Por Gloria Cohen
Sin duda ya conocéis a nuestro Presidente Javier Milei, conocido en el mundo por su acérrima oposición al comunismo, socialismo y colectivismo.
Hubo mucha polémica por su visita a España entre el 17 y el 19 de mayo, donde disertó en la cumbre del VOX y fue ovacionado; los “dimes y diretes” entre él y el gobierno de Pedro Sánchez terminaron con el retiro de la Embajadora española en Buenos Aires. A fines de mayo viajó por cuarta vez a EEUU desde que es Presidente: en el Silicon Valley se reunió con el CEO de META -Mark Zuckerberg- con el de APPLE – Tim Cook-, y empresarios del mundo expertos en Inteligencia Artificial –IA- e informática. Desde allí fue a El Salvador donde estuvo el 1o de junio, acompañado por su hermana Karina, para la asunción de Nayib Bukele en su segundo mandato presidencial.
Con tantas giras internacionales, se erigió como una figura de renombre, y llegó a la portada de la prestigiosa revista Time, que lo describe como “el jefe de Estado más excéntrico del mundo”… “ninguno de sus homólogos es como Milei, con su temperamento volcánico, su porte de científico loco y su vena mesiánica”… “y ninguno de ellos lidera una nación como Argentina, una potencia regional rica en recursos, con décadas de mala gestión política e inestabilidad económica”.
La portada de Time lo nombra como “The radical”, pero este término no guarda relación con el Partido Radical, un movimiento político argentino más que centenario (su fundación se remonta a fines del Siglo XIX), enfrentado al Peronismo durante el la segunda mitad del Siglo XX y cuyo referente más conocido fue Raúl Alfonsín. En la actualidad, lo que otrora fueron los partidos tradicionales -Peronismo y Radicalismo-, se encuentran desmembrados y fragmentados.
Time señala que la Argentina es un “caso de prueba”; una lectura más completa de su texto es interesante, pero para no relatar lo ya contado por otros, van links de distintos medios argentinos:
Volviendo al panorama doméstico, uno de los hechos es que a seis meses de iniciado su mandato Milei todavía no tiene “su ley”, haciendo referencia a la denominada “Ley Bases”. Cabe recordar que a fin de diciembre, el Presidente envió al Congreso Nacional un proyecto de 664 artículos y 351 páginas que abarcaba amplias temáticas, y los Diputados y sus colaboradores tuvieron que emprender un trabajo frenético durante enero, mes de pleno receso estival, para analizar su texto y que finalmente fue retirada por el propio Presidente al ver que el articulado y sus incisos no se aprobaban. A fines de abril, Milei volvió a la carga y presentó un proyecto más reducido con 232 artículos, que luego de arduas negociaciones, se aprobó con modificaciones en Diputados y ahora está siendo modificada por el Senado por lo que deberá volver a la Cámara de origen.
Es que a pesar de la enorme cantidad de votos que tuvo el Presidente en la segunda vuelta, su representación parlamentaria es pobre, entonces tiene que negociar con la “oposición dialoguista” para poder aprobar con modificaciones un proyecto de ley tan extenso, que requiere de análisis y debate para consensuar las distintas visiones de cada tema.
Otro detalle es que los Senadores fueron muy rápidos para actualizar sus propios sueldos; en cambio, “los trabajadores de a pie” y peor aún los “jubilados” o “retirados”, vieron licuados sus haberes por la elevadísima inflación de los últimos meses.
Milei tuvo que dar estas concesiones a “la casta política”, aunque le cayó muy mal la actitud de los Senadores, cuando sus promesas durante la campaña electoral fueron que el ajuste sería pagado por “la casta” y no por la población en su conjunto.
A pesar del durísimo ajuste que está viviendo la población, Milei casi no perdió el fervor de sus votantes. En junio llegaron nuevos aumentos en los costes de vida: menos subsidios a la electricidad y al gas, subas en combustibles y en el valor del boleto de subterráneo de Buenos Aires, aclaro porque es la única ciudad argentina que tiene Metro. La “grieta” a favor y en contra de Milei se mete en muchos resquicios de la vida cotidiana.
Llega a meterse también con el hambre de los pobres, estimados en la mitad de la población. El tema comenzó con la noticia de la existencia de “comedores fantasma”, lo que significa que los alimentos comprados por el gobierno anterior no habrían llegado a destino porque al parecer muchos de los comedores que alimentaban a la población vulnerable no existían. Pocos días después se confirmó en forma oficial la existencia de alimentos almacenados en galpones que estarían vencidos o próximos a vencer y no fueron repartidos por la actual gestión en su afán por evitar todo tipo de colectivismo. Sin duda se trata de un tema muy delicado y angustiante.
También faltó el gas natural comprimido (GNC), a pesar que Argentina cuenta con reservas gasíferas muy importantes, pero en el afán del Presidente Milei por paralizar la obra pública para que el Estado no incurra en gastos, faltó completar la infraestructura para aprovechar las reservas propias y dado que el frío se adelantó en mayo -éste fue uno de los más fríos de la historia-, tuvimos que ser salvados por el Presidente de Brasil, a quien Milei había criticado duramente antes, que nos vendió el gas a un precio bastante elevado.
En la gestión de Milei siempre hay sorpresas, debate y opiniones contrapuestas, como cuando presentó su último libro y cantó y bailó en el Luna Park vitoreado por una multitud o, con la celebración del 25 de Mayo en el Cabildo de Córdoba, cuando el Primer Gobierno Patrio ocurrió en el Cabildo de Buenos Aires.
La grieta se profundiza tanto dentro y fuera del país y Milei ya se ha convertido quizás en el principal líder internacional para librar la “batalla cultural” contra el comunismo, socialismo, colectivismo o cualquiera de sus versiones y donde sea que estén en este Mundo y en el Universo.
