Internacional: No habrá paz sin justicia


Por Agustín Gavin

    A primeros de abril y como consecuencia de la matanza de cooperantes de la ONG World Central Kitchen, fundada por el chef José Andrés, fuimos invitados a un programa de Radio Aragón para hablar del conflicto en Gaza.

    Las primeras preguntas iban relacionadas con la seguridad de los cooperantes en zonas de guerra, si se conocían otros casos parecidos en otros conflictos, la posible extensión en el levante y pronto se llegó a la pregunta clave, se ve alguna posibilidad del final de esta barbarie o al menos un alto el fuego para dar asistencia humanitaria.

    Salió en la conversación una situación de finales del siglo pasado, los acuerdos de Dayton. En una base militar de Ohio en EEUU, la administración Clinton convocó a los presidentes de los tres países en guerra en lo que había sido la Yugoslavia de Tito. Acudieron Tudjman por Croacia, Milosevic por lo que quedaba de Yugoslavia, Serbia y Montenegro, e Izetbegovic por Bosnia y Herzegovina. Esto era en 1995 y en 1996 había elecciones en EEUU y Clinton quería acceder a su segundo mandato. El partido demócrata había detectado una sensibilidad en todo el país a favor de la finalización de la guerra, eso era lo que las encuestas indicaban. En dicha reunión se habló de fórmulas para la nueva ordenación territorial, la devolución o permuta de propiedades de los expulsados de sus casas, algunos dicen que se puso sobre la mesa los crímenes de guerra al mismo tiempo que la posibilidad de entrar a mediano plazo, una vez fijadas las fronteras, en la CCEE. Pero lo más urgente que puede no siempre coincidir con lo más lo más importante se consiguió y es que se llegó a un alto el fuego y el asedio de Sarajevo que duraba desde 1992 se paralizó. Allí habían muerto ya 12000 personas, las tres cuartas partes civiles, había funcionado la táctica del palo y la zanahoria. Una reflexión simplista pero real es, la cantidad de muertos y destrucción que se hubiese ahorrado Europa si las elecciones en EEUU hubiesen sido antes.

   El entrevistador comentó que en noviembre de este año hay elecciones en EEUU. A ver si hay suerte, a ver si se produce alguna analogía histórica. Bien es cierto que desde el asalto al convoy de la ong la administración Biden empezó a cuestionarse el inicial apoyo sin fisuras a Netanyahu.

    Durante este tiempo Biden ha apoyado a mediadores para intentar un alto el fuego y al mismo tiempo ha liberado fondos para mandar más armas a Israel. Por otro lado, la diplomacia norteamericana curiosamente se ha puesto de perfil con la decisión de los tres países europeos que de momento han reconocido al estado de Palestina, se esperan hasta once de la CCEE en próximas fechