Por Gloria Cohen
Para quienes no estén familiarizados con el “bullying”, es el término inglés que hace referencia al acoso escolar u hostigamiento escolar, es decir cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares en forma reiterada a lo largo del tiempo.
El hostigamiento entre escolares no es algo nuevo pero, es el psicólogo escandinavo Dan Olweus el primer estudioso del tema desde los años 70, quien intensifica sus investigaciones a partir de 1983 a raíz del suicidio de tres jóvenes en Noruega.
Los mecanismos de maltrato son diversos, pero con mucha frecuencia el niño o niña que acosa a otro compañero suele estar rodeado de una banda o grupo de pares que se suman al comportamiento de hostigamiento contra la víctima. Ello es debido a la falta de una autoridad exterior (por ejemplo, un profesor, un familiar) que imponga límites a este tipo de conductas, proyectando el acosador principal una imagen de líder.
El bullying hace tiempo que es conocido en la Argentina: a mediados de abril los reportes de la ONG Bullying Sin Fronteras reportaron un aumento del 45 % respecto al 2013.
Pero, la peor noticia se conoció a fines de abril: en la ciudad bonaerense de Junín – a 260 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires- Naira, una adolescente de 17 años, murió a raíz de una golpiza sufrida a la salida de su escuela.
La agresión que sufrió Naira fue tan brutal, que incluyó patadas en el cuerpo y en la cabeza, estrellada también en forma repetida contra un paredón, al regresar a su casa Naira se acostó y no volvió a levantarse; falleció cuatro días después a raíz de un coágulo cerebral. Al parecer, la agresión estaba dirigida a otra compañera, por el motivo de “vestirse bien”; en la golpiza participaron mujeres adultas, que podrían llegar a recibir prisión perpetua.
Nada explica tanta violencia, ni devuelve la vida de esta joven.
A partir de esta triste noticia, los medios de comunicación multiplicaron las noticias sobre actos de agresión entre escolares en diversos lugares de Argentina, casos que sin llegar a ser mortales dejan huellas físicas o psíquicas en las víctimas.
Así como a fines de marzo, se multiplicaron las noticias de transeúntes que intentaban linchar a delincuentes, en estos días proliferan las noticias sobre bullying y se intenta encontrar una explicación sociológica o política a este fenómeno.
Quizás haya que buscar una explicación a la excesiva violencia en Argentina, algo común en los intentos de linchamiento, la delincuencia y el bullying.
