Por Manuel Medrano
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Hace dos meses escribí en mi artículo de El Pollo: “No entiendo, mira por donde, qué ha pasado con la creatividad en las universidades.
No es que esté casi desaparecida, es que profesionalmente se penaliza, a veces gravemente. De esto habló hace unos años (para mi gran sorpresa) una candidata al rectorado. Y, seguramente, yo les ampliaré el tema.”
Ha habido, sin yo buscarla en absoluto, una tímida pero curiosa respuesta por parte de dos próceres académicos, quienes han alabado casi hasta la idolatría la actividad cultural que desarrolla actualmente la Universidad de Zaragoza. Vale, pues muy bien, ni confirmo ni desmiento, es cosa de analizar si se está desarrollando correctamente la función universitaria en este campo. Pero no, yo no hablé de eso, hablé de creatividad, que no es lo mismo que gestión cultural, ni parecido. La gestión cultural puede ser magnífica, pero cuando se vuelve reiterativa y poco innovadora llega a recordar a las instituciones educativas y culturales de las naciones cuando se asoman a su decadencia: repetición de eventos y ausencia de generación de producción creativa nueva y original.
El 23 de marzo Joan Subirats (sí, ese) estuvo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde ha participado en eventos ya anteriormente, ahora concretamente en el Foro: Universidad y Cultura. Quien fue responsable del área de cultura del Ayuntamiento de Barcelona entre 2018 y 2019, y desde 2019 a 2021 ocupó la Tenencia de Alcaldía de Cultura, Educación, Ciencia y Comunidad en el mismo ayuntamiento, interviene periódicamente en esa institución. Según el diario La Vanguardia, respecto a este acontecimiento: “La necesidad de promover la cultura desde la universidad se ha infiltrado en el articulado de la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), recién aprobada. El ministerio de Joan Subirats organizó el jueves una jornada de trabajo sobre la cuestión, junto con el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Se conocieron algunas valiosas iniciativas para inocular el virus de la cultura entre el alumnado y se constató la urgencia de relanzar las humanidades para hacer frente a los excesos de las nuevas tecnologías.”
En el preámbulo de la LOSU se habla de la apertura de nuevas perspectivas a la creatividad, afirmando que la comunidad universitaria ha constituido a través de la historia un espacio de libertad intelectual, de espíritu crítico, de tolerancia, de diálogo, de debate, de afirmación de valores éticos y humanistas, de aprendizaje del respeto al medio ambiente y de preservación y creación cultural, abierto a la diversidad de expresiones del espíritu humano. Y en el artículo 66 se dice expresamente que deberá dotarse de la adecuada financiación presupuestaria a los planes de movilidad para el refuerzo de los conocimientos científicos, tecnológicos, humanísticos, artísticos, culturales, lingüísticos, la creatividad y el desarrollo profesional del personal docente e investigador. En el texto de la LOSU, se mencionan hasta 47 veces las palabras “cultura”, “cultural” o “culturales”.
Dicho lo cual, insisto en mi diferenciación anterior, no es lo mismo creatividad que gestión cultural, y afirmo que entre mis alumnos, que son de Historia, hay un número elevado que demuestran ser capaces de hacer análisis y propuestas creativas y simultáneamente constructivas.
O dicho de otra forma: que nooo, que no es lo mismo programar que generar, y estoy deseando que se note de forma práctica la aplicación de esta ley en ese asunto. Veremos. Y de otras cosas también hablaremos, con conocimiento de causa y sólida documentación probatoria: renovarse o morir.