Por Agustín Gavín
En la pasada edición del Pollo Urbano, hablábamos de lo controvertidos y muchas veces injustos que son los muros que menudean en el planeta.
Agustín Gavin
Corresponsal Internacional del Pollo Urbano y Presidente de www.arapaz.org
Algunos han sido alimentados antes de construirse de resoluciones sancionadoras como son las económicas acompañadas de bloqueos por tierra mar y aire de armas, de alimentos de primera necesidad incluso de medicamentos. Dichas resoluciones son y han sido evaluadas, cuantificadas y decididas por actores que controlan o intentan controlar el planeta. Unas veces Naciones Unidas y otras obedeciendo a la política exterior países como la Unión Europea, Rusia, China etc. y sobre todo EE. UU.
Estas actuaciones forzadas por la aparición de conflictos bélicos o su amenaza, incluso la valoración negativa de presupuestos políticos democráticos, en muchos países produce efectos catastróficos entre la población civil. En otros, los menos, apenas hacen cosquillas a su economía.
Por ejemplo, en las últimas Guerras Balcánicas del siglo pasado, después del bloqueo de lo que quedaba de Yugoslavia: Serbia y Montenegro, Milosevic, el sátrapa de turno utilizaba el bloqueo impuesto por parte de la comunidad internacional en su beneficio. Los medios de comunicación, controlados por su aparato político heredado del comunismo, fueron la clave para apuntalar su liderazgo.
Europa con Alemania al frente eran los responsables de la falta de vacunas para la infancia, de los vientres inflamados de los niños por la falta de alimentos en condiciones, de la carestía de la vida, de intoxicaciones por comer comida caducada o pienso para los animales del zoo de Belgrado que llegaron a producir muertes y de la aparición de mafias colocando en el mercado negro productos de contrabando. La televisión pasaba una y otra vez imágenes de la invasión nazi de la Segunda Guerra Mundial equiparando dos situaciones históricas con más de 50 años de diferencia que calaron en la sociedad civil calentando aún más el ultranacionalismo.
En un breve proceso, pero bien planificado, la Yugoslavia de Milosevic utilizó los despojos del comunismo para crear la ilusión de un gran estado. En pocos meses, el programa máximo de esos restos se mutó para recuperar el origen de la gran patria serbia. Desempolvaron la historia hasta el comienzo de la ocupación otomana tras la batalla de las Lilas de 1389. La Covadonga serbia, sus orígenes estaban en los monasterios ortodoxos de Kosovo donde se perdió la batalla y había que asegurar el control geográfico de sus orígenes históricos. Milosevic aprovechó la perdida de territorio serbio en la frontera con Croacia y trasladó a Kosovo las milicias radicales recién expulsadas de sus hogares desencadenando una cruel limpieza étnica de albano-kosovares paralizada poco después con la intervención de la OTAN en 1999.
El bloqueo a Cuba, desde hace más de sesenta años y su prolongación en la ley Helms -Burton para sancionar a los países que se lo intentaran saltar, no ha funcionado. No ha acabado con el estatalismo castrista, más bien lo ha reforzado, mientras la población está rozando el estado de necesidad. Como en todos los regímenes totalitarios, las castas dominantes utilizan las sanciones y los embargos para mantenerse en el poder responsabilizando de la asfixia económica a los promotores de las sanciones. No solamente eso, sino que la falta de productos de primera necesidad ha aumentado el descontento de la población con protestas en las calles y la consiguiente respuesta del aparato represivo del estado. En el anterior ejemplo fueron resoluciones de Naciones Unidas y de la CE, en este el problema es la cercanía de EE. UU., pero en ambos los sufridores seguro que no son las élites.
Las sanciones a Rusia por parte de muchos actores hasta el momento no solamente no han conseguido paralizar la guerra, ni siquiera han forzado alguna mesa de negociación. En las películas, los malos suelen ser incompetentes pero en las guerras suelen tener planes B, C,D….. Rusia tiene recursos suficientes con ayudas de China, Corea del Norte y otros países para soportar el posible desequilibrio de la balanza de pagos.
Y así, después de miles de muertos, destrucción y la amenaza de implementar el riesgo de guerra mundial, Putin tiene el respaldo de la amplia mayoría de sus súbditos como se demostró en las últimas elecciones, las guerras siempre dan votos a los que las empiezan y ocultan la realidad interna. Por no decir que el efecto rebote de las sanciones está afectando a los países promotores uno de ellos España.
Las históricas sanciones a Irán vuelven a estar de moda con el penúltimo episodio con Israel. A Las últimas impulsadas por EE. UU. y apoyadas, según el diario el País, en primer lugar, por el Reino Unido y luego por la Comunidad Europea las han adjetivado como castigo. Dieciséis individuos y dos entidades relacionadas con la fabricación de los drones Shahed que se utilizaron en el pseudo ataque a Israel por parte de la guardia Revolucionaria de los Ayatolas son los grandes castigados por enviarlos. Parece que se hubiera pactado que el “simbólico castigo” fuera proporcional al mínimo daño causado. Todo el mundo sabe, incluido Netanyahu que con el bombardeo del consulado de Irán en Siria se pretendía extender la guerra en Oriente Medio y poner sobre la mesa esa posibilidad como presión a su valedor fundamental EE. UU. para invadir también Rafah en la frontera de Palestina y Egipto donde se hacinan más de un millón y medio de seres.
La ansiada reforma de la ONU, con la desaparición del derecho a veto en el Consejo de Seguridad se va a quedar como utópica. Al menos, se podrían encauzar sistemas de diplomacia de prevención de conflictos y usar las mesas de negociación hasta el infinito. Se trataría de abandonar definitivamente la diplomacia agresiva nacida en los intereses nacionales y pensar más en la seguridad del planeta y aparcar los conflictos bélicos regionales
