Pollerías (octubre)


Por Martín Ballonga

  ¡Un éxito sin igual del Pollo Urbano!. Una sección con píldoras, runrunes y comentarios que nos llevaran por pequeñas pistas a caminos de interés asegurado para nuestros lectores . No te pierdas su lectura…

 A ojo de buen cubero, los podemitas municipales de Zaragoza han regañado al cuerpo de bomberos por untarse aceites hetereopatriarcales para su ya tradicional almanaque benéfico, donde vienen retratados desnudos de cintura para arriba. Nunca mejor dicho lo del cuerpo. Seguro que si hubieran dejado salir en el calendario a Fernando Rivaflex llevando la manguera otro gallo hubiera cantado. ¿Por qué la mujer que posa ligera de ropas, eróticamente, es una víctima cosificada pero el hombre que hace exactamente lo mismo es un macho agresivo que alardea de su poder y su furor viril? Estos chicos de ZeC tienen cosas de bombero y no sirven ni para apagar una fogata. ¡Menuda tropa y el general con sarna!

  Por lo visto, el alcalde Pedro Santiveri tiene envidia y ha prohibido el calendario benéfico porque solo salen tíos cachas y no gente enclenque como él. A lo mejor es que le recuerda la tableta abdominal de Aznar. ¡Pues a hacer flexiones, joder! Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, och… ¡plas!

 

  El escritor Antonio Lucas y el fotógrafo José Aymá han elaborado en el diario ‘El Mundo’ unos viajes literarios de primer orden en torno a cinco pueblos elegidos y caminados, y abandonados de esa España que se vacía de la que hablaba Sergio del Molino (reciente premio Espasa con ‘Lugares fuera de sitio’). Entre ellos, La Estrella, en lo hondo del Maestrazgo, y Malpica de Arba, en lo alto del cerro en la sierra de Uncastillo. La España donde habita el olvido, en verso original de Bécquer (y no de Cernuda, aclaramos). Los pueblos que un día se agotaron están sometidos a otra corrupción: la fantasmagórica. Nunca mueren repentinamente, sino que llegan poco a poco a su forma ingrávida, a su desmayo. Los pueblos vacíos tienen la traza soberbia de lo que un día fueron.

 

  Carlos Saura declara ante los medios de comunicación que se están haciendo muchas películas que nunca veremos. No está haciendo una elucubración estadística, aunque lo pueda parecer, porque serán miles de películas las que se estén rodando en el mundo. Lo que dice el cineasta oscense es una denuncia. Muchas películas que reciben subvenciones se ruedan y no se exhiben. O se exhiben unas pocas veces para cumplir con el proceso administrativo. Parece que es un hábito más normal de lo recomendable. Porque una película puede ir mal, y retirarse de los cines en pocas semanas. Pero algunas no llegan nunca a una sala de exhibición. A lo sumo, se pasará en horario intempestivo en alguna cadena de televisión que la coproduzca. Ya lo dijo Salomón, es un timo la subvención.

  ‘Yucatán’, el filme de Daniel Monzón con el que Malamadre se va de crucero, nos recuerda el refinamiento de las comedias de Blake Edwards o Preston Sturges. Es una fábula moral sobre la codicia humana, pero desde una mirada llena de humor. Su aspecto de película comercial sin pretensiones puede empañar su brillantez. Lástima, no obstante, el trazo elemental de ciertos personajes, como el que interpreta Jorge Asín, que parece salido de una farsa de Ozores.

  Han decomisado en fechas recientes el mayor alijo de productos falsificados. Esa estafa de la que somos cómplices voluntarios. Los manteros en precariedad absoluta. Un problema. En cambio, no vemos que se le dé la importancia que tiene el descubrimiento de diez mil jamones en mal estado. Parece existir un tráfico de jamones y embutidos pasados de fecha, congelados y con etiquetas falsas. Una estafa que puede poner nuestra salud en peligro. Y nuestra ilusión. Si no podemos confiar ya ni en los jamones, esto se pone muy feo. Aprovechando el tirón, el cineasta más ‘listo’ en esta tierra nuestra, Gaizka Churresku, va a pedir una cuantiosa subvención para rodar la continuación de aquel filme de Juan José Bigas Luna titulado… ‘Jamón, jamón’.

