Desde el diván: ‘Obra maestra’, de David Trueba

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Por José María Bardavío

   Santiago Segura, un esperpéntico psicópata que quiere hacer cine a toda costa, a punto de concluir su película (un bodrio espantoso protagonizado por una joven actriz que ha raptado y obligado a interpretar el papel estelar), le lleva el copión al montador que va a editar la película…

 Nacionalidad: España. Año de producción: 2000. Director: David Trueba. Guion: David Trueba. Fotografía: Javier Aguirresarobe (color).  Música: Roque Baños. Intérpretes: Ariadna Gil, Santiago Segura, Pablo Carbonell, Loles León. Duración: 107 minutos.

…Pero el hombrecillo, un pobre sujeto lleno de achaques y obsesionado con el cine porno, sufre un colapso y muere allí mismo.

    Santiago Segura, todavía  más obsesionado con su película, introduce el cadáver en una bañera llena de agua que encuentra en el absurdo lugar de trabajo del montador de películas y, como  homenaje al supuesto prestigio adquirido al colaborar en la película de Santiago Segura, proyecta en la bañera que contiene el cadáver algunas de las tomas que el difunto no pudo, por razones obvias, terminar de montar. Así que la superficie del agua se convierte en pantalla cinematográfica para homenajear al  montador que con toda seguridad hubiera terminado su trabajo si le hubiera dejado la vida que se le ha ido. La película se convierte en mortaja líquida para envolverle a eternidad.  

     La ocurrencia de David Trueba es increíblemente insólita y suficientemente inquietante por no decir turbadora: convertir el agua en pantalla, y la bañera-ataúd en sala cinematográfica para un único y solitario espectador cadáver. Santiago Segura desea tanto el triunfo de su película que convierte al difunto amigo en espectador, como si la película que se posa en la superficie del agua cubriéndole, fuera la tierra más hermosa capaz de garantizarle la auténtica eternidad.

     En otra secuencia, Ariadna Gil exhibe su talento de actriz dentro de una bañera acompañada por su devoto verdugo, Pablo Carbonell. Con la limitación de gesto que permite tan reducido espacio consigue hacer ver a su acompañante, el galán del bodrio que dirige Segura, que no es el actor que se cree ser, que no tiene la mínima sensibilidad actoral, que lo hace muy mal, repugnantemente mal. Así que el ritual de limpieza que simboliza a menudo el baño, se transfiera desde la una al otro para convencerle, con el baño que le da, de que debe dejar de ser actor, que se olvide de querer ser artista de cine, que lo hace espantosamente mal…Ariadna le extirpa la malsana pasión cinéfila que le corroe y los delirios que genera la desmesura de su hueca ambición. La bañera se convierte en púlpito  donde la sacerdotisa ejerce la cura de  la obtusa obsesión que padece el que se cree eximio actor.

 

El blog del autor:   http://bathtubsinfilms.blogspot.com.es/

 Nota de la redacción: Tenemos la suerte de poder contar en esta sección de cine del Pollo Urbano con la singular  colaboración del amigo, profesor y escritor José María Bardavío.    De su blog: “Las bañeras en el cine” vamos a ir acercando a nuestros lectores amantes del mismo estas apreciaciones sicoanalíticas  de algunas películas  que , sin duda, forman parte de nuestras vidas. Y todo ello se hará a través de este apartado que hemos decido llamar:  “Desde el diván”. Gracias al profesor por su generosidad y enhorabuena a los polleros enamorados del cine.

 

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