Director: Dionisio Sánchez Rodríguez. El Pollo Urbano. Desde 1977 la primera revista de sátira política, información, ocio y cultura . Zaragoza. España. Nº 243. Mayo 2025.
Nunca he podido compartir que, de las cinco grandes obras maestras de Carl Theodor Dreyer, VREDENS DAG (Dies Irae, 1943) suela ser la menos entusiastamente valorada.
Debería programarse en salas de espera de consultas psicoanalíticas para picazones púberes. Sesión continua. Del revés les pondría, a los adolescentes de acné o de corazón, en su sitio cuando más lo buscan.
En ‘Familystrip’, documental realizado en 2002 pero montado siete años después, Luis Miñarro convierte la filmación de sus padres en un perfecto mirador desde el que contemplar la sociedad española de todo el siglo veinte.
Nunca he sido un experto –si es que uno lo es de algo- del cine de animación, pero desde que soy padre -¡ya han pasado cinco años!- he visto con mi hija un montón de películas de dibujos animados, a las que tenía medio o enteramente abandonadas. Y, claro, he visto de todo, bueno y malo, pero lo importante es el público infantil, que se lo pase pipa, que se ría y extasíe.
Hubo una segunda guerra mundial en Europa y otra en Asia (incluso una más en el Mediterráneo). En Europa, la guerra dirigida en la zona oriental por Adolf Hitler se distinguía del conflicto de la zona occidental.
Las bicicletas, ya lo contó hace cuarenta años Fernando Fernán Gómez, son para el verano. También los certámenes cinematográficos parecen tener un hueco prioritario en la canícula. El cine es ocio, diversión, pero también compromiso y un instrumento para la sensibilización.
Lloramos. Lo decía el ‘Eclesiastés’: “Por muchos años que viva el hombre, que los disfrute todos, considerando que sus días de oscuridad serán más”. La vida pende siempre de un suspiro. Acumular obituarios es una manera de dibujar una existencia con los granos de un reloj de arena viciada por los sentimientos.
El tiempo es algo relativo. No solo lo decía Einstein, sino también Chester Himes en una de sus novelas de serie negra sobre Harlem: “Eran diez minutos a pie si estuvieras yendo a la iglesia y unos dos y medio si tu señora te estuviera persiguiendo con una navaja”.