Sensualidad en tierras áridas


Por Fernando Gracia

    Bigas Luna aterrizó por los secanos de los Monegros allá por 1992, año olímpico, año de expo y para el cine español año en el que descubrimos a Pe.

     El bueno de José, nombre auténtico del catalán, aunque todo el mundo le llamaba Bigas, hasta su esposa, buscaba un lugar árido, seco, agreste, en el que contar otra historia subida de tono esta vez no inspirada en textos ajenos. Recuérdese que venía de dirigir “Las edades de Lulú”, basada en la obra de Almudena Grandes que había triunfado en La sonrisa vertical.

     Viajero curioso como era, excelente fotógrafo y hombre cualquier cosa menos vulgar y convencional, descubrió Los Monegros y ese majestuoso toro de Osborne que se veía –y se sigue viendo- desde la autopista, y supo que allí tenía que rodar.

      Y allí juntó su troupe de actores jóvenes, casi desconocidos, que con el tiempo hicieron carrera, y qué carrera. Proverbial fue la visión que Vigas tenía para descubrir talentos, y no solo en esta ocasión en la que Penélope, Bardem y Mollá comenzaron unas brillantes carreras que alcanzan nuestros días.

      Amante de la belleza femenina, buen conocedor del tema, se trajo también a dos reales mozas como María Galiena y Stefania Sandrelli, esta última con una soberbia carrera a sus espaldas. Con todos ellos compuso una historia de amor, pasión, sexo, celos, violencia, venganzas…y gastronomía.

      Con diálogos subidos de tono, utilizando inteligentemente algunos alimentos de la cocina más tradicional –genial la degustación de una teta para concluir que sabe a tortilla de patata con cebolla-, rematando con el uso para toda clase de objetivos del jamón, que no solo dará origen al título de la película –Jamón, jamón, para que quede bien claro-, todo lo que vimos en aquel filme remitía a la España más atávica con reminiscencias goyescas llevadas hasta la evidencia de esa lucha a jamonazos cual si el famoso cuadro del genio de Fuendetodos fuera.

      Y todo eso se rodó por Monegrillo y alrededores, con la troupe alternando con el personal por la zona y con la presencia de algunos actores de nuestra Comunidad para los papeles secundarios. Gente como Carmen París, Justo Erdociain, Armando del Río, Chema Mazo, Carlos Vela o Pilar Doce tuvieron sus intervenciones, aunque luego algunas quedaran menguadas en la mesa de montaje.

      Como en una secuencia de la película se simular algunas suertes taurinas, el torero Roberto Bermejo, con el tiempo excelente banderillero, hizo de asesor y doble en algunos planos.

       Aquel duro rodaje acabó siendo bastante importante para la zona, y con el tiempo contribuyó a dinamizar el turismo. Y por si fuera poco afianzó la relación de Bigas con Aragón, que dio hitos tan importantes como el cambio de orientación de la Virgen del Pilar para la ofrenda –ahí hay que darle también su importancia a su segunda esposa, Celia, aragonesa- y el relanzamiento del Plata.

       Tuve la suerte de conocer a Bigas a través de Luis Alegre. Fue en una rueda de prensa y quedó al parecer complacido por mi intervención, en la que demostré saber quién era aquel buen señor, o sea lo contrario de los supuestos periodistas y/o becarios que me rodeaban. Y de tal suerte al acabar me dijo que me iba a regalar el libro sobre la trilogía ibérica que la productora había publicado para difundir por el mundo.

       Las otras películas de esa trilogía habían sido “Huevos do ese l oro” y “La teta y la luna”. Guardo ese libro, escrito en tres lenguas, adornado por excelentes fotografías  de los rodajes, como guardo en mi memoria las varias oportunidades en las que pude conversar con el director, siempre para hablar de cine. En ellas constaté su profundo conocimiento del mundillo, su enorme curiosidad por todo, su educación y elegancia, amén de su enorme imaginación y su habilidad para vender sus productos. No en balde era catalán. Aunque un catalán viajado que no creo hubiera visto con gusto lo que ahora se cuece en su tierra.

       En Aragón se le está agradecido, nuestra Zaragoza le ha reconocido oficialmente, y los actores que él puso en el mapa, también.   

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