¿Para qué sirve lo que haces? / Manuel Medrano


Por Manuel Medrano
http://manuelmedrano.wordpress.com

     Está prohibido plantearse públicamente para qué sirve, y a quién sirve, lo que se investiga desde centros diversos y universidades.

     Pero explicar al pueblo, con transparencia y claridad, la naturaleza y objetivo de tu trabajo, es fundamental.

     Poner nombres en inglés a las cosas, los aparatos o los colectivos de investigadores, es muchas veces un truco que ya solo convence, por sí mismo, a paletos. Vale, que sí, que en inglés pero, ¿para qué sirve?

    No va a gustar en ciertos ámbitos lo que digo en estas breves líneas, pero hay que afrontar las cosas como son para sostenerlas en el futuro y mejorarlas. A riesgo de ser algo injusto, o no, quedé muy insatisfecho del balance final de la utilidad de algunas investigaciones en España tras la epidemia del COVID-19. Y eso fue así porque durante este largo, doloroso y confuso proceso, salían en los medios personajes varios diciendo que tenían algún remedio o estaban cerca de conseguirlo, que con unos milloncejos más de dinero público estaría listo, y bla, bla, bla. Pues bien, o mucho me equivoco o no se aportó finalmente nada, absolutamente nada, mínimamente útil para combatir ese virus y sus consecuencias.

     Ya más cerca de mis espacios de trabajo, alucino con la progresiva penetración de algunas corrientes deseosas de tecnificarlo todo, usar muchos aparaticos, técnicas molonas y otras paparruchas que generen dependencia de la compra de productos determinados, aunque no mejoran sensiblemente, o no lo hacen en absoluto, el resultado de una investigación. Pero eso sí, hacen necesarias inversiones y crean grupos de gentes que se enquistan en las administraciones porque, seamos sinceros, en esto a la iniciativa privada no la engañan.

     En el vasto espacio de las Humanidades, que es en el que me muevo, hay también quienes ven una oportunidad en introducir estas parafernalias tecnológicas, aunque muchas están ya obsoletas para cuando se las venden por aquí. Pero las compran, sacan pecho, y no aportan nada de nada. Bueno, sí, enchufes en la administración, y mucha jerga anglosajona.

    Vale, acabo con una reflexión. No es que yo quiera volver al Paleolítico. Conozco magníficos investigadores de distintas ramas del saber, que ofrecen resultados palpables. Pero los gurús de la tecnología metida a presión en prácticas y ámbitos donde no aporta nada (salvo palabritas en inglés), enmascara la incapacidad de ahondar mediante el análisis y la constancia, la reflexión y la amplitud de perspectivas, en el conocimiento propio, de lo que nos rodea y del universo. Y, desde luego, en la comprensión de lo que hemos sido, somos y queremos ser, nuestra Historia y nuestra proyección futura.

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