  A quien le gusta mucho el jamón es a nuestro amigo y colaborador Franco Deterioro, alias de Daniel Clemente, que acaba de lanzar su quinto disco, ‘No hay quinto malo’. Luis Lles dedica estas palabras a este francotirador heterodoxo, ajeno a las modas y amante de todo lo que huela a natural: “Con su mismo humor de siempre y rodeado de un plantel de grandes músicos, firma su trabajo más orgánico, casi como si se tratara de un Pep Laguarda de ascendencia monegrina, e incluye curiosas versiones de Joan Baptista Humet y la poeta slam Elisa Berna”. Reflejado queda.

  Primero fue el ‘Ecce homo’ de Borja, luego el ‘San Jorge’ de Estella y ahora la escultura ‘La virgen con el niño y santa Ana’, una talla de finales del medievo convertida en otra disparatada restauración en la aldea asturiana de Rañadorio. ¿Por qué ese deseo por ‘mejorar’ tallas de santos y vírgenes con pinturas compradas en un chino? No contenta con sacarle los colores a las figuras, la autora -y estanquera del pueblo-,  ha osado incluso con maquillar a la virgen y hacerle una manicura en radiante rojo. Con sus quince minutos warholianos de gloria, poco podía sospechar Cecilia Giménez que iba a crear escuela y aquella desfiguración iba a ser objeto de imitación, además de dinamizar extraordinariamente el turismo del lugar. ¡Todo por la pasta!

  Javier Lambán hizo una reciente visita a Pedro Sánchez en Madrid y este le presentó a un importante hombre de estado norteamericano, natural de Kansas. Y Lambán, haciéndose el graciosete, le contó un chiste, tuteándole: “¿A que no sabes en qué se parece Kansas a una silla? Pues que en Kansas está Kansas City y una silla está por City Kansas”. Sillas de montar calientes…

  Al padre Melero, que en estas fiestas pilaristas cambiará la sotana por un riguroso traje ansotano, se le ha visto, camuflado con barba postiza y melena yeyé, en el rastro zaragozano vendiendo ejemplares de su vasta biblioteca. Como problemas económicos no tiene, suponemos que se ha dado cuenta, al fin, de que el coleccionismo es una forma de tara. Si, como dictó Heidegger, el hombre es un ser para la muerte, entonces ¿qué sentido tiene atesorar?

  Explosivas declaraciones de Pablo Echenique: “Hago mucho ruido, sí. Conmigo no es posible el aburrimiento. Espero que cuando acaba mi carrera política me contraten en ‘Sálvame’ de tertuliano”. La respuesta del cómico Ignatus fue inmediata: “Echenique es una célula que ha salido mal, pero no hay peligro porque no se puede reproducir”. Al margen de la ‘boutade’, el tertuliano es un animal de varia estatura y sexo irrelevante que habla de todo y come tres veces al día, a no ser que le coincida con una tertulia, en cuyo caso se alimenta del cáterin de la cadena.

  El bailarín y coreógrafo Víctor Ullate se despide, a los 71 años, del mundo de la danza, y lo hace con una acérrima defensa a Cristina Cifuentes: “Me parece increíble que se pudiera destruir a una persona de aquel modo. Lo que hicieron con ella me dejó mal, muy mal”. Dios los crea (o los cría) y ellos se juntan.

