Solo se vive una vez (19)

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Por Don Quiterio 

    Morir no es agradable, qué duda cabe, pero lo realmente malo es asumir la jugarreta de que no muera el mundo entero con nosotros. No hay derecho que unos estén tiesos mientras hay por ahí un montón de gente que sigue viva como si nada, de un modo casi ofensivo, sin darle mayor importancia al prodigio efímero de respirar.

   Pero si la gente no muriese, esta sección, dedicada a los fallecidos relacionados, de una u otra manera, con el cine en Aragón, no tendría sentido. Y tampoco es plan.

    Lloramos juntos al actor catalán José Sazatornil, ‘Saza’, una suerte de mezcla entre Totò y Louis de Funès, que trabajó, al igual que el zaragozano Antonio Garisa, en la compañía teatral del turiasonense Paco Martínez Soria como galán cómico y con quien participaría más tarde en las películas ‘El difunto es un vivo’ (1955), nueva versión de la película de Ignacio Iquino, ahora solo productor y dirigida por su colaborador Juan Lladó, fallecido al poco de concluirse el rodaje; ‘La ciudad no es para mí’ (Pedro Lazaga,1965), según la comedia homónima del zaragozano Fernando Lázaro Carreter, o ‘¿Qué hacemos con los hijos?’ (Lazaga, 1967), con música a cargo del turolense Antón García Abril, como la anterior. A un atónito Martínez Soria le reprendía así: “Usted me ha desacatado, y el desacatador que me desacate a mí, va listo”.  De vena histriónica, heredero de la gran tradición del vodevil y al que acompañaba un físico decimonónico y una deliciosa dicción afectada que lo convertían en una auténtica caricatura de una España conservadora e ingenua, Sazatornil empezó en el cine en 1953 e hizo todo tipo de papeles en comedias y dramas, tanto en subproductos como en películas de calidad, a las órdenes de directores tan dispares como los mencionados Lazaga o Iquino, los García Sánchez o Berlanga, los Ozores o Trueba, los Aguirre o Fernán-Gómez, los Esteban o Cuerda, los Mercero o Carreño, los Giménez-Rico, Betriu,  Rafael Gil, Camus o el zaragozano del ‘gancho’ José María Forqué…

    Lloramos igualmente al actor asturiano Carlos Álvarez-Nóvoa, que guardaba una estrecha relación con la realizadora zaragozana Paula Ortiz, con quien había participado en algunos de sus cortos y en sus dos primeros largometrajes, ‘De tu ventana a la mía’ (2011) y ‘La novia’ (2015), aquí en el papel de padre de la protagonista, un hombre de campo que casa a su hija en busca de unas tierras a cambio. La propia realizadora ha dicho: “Es uno de los grandes referentes que he tenido como maestros en la vida, una de mis anclas. Ha sido una de las personas a las que he acudido en busca de ayuda, de consejo y de luz cada vez que he tenido una encrucijada. En el cine me ha acompañado en cada aventura, me ha sostenido y me ha dado la mano. Amigo de mi padre, era una persona que me ha marcado y me ha enseñado lo esencial de la vida”. Dedicó más de cinco décadas al oficio del teatro como actor, director, escritor y profesor. Obtuvo un goya por su interpretación en ‘Solas’ (Benito Zambrano, 1999), cuyo trabajo también fue merecedor del premio al mejor actor del festival de Tokio. Ha trabajado también a las órdenes de Fernando Colomo, Juan José Campanella, Marina Valentini, Vicente Escrivá, Agustí Villaronga, Antonio Serrano, Marcos Carnevale, David Pujol, Luis María Güell, José Luis García Sánchez, Alberto Morais o Antonio Gonzalo. En televisión ha intervenido en series como ‘Réquiem por Granada’, ‘Cuéntame’, ‘Gran Reserva’, ‘Carlos, rey emperador’, ‘El ministerio del tiempo’, ‘El chiringuito de Pepe’, ‘Hispania’ o ‘Vientos de agua’.

    Lloramos también al músico y promotor zaragozano Antonio Tenas, miembro fundador de la banda aragonesa de tecnopop Vocoder. Propulsó las matinales del cine Pax en las que debutaron Héroes del Silencio como teloneros de Alphaville. Fue locutor en Radio Juventud y Radio Heraldo, y habitual en los programas de televisión ‘Tocata’ y ‘La bola de cristal’. Gran amigo de Carmen París, fue un experto en la obra de Tolkien e investigaba la relación de la literatura del autor de ‘El señor de los anillos’ con el rock. De hecho, las versiones cinematográficas del original le encantaban, tanto la animación realizada en 1978 por Ralph Bakshi como la colosal trilogía –‘La comunidad del anillo’ (2001), ‘Las dos torres’ (2002), ‘El retorno del rey’ (2003)-, ya en imagen real, que llevó a cabo Peter Jackson, de estética y puesta en escena algo grandilocuentes, a la manera de un Cecil Blount de Mille del siglo veintiuno. Le gustaba, sobre todo, la tercera parte, en la que el director consiguió mantener el interés de varias subtramas hasta la impresionante batalla final, de un aliento épico acorde con la obra.

   También ha muerto la actriz suiza Katia Loritz, una de ‘Las chicas de la Cruz Roja’ (Rafael Salvia, 1958) y uno de los rostros protagonistas del cine español de las décadas de 1950 y 1960, además de pintora de abstracciones y bodegones. Se instala en Madrid tras estudiar en Alemania e Italia, y en España debuta con ‘Las manos sucias’ (1955), de José Antonio de la Loma, un muy estimable policiaco realizado en coproducción. A las órdenes del zaragozano Fernando Palacios interviene en ‘El día de los enamorados’ (1959), con san Valentín y sus flechazos como argumento. Ese mismo año participa en la película del turolense de Bronchales Clemente Pamplona ‘Don José, Pepe y Pepito’, con música del también turolense Antón García Abril. En ‘Canción de cuna’ (José María Elorrieta, 1961) coincide con el actor zaragozano Antonio Garisa. Con ‘Atraco a las tres’ (1962) el zaragozano José María Forqué rinde un gran homenaje paródico a las películas de atracos perfectos, según el modelo marcado por la italiana ‘Rufufú’ (Mario Monicelli, 1958), con momentos como el memorable de Manuel Alexandre piropeando a una chica por la calle, con esa voz única, y recibiendo de ella un improperio, o José Luis López Vázquez haciendo la pelota a su bella cliente, dando cabezadas a su encuentro con ese inolvidable “¡Fernando Galindo, un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo…!”. En ‘El rostro del asesino’ (Lazaga, 1965) interpreta la actriz un papel destacado, una curiosa película de intriga producida por la zaragozana Moncayo Films, en la que colaboran Emilio Alfaro (guion), Antón García Abril (banda sonora), Víctor Monreal (fotografía) o Fernando Sancho (actor secundario), entre otros aragoneses. Uno de sus últimos trabajos es para la serie televisiva ‘Ramón y Cajal’ (1982), en la que el aragonés José María Forqué se inspira en la vida de este ilustre personaje para plantear un drama con un cuidado diseño de producción y una resolución fílmica aceptablemente académica.

    También ha fallecido recientemente el cómico vallisoletano Manolo de Vega, muy popular entre los espectadores televisivos, sobre todo en el programa ‘No te rías, que es peor’ (1900-1995), junto a compañeros de fatigas como Pedro Reyes, el señor Barragán o el aragonés Marianico el corto. En sus años de juventud fue un notable cantante flamenco. El cineasta Chema de la Peña lo utilizó en 2004 para interpretar el papel de padre de Santiago Segura en ‘Isi/Disi, amor a lo bestia’, que tuvo, debido a su éxito comercial –que no artístico-, una secuela dirigida dos años después, con más bajo que alto voltaje, por el zaragozano del ‘gallo’ Miguel Ángel Lamata. Donde te pilla, te mata.

    La periodista Maite Cortina, natural de Mediano (Huesca), ha fallecido a la temprana edad de los cuarenta y ocho años. Licenciada en ciencias de la comunicación por la universidad autónoma de Barcelona, trabajó en Radio Huesca y Radio Barbastro, fue jefa de prensa de la diputación provincial oscense y del Psoe del Alto Aragón. Realizó varios documentales, a veces en colaboración con Roberto Roldán, sin mayor trascendencia: ‘Mediano, la memoria olvidada’ (2006), ‘La bolsa de Bielsa’ (2008) o ‘Ser danzante, orgullo laurentino’ (2010). Igualmente oscense, ha muerto el músico y poeta Javier Carnicer, que el cineasta oscense Orencio Boix lo recupera en su documental ‘Los chicos de provincia somos así’ (2013).

    También ha fallecido el uruguayo afincado en España Antonio Larreta, escritor, dramaturgo, actor y ocasional realizador (‘Nunca estuve en Viena’, 1990), autor de la novela ‘Volavérunt’ que Bigas Luna llevó a la pantalla en 1999, una historia con la duquesa de Alba, el primer ministro Manuel Godoy o el pintor de Fuendetodos Francisco de Goya. Participa en los guiones de dos películas con banda sonora del turolense Antón García Abril: ‘Gary Cooper, que estás en los cielos’ (Pilar Miró, 1981) y ‘Los santos inocentes’ (Mario Camus, 1984). La fama le vino por ser el guionista de la serie ‘Curro Jiménez’ (1976-78) y le dio homogeneidad a una ficción que pasó por la mano de muchos realizadores. El guion de ‘Juana, la loca’ (Vicente Aranda, 2001) puso fin a su filmografía.

    Como decía Hölderlin, “lloramos a los muertos como si ellos sintieran la muerte, pero los muertos están en paz”.

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