha.
Enhorabuena al exfutbolista del Real Zaragoza Miguel Pardeza, que ha ganado el premio Panenka al mejor libro del año por su obra ‘Torneo’, en donde narra la forma en que cualquier ser humano desde que tiene un sueño se relaciona con él, y todos los demonios que se le van despertando por la ansiedad o la ambición de llegar a algo. Un notable ejercicio de introspección.
El amigo y camarada Miguel Ángel Yusta pone los textos poéticos a los dibujos vanguardistas de Alberto Calvo –‘ilustre’ primo de nuestro subdirector- en el volumen ‘Damas’ (La Fragua del Trovador, 2017), esas mujeres picassianas que tienen hasta tres ojos. Mayusta frente a Supermaño: “Es un curioso ajedrez / este dibujo trufado / de misterio y de mujer”.
Otra enhorabuena a nuestro amigo y camarada Agustín Sánchez Vidal, a quien se le ha concedido el premio de las letras aragonesas. El jurado, gobernado por un sabio, ha destacado su trabajo en la creación, docencia, divulgación e investigación. El salmantino afincado en Zaragoza lo celebrará con la redacción de ‘El pollo urbano’ en una suculenta comida regada con una caja de vinos Enate.
Nuestro amigo el rapero Kase.O arrasó en los premios de la música aragonesa. También tuvieron reconocimientos Santiago Auserón, Ara Malakian, Pirineos Sur y el videoclip ‘Jodidamente loco’, de Los Bengala, realizado por Killo the TV. Enhorabuena a todos ellos.
El actor Fernando Usón fue abordado por una paseante en pleno paseo de la Independencia: “Señor Usón, de todas las películas en la que usted ha intervenido, ¿de cuál de ellas está usted más satisfecho?”. Y Usón le respondió, sin resquicio a la duda: “Fermosa dama, sin comparación, ‘Lo que el viento se llevó’ fue la que más me satisfizo”.
Hace un tiempo, el señorito Javier Delgado plantó un membrillero en su jardín y cada año recoge los frutos que le ofrece y con ellos fabrica personalmente una carne de membrillo exquisita. Es su única habilidad en la cocina. Es hermoso verle con un delantal ceñido a la cintura y una cuchara de palo en la mano enguantada, removiendo el membrillo en la olla, mientras le cruje la espalda y suda la gota gorda. De todos los árboles de su jardín, el membrillo que plantó con sus propias manos en el rincón umbrío cada vez está más apretado, el pobre, entre un crecido laurel, de generación espontánea, y un poderoso castaño. El arbusto, de la familia de las rosáceas, que procede de Asia Menor, se defiende inclinando sus enmarañadas ramas hacia fuera en busca de sol.
Cuando Luis Alegre escribía esas empalagosas columnas en ‘El País’, una de las loadas fue la guapa presentadora de televisión Elena Sánchez Sánchez, del espacio ‘Historia de nuestro cine’, coordinado por Luis Parés y dirigido por Paco Quintanar. “Ya veréis”, nos dijo Dionisio Sánchez, “cómo el de Lechago aparece, tarde o temprano, en el programa”. Dicho y hecho. La loa surgió efecto. Y allí apareció nuestro héroe acompañado en el coloquio con Concha Velasco, Aura Garrido y Fernando Méndez-Leite. Apologéticamente escribirás y gratis comerás.
El escritor Antonio Orejudo lo dice mejor, bromeando con la idea de que la generación anterior eligió unos cánones que la suya -cosecha del 63- no ha sido capaz de romper ni superar. “Una de las razones por las que no tengo muy buena opinión de nosotros mismos es porque hemos renunciado a plantar batalla. Hemos sido acomodaticios, muy mansos, hemos preferido esperar, no ser conflictivos. Hemos renunciado a hacer de la cultura un campo de batalla”. Lo dicho, la cultura como terreno de la felicidad. O como (auto)propaganda.
El gobierno de José María Aznar permitió en 1998 inmatricular los lugares de culto que hasta entonces ni la ley franquista permitía. A partir de esa fecha, los grandes templos, basílicas, catedrales o colegiatas se registraron a nombre de la iglesia y sin enterarse nadie, porque no se hizo público.
En 1885, el arzobispo Elías Yanes inmatriculó, antes de que la ley lo permitiera, y en supuesto fraude de ley, un número indeterminado de templos, de los que solo sabemos cuatro: La Seo, la Magdalena, San Juan de los Panetes y Santiago el Mayor.
“El gobierno de Aragón no disputará a la iglesia la propiedad de sus templos”, ha declarado Javier Lambán. Le responde, categórico, José María Gregorio Uribarri: “La idea que usted forja de sí mismo y la de sus compañeros de partido es la de ser un perrico faldero de la jerarquía eclesiástica, sumiso y sin cuestionar nada, como siempre. Lo único que han sabido hacer es amagar y no dar, agachar la cabeza y callar. ¿Para qué queremos a un presidente que no defiende el patrimonio histórico, artístico y cultural del pueblo aragonés?”.
Sin embargo, otros piensan que los motivos del consistorio zaragozano para realizar estas acciones judiciales contra las inmatriculaciones son parte de una estrategia política de radicalización y confrontación social, un capítulo más de la ofensiva contra los derechos de los cristianos. “Pedimos libertad para todos y no solo para los que consideran que profesar una religión es poco menos que un delito”, ha declarado Miguel Vidal, de la plataforma MasLibres. Para Gregorio Uribarri, por el contrario, “la iglesia siempre se ha ido apropiando, o esquilmando, o expoliando, o robando, un número desconocido de bienes”. ¡Qué cruz! Y Cristo en el madero.
Explosivas declaraciones de Javier Lambán en un encuentro en Madrid con Susana Díaz: “El mono es muy salido, como está científicamente demostrado, y la mona, receptiva y cariñosa”. Y nosotros decimos que todo ello facilita la expansión de la especie.
Sea como fuere, el duelo ha llegado: Susana Díaz contra Pedro Sánchez. Una de las dirigentes más activas del pedrismo, la diputada por Zaragoza Susana Sumelzo, comenta que no van a hacer exhibicionismo con los avales. Y afirma: “Fuimos depurados y marginados, pero ahora vamos a dar batalla”. El trotacalles Antonio Miguel Carmona lo tiene claro: “Las posibilidades de que vuelva Pedro Sánchez a dirigir el PSOE son las mismas que tiene Largo Caballero”. El aparato, por descontado, da la consigna: “Susana o muerte”.
A Ion Arretxe y Mikel Zabalza les torturaron en 1985, ahogándolos en un río. Zabalza apareció después en el Bidasoa y a Arretxe le tocó sobrevivir para contarlo. Lo hizo un sinfín de veces, sin miedo a las consecuencias. La más completa, aparte de su actividad cinematográfica (más de cuarenta títulos como director artístico o actor), la dejó escrita en el libro ‘Intxaurrondo, la sombra del nogal’. Pero acaba de morir, todavía joven, de un maldito cáncer. Habría que poner en orden ya alguna intoxicación barata de los cien mil escritores del ministerio de las cloacas, las vírgenes y los ascensos a base de entrega de supuestos falsos sospechosos a los que se condena de antemano. Fue el terrorismo de estado más criminal. Fueron los grandes artífices del fraude, la mentira, las farsas y las ficciones. Y, ahora todo el aparato socialista aplaudiendo a Felipe González. Ante todo, caballeros. Susana o muerte.
