Fuente Lecina, Tozal de Mallata, Fuente Lecina


Por «Producciones Os Soleados»

     En vista de los resultados electorales acaecidos, decidimos retirarnos al monte para someternos a unas jornadas de intensa reflexión, lo que nos llevo a sintetizan fruto de nuestro devenir reflexivo, una esclarecedora frase: “Atémonos con fuerza los machos, que estos que han ganado, no es que estén parados, lo que están es quietos”

 



    Satisfechos de nuestra cuenta de resultados decidimos gratificarnos con una cómoda y agradable excursión que muestra de una manera muy explícita lo que es la Sierra de Guara en cuanto a su orografía y naturaleza. Comenzamos el recorrido desde el aparcamiento de la carretera, para evitarnos a la vuelta la subida desde la fuente a Lecina, se puede hacer sin contaminar, partiendo y llegando a Lecina.



   Enseguida alcanzamos el borde del barranco de Argatín el cual recorremos aguas arriba hasta que pierde profundidad y se puede vadear sin dificultad. A partir de ahí un agradable sendero que discurre entre una espesa vegetación nos hace ganar altura hasta encontrarnos con el desvío al Tozal de Mallata.



      Llaneando alcanzamos los miradores, los cuales nos ofrecen la visión de una impresionante y vertiginosa caída hasta el cauce del Rio Vero. Enfrente queda el agreste barranco de la Choca, territorio privilegio de las aves rapaces. Y en su encuentro con el Vero, y en la base de la proa que divide verticalmente los cauces, semioculta, se encuentra la ermita de San Martín.



    En el descenso hacia el cauce por una empinada ladera, podemos disfrutar de los abrigos del Tozal de Mallata y posteriormente en mitad de la vertical muralla de piedra, se abre una descomunal boca de una cueva que se abre hacia el Vero, conocida como La Mezquita.



    Una vez en el fondo del barranco, remontamos aguas arriba, no sin mojarnos, hasta la confluencia con el barranco de La Choca y más a delante con el Basender.



     Despues de vadear varias veces el río, llegamos al molino de Lecina, usado en la molienda y en la producción de electricidad (Pensemos que cuando querían tener electricidad, inexcusablemente tenían que bajar desde el pueblo al barranco, a levantar la tajadera). El río nos vuelve a guíar mojándonos, y haciéndonos guardar el equilibrio en el borde de una represa, hasta llevarnos a Fuente Lecina, fin de esta soleada excursión.