El Pobo, paseo urbano, safari y festival folk


Por Chabier de Jaime Lorén

     Acostado sobre un cerro se extiende El Pobo. Se levanta entre dos ramblas que descienden de la sierra homónima, entre el piedemonte y el valle del río Seco. El caserío se distribuye por la solana formando un triángulo. La rambla de la Quiñonería en uno de sus lados, la carretera Teruel-Aliaga…

…, en el otro.

      El casco antiguo forman uno de los conjuntos urbanos más armoniosos del territorio del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra. Arquitectura popular serrana con viviendas de dos o tres alturas, construidas en mampostería, con sillares en las puertas de acceso, aleros de madera y canecillos, cubierta de teja cerámica y solanar al patio con balcón de madera. Abundan las casas solariegas con escudos heráldicos levantadas durante los siglos XVII y XVIII, pertenecientes a familias propietarias de grandes rebaños que estivaban en la sierra del Pobo y extremaban en el Reino.

    Nuestro paseo nos llevará también a realizar un safari por la sabana del Turiolense y a citarnos con la música en el festival Poborina Folk.

      Pasear por las calles de El Pobo tiene un encanto especial. Hacerlo por la noche, todavía más. Mil pequeños detalles sorprenden al paseante atento y observador. Cualquier época del año es buena. Se propone una ruta urbana por el casco histórico que concluirá con la visita a tres monumentos ubicados en la periferia.

    En la intersección de la carretera y la rambla de la Quiñonería, frente al bar y los restos de la vieja olma, se levanta la cruz de término, enteramente construida en piedra y que marcaba la salida del Camino Real. Muy cerca está la plaza Herrería, donde destaca la casa Bonet, gran edificio levantado en el siglo XVIII y posteriormente reformado. Frente a ella, coetánea pero mal conservada, está la casa del Cura. Al otro lado de la replaceta se encuentra la casa de los Ajos, con un bellísimo arco de medio punto en el que aparece grabado un escudo con una cruz triunfal sobre serpientes enreligadas dentro de un relicario sobre unos rosetones.

     Remontamos la calle Mayor, encontrando a mano derecha el antiguo horno, reconstruido tras la Guerra Civil, especialmente trágica en El Pobo. Algo más adelante aparece la casa Tarín, con su recia reja, carpintería en los vanos y piedra sillar en la puerta.

   La calle Mayor sale a la plaza del Ayuntamiento. Éste sigue el modelo de las casas lugar del Alto Alfambra. Primera planta abierta por una lonja de grandes arcos de sillería apoyados en columnas y una segunda planta abierta a la plaza por balcones y ventanas. Destacables son la antigua puerta de madera y el escudo municipal. En un extremo se levanta la iglesia parroquial de San Bartolomé. Construcción de mampostería y sillar, de tres naves y torre con tres cuerpos, de piedra y ladrillo. Sobresale el atrio cubierto de estilo gótico levantino (1513) con una portada en forma de arco conopial rematada en pináculos y un relieve de la Virgen. En su interior, la nave central, más alta, se cubre de armoniosas bóvedas de crucería. Adosada a la cabecera de la iglesia se conserva una edificación de aspecto fortificado que podría tener origen medieval, una potente torre-sala, la casa de las Palomas.

    Detrás de la iglesia, en lo alto del cerro, se encuentran las eras del Castillo. La panorámica de las sierras de El Pobo y de Gúdar desde este mirador natural es fantástica.

   Bajo la plaza del Ayuntamiento se encuentra la calle Medio. La primera casa a la izquierda es notable por sus dimensiones, su factura y los detalles de la puerta. Unos pasos más abajo se encuentra la antigua carnicería, edificio construido en el siglo XVII que conserva elementos interesantes en el interior de la primera planta y en el cuya fachada se reubicó un arco de medio punto procedente de una cercana casa solariega.

    En el sentido contrario asciende la calle Iglesia. En su inicio se encuentran las antiguas escuelas, edificio que sigue el modelo, materiales y técnicas constructivas de la arquitectura tradicional serrana, como otros mejor o peor conservados tras reformas posteriores en la misma calle y en las de Santa Bárbara (casa de la Tía Marina) y Buenos Aires (casa Miguel Arnau), por la que se vuelve a la plaza.

    Del parquecillo que hay a los pies de la iglesia desciende la calle Cuatro Esquinas. En ella hay algunas casas del siglo XVIII con múltiples rasgos de la arquitectura popular, como la casa del Estudiante. En la misma manzana, pero ya en la calle Horno, se encuentra el antiguo Hospital, edificio que alojaba a los transeúntes viajeros que recorrían el Camino Real, actualmente vivienda.

     A lo largo del paseo sorprenderá la calidad de los trabajos de carpintería que muestran las casas tradicionales, tanto en estructuras (paredes, solados, cubiertas y aleros) como en los vanos (puertas, ventanas y balcones). En la mayoría de los casos son piezas de madera de pino y sabina procedentes de los antiguos bosques de la sierra de El Pobo, actualmente extensos páramos, o de los pinares y sabinares de Cedrillas y Corbalán, que prevalecieron más en el tiempo.

