Ferrata en Huesa del Común

Texto y fotos: Eduardo Biseca

    Huesa del Común (Teruel), es una población un entramado urbano complejo, salpicado por varios portales y callizos que le aportan un gran encanto.

     A ello también contribuyen las calles estrechas y de pronunciada pendiente que apuntan simbólicamente hacia su castillo medieval. Todavía perviven algunos elementos como verjas, puertas de madera muy trabajadas y casas señoriales.



     Debemos destacar los tres portales recoletos que antiguamente darían paso a bulliciosas calles y a la plaza Mayor, un espacio desde el que podíamos admirar el antiguo ayuntamiento, y a la capilla abierta bajo tres arcos apuntados.



     Nuevas plazas, en memoria de sus tiempos medievales se abren junto a los solares con restos de la presencia judía de Huesa, y de las aldeas del feudo de la Honor de Huesa



     Huesa del Común poseyó una gran tradición alfarera, ahora perdida, con nueve alfarerías a comienzos del siglo XX. Quedan restos de los alfares y hornos en el barrio de las Ollerías. También podemos ver piezas cerámicas de Huesa y una maqueta de su alfar en el Museo de Zaragoza (Sección de Etnografía).

    El castillo de Peñaflor se encarama a poderosos riscos verticales sobre la población y el río Aguasvivas. Parece ser de los más antiguos de las sierras turolenses (siglos XII y XIII).

    El poderío de esta posición inexpugnable la convirtió en la capital de un feudo que englobaba a varios pueblos vecinos. Aparece como tenencia cristiana en 1154. Antes de esta fecha ya aparece alguna mención a Huesa en el propio Cantar del Mío Cid, como Ossa. Es más que probable que el Cid Campeador buscase por estas tierras su botín, sino algún punto débil en la propia fortaleza.



    La luminosidad y dominio del paisaje hacen del castillo un magnífico mirador, dueño de un espacio áspero y anatómico, labrado por los caprichos de la geología y la obstinación del río.



    La ferrata del Almadeo, objetivo nuestro, se encuentra en la cara opuesta del cerro que custodia junto al Castillo de Peñaflor, el pequeño pueblo de Huesa del Común.



     La vía es un itinerario, aéreo y deportivo aunque al principio parezca todo lo contrario. Y es que los primeros pasos son sencillos, superamos un primer resalte que nos aproxima a la pared. A partir de un ladeo a la izquierda por encima de una barriga, empieza la parte emocionante.

    Una larga tira vertical a veces desplomada que desde abajo la verdad es que impresiona, pero está tan bien instalada que es más fácil de lo que parece. Si bien la vía es apta para todos, este tramo requiere destreza y templanza. A la salida del desplomado la altura es considerable y todavían quedan varios metros para salir de la pared, pero lo más difícil ya ha pasado.



   A la vía no le queda mucho más que un par de resaltes y llegamos a la cumbre, un poco a la derecha del Castillo de Peñaflor y con buenas vistas a Huesa del Común.

    Aunque es una vía realmente corta queda la satisfacción del reto superado. Si hay poco tiempo y se debe escoger entre las dos ferratas de Huesa ésta es la vía que no debes perderte.

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