Vida, hayla

157Marcianito-BeemeP
Por José Joaquín Beeme
http://blunotes.blogspot.it/

       Aquel visionario que había sentado las bases de la moderna SciFi, con su escuela y su secuela, vuelve al espacio amado no ya en busca de seres más o menos viscosos o distópicos, sino en plan realista, crudo, visceral.

   Escatológico: su astronauta en Marte obtiene, en virtud de la propia caca, la piedra filosofal de su supervivencia. Como el Robinson de Byron Haskin, pero más solo aún, se las arregla con un patatar encapsulado de tierra roja y humanísimo nutriente. En campo botánico, opera la misma transformación del Manzoni, que con sus heces hizo preces. Mierda de película, dirán ustedes, pero Ridley Scott (77 años) nunca disfrutó tanto como en esta travesía / travesura que, nacida de una novelilla autopublicada por un programador californiano con miedo a volar, le regala de nuevo su juego favorito de naves y misiones espaciales entre la zozobra y la salvación, entre la camaradería y el extremo abandono. Resiliencia con música disco, alegría contra todo pronóstico (memorioso de experiencias videocliperas) y la loca convicción de que no, esta vez no, seguro que no vamos a morirnos.

Artículos relacionados :