   Tal vez hubiera buenos herreros en El Pobo o en pueblos cercanos porque son muy abundantes los trabajos realizados con forja. En las paredes se encuentran desde robustas rejas para cerrar ventanas a sencillas anillas para atar caballerías. Pero es en las puertas donde los trabajos en hierro se prodigan en forma de bocallaves, tiradores y llamadores.

    La calle Cuatro Esquinas termina en la calle Real, el antiguo paso del Camino Real por la localidad. A la derecha queda una hermosa fuente de dos caños alojada en una construcción de potentes sillares y con cubierta de losas a dos aguas. En la misma calle también aparecen algunos edificios dignos de atención como la casa del nº 10, un edificio esquinero muy reformado y en regular estado, la casa de los Alaestantes o la casa de los Dolz, mejor o peor conservados, pero que muestran escudos familiares.

   La calle Real termina en la plaza Herrería. La ruta remonta entonces la rambla pasando junto a un gran sauce (la Sarga de la Rambla) y la fuente del Barrio Alto, con su abrevadero y lavadero. Siguiendo un camino asfaltado se llega al peirón de Santa Bárbara, bellísimo monolito construido en el siglo XVIII con sillares de caliza gris, cuyo fuste está decorado con molduras que recuerdan a pendones textiles.

    Recorriendo un camino asfaltado que pasa entre bancales se llega hasta el polideportivo. Y, desde allí, tomando la carretera dirección Teruel, se alcanza la ermita de Nuestra Señora de Loreto. Sobresale por su robustez, monumentales dimensiones, el arco dovelado con dinteles de madera y los potentes contrafuertes. ¡Es imponente!

   Concluimos esta ruta por el patrimonio cultural de El Pobo con un paseo desde la ermita de Loreto hasta el peirón de San Juan y San Pablo de Roma, una de sus joyas artísticas. Se toma para ello la carretera, ahora en dirección Ababuj, y se encuentra al llegar al camino a Villarroya. Este peirón destaca por su esbeltez, su construcción en piedra y ladrillo, por la ornamentación de su fuste (guirnaldas y flores) y por su historia vinculada al cambio local de patronazgo, posiblemente asociado a la protección ante las inclemencias atmosféricas de la Pequeña Edad del Hielo.

Safari por la sabana del Turoliense

   Tras la ermita de Loreto se encuentra un espacio de ocio cultural que ofrece reconstrucciones de los mamíferos que vivieron en este territorio durante el Turoliense (hace entre 8,7 a 5,3 millones de años) y que fue definido a partir de yacimientos de la zona. La visita es gratuita y muy interesantes para todos los públicos, especialmente, para los niños. El paisaje del Turoliense estaría definido por ambientes similares a los de la actual sabana africana y, en esta zona, vendría determinado por la existencia de un gran y somero lago que se extendería desde Perales del Alfambra hasta Teruel.

    En el «safari» encontraremos una colección de espectaculares reproducciones a tamaño real de ejemplares de grandes mamíferos que poblaron este territorio durante esa etapa del Mioceno: un jiráfido, un mastodonte, un hipopótamo, dos cánidos, un úrsido, una hiena, un jabalí y un félido diente de sable. Las figuras se complementan con unos interesantísimos paneles que reflejan el largo y difícil trabajo que acometen los paleontólogos, desde el hallazgo de los restos óseos hasta la identificación de la especie y su interpretación anatómica.

    Es una iniciativa de la Comarca Comunidad de Teruel enmarcada en el proyecto Dinoexperience y que ha contado con la financiación del FITE, el asesoramiento de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y la colaboración del Ayuntamiento de El Pobo.

Poborina Folk

   En 1999 inició su andadura uno de los proyectos culturales más singulares e innovadores del sur de Aragón: Poborina Folk. De la palabra aragonesa «borina», que significa fiesta, y del nombre de la localidad donde se ha venido celebrando, El Pobo.

   Jóvenes amantes de la música folk supieron entusiasmar a las personas mayores que han mantenido las tradiciones de su pueblo y, ambos, se lanzaron a organizar un festival que empezó a atraer, por la difusión boca a boca, a las gentes del sur de Aragón que íbamos buscando algo diferente, algo fresco. Algo pegado a la tierra y, al tiempo, algo universal. Y sin complejos. Un estupendo festival de música y un impresionante programa de actividades que llenan el fin de semana de San Juan.

   La Poborina es uno de los mejores escenarios del panorama folk actual. Grupos venidos de lejanas tierras se entreveran con otros de pueblos cercanos. Grupos veteranos y prestigiosos, lo hacen con otros que comienzan. Edición tras edición, intentando mejorar en el programa, abierto a nuevas corrientes, rescatando lo mejor del pasado. Y con una perspectiva de proximidad al terreno, como lo está su emblema: el ardacho.

    El programa de este año (23, 24 y 25 de junio) viene nuevamente cargado de actividades (poborinafolk.es y www.facebook.com/poborinafolk). Seguro que encuentras alguna razón para acercarte a este rincón del Alto Alfambra a disfrutar de la música y del buen ambiente. ¡Te esperamos en El Pobo!

Texto y fotos: Chabier de Jaime Lorén
Gerente del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra