The quiet girl: ‘La soledad de una niña en una familia numerosa’


Por Rafael Gabás Arcos

Colm Bairéad, director irlandés de 41 años con dos documentales y un trabajo para la televisión a sus espaldas…

…presenta una de las propuestas más interesantes de este último año: The quiet girl, desarrollada en el año de su nacimiento (1981), no por casualidad. Una niña de nueve años  vive en medio de una maraña de hermanos y con dos padres que hacen lo que pueden para salir adelante (que no es mucho). Al comienzo de la película es llevada a vivir con un matrimonio (ella es prima de la madre) y allí descubrirá que la vida puede ser algo más.

      Desde el inicio el espectador es consciente de las intenciones del director: En una granja humilde el mundo y la familia son vistos a través de los ojos de una niña; En la  primera escena la vemos con aspecto abandonado semiescondida entre la hierba mientras su madre y alguna hermana la buscan. Después aparece el padre que no acepta su presencia.

     Pasados unos minutos no podemos evitar hacernos algunas reflexiones: ¿Por qué esa impronta católica permeó Irlanda hasta final del siglo XX? ¿Por qué teniendo media docena de hijos y siendo pobre continúas teniendo más (la madre está perpetuamente embarazada)? ¿Por qué traes niños al mundo si no les vas a dar cariño y Amor? ¿Por qué una hija molesta, cómo es posible? ¿Por qué te deshaces de una hija y la llevas con desconocidos?

    De padre a padre y tiro porque me toca, el padre impresentable deja en manos de otro padre impresentable a su hija, sin problemas, sin remordimientos, sin preocupaciones, más bien aliviado y relajado. El nuevo padre parece ser una reproducción del anterior, pero tiene motivos para ser frío y distante y a lo largo del film experimentará un cambio moral muy bien mostrado por el director.

    También la niña protagonista experimentará cambios en su evolución, descubrirá las pequeñas cosas que hacen que la vida cobre sentido, tenga color y valor, su introversión dará paso a cierta extroversión, se descubrirá a sí misma como otra niña, como otra persona.

    La película dice mucho con poco (la mayor parte lo dice en gaélico). En este mundo de entretenimiento ruidoso y bullanguero, de consumo cinematográfico de miles de millones de euros y dólares se agradece una propuesta sencilla (que no simple), sutil y emotiva, con pocos medios y con mucho sentimiento e ingenio, cómo Colm Bairead puede transmitir y profundizar con pocos elementos, destacando entre ellos la desgarbada y maravillosa presencia de Catherine Clinch, su protagonista.

    The quiet girl se aleja de la tendencia mayoritaria, discurre con apabullante personalidad propia, sin sentimentalismos, sin manipulaciones, Bairead se limita a describir la mayoría de las veces con comunicación no verbal (imágenes, signos y símbolos), a mostrar para que nuestra mirada como espectadores extraiga conclusiones…¡Cuánto puede decirse a través del silencio!

   Puede resultar contradictorio que, pesar de su sencilla trama, su plácido discurrir, su elemental guión estirado a partir del relato corto de Claire Keegan (Foster) y sin decir aparentemente demasiado, The quiet girl es un film profundo, brillante, introspectivo y que conmueve.

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