  Ferran Adrià dice que un restaurante creativo es el que prefiere cerrar antes de cambiar su estilo. Aunque paguen la novatada, Leo Franco y sus chicos de la Sociedad Deportiva Huesca intentan jugar al fútbol como el propio deporte y los aficionados merecen. Podrá ganar o perder, pero el Huesca es un equipo alegre, propositivo, desacomplejado, con buenas ideas, con una confianza en sí mismo realmente insólita en un recién ascendido, que merece toda la simpatía de cualquier aficionado al fútbol. Un equipo que sale al toque con una gran naturalidad, jugando al fútbol con posesiones largas e intencionadas. Nos gusta el Huesca de Leo Franco por el mismo motivo que nos gustan los grandes restaurantes y la sonrisa perfecta de Deborah Kerr.

  Por mucho que la prensa deportiva comprada –que en la capital aragonesa es casi toda, con sus burdas mentiras al dictado- insista en la propaganda con que la actual fundación del Real Zaragoza, con Cristian Lapetra al frente –recuerdos a Luengo, eh-, intenta justificar lo injustificable, la verdad es que el club, digan lo que digan, es ahora una gacela enferma devorada por las leonas, justo antes de que lleguen los buitres. ¡Viva Petón! ¡Aúpa el Huesca!

  Decía George Orwell que “informar es contar aquello que alguien no quiere que se sepa”, y que lo demás “es publicidad”. La rebeldía es un derecho, pero también debería ser una obligación del periodista o del agente cultural. Pocos defienden en esta tierra nuestra una profesión que debería seguir levantando alfombras y formulando las preguntas más incómodas para controlar a los que ejercen el poder. Lo fácil es vivir del poder, con la excusa de la cultura o lo que sea, y mirar para otro lado. Porque hay que ser más distante y crítico, que la proximidad sentimental (o lo que sea) siempre traiciona. ¿Damos nombres?

  Hace unos años, ‘El País’, que actualmente dirige Soledad Gallego-Díaz, se autobautizó como “el periódico global, siempre con la verdad por delante”. Sigue con la misma cantinela y se muestra cada vez más derechista, con sus nuevas incorporaciones incluidas, entre ellas las de los hermanos -y paisanos nuestros- Aloma Rodríguez y Daniel Gascón (quien, por cierto, está preparando un gran ramo de claveles amarillos para la ofrenda en estas fiestas pilaristas). Unos medios de comunicación, en fin, que se están autodestruyendo con sus falsedades. Y de global, nada de nada. Ya lo dijo Tales de Mileto, lo de las letras libres es un panfleto.

  Fuentes de toda solvencia nos aclaran que el periodista Antón Castro (gran amante del cine bélico y cuya película de cabecera es ‘¡Torra! ¡Torra! ¡Torra!’) no tiene hijos. Y que los escritos de sus supuestos  los fabrica él mismo. Seguiremos informando.

  Monarquía o república es el último y fútil pretexto para enterrar la Transición mientras se exhuma a Franco, caudillo por la gracia de dios. El dilema es tan profundo como el de ¿Coca Cola o Pepsi? ¿Quién no quiere luchar contra Franco, salvar a un náufrago, esquilar al empresario obeso para socorrer al niño pobre, ayudar a bien morir al próximo Ramón Sampedro? Recomendamos, ya puestos, el documental ‘La causa contra Franco’, dirigido al alimón por Lucía Palacios y Dietmar Post, en el que queda claro la conexión con el nazismo. Y eso es un argumento jurídico. Si las piedras hablaran…

  Pregunta del quiosquero de la esquina: “¿Siempre será punible que quienes leemos a Kant sostengamos que en ocasiones la ley puede estar vacía de moral y también sus servidores?”. Recordamos a los lectores de ‘El pollo urbano’ que el filósofo advertía sobre la conveniencia de actuar de tal modo que se use a la humanidad siempre como un fin y nunca como un medio. De otro modo, el buen comportamiento es obrar según una máxima que pueda convertirse en ley universal.

  Y Cristo dijo: “Ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él”. (San Lucas, 16: 13-14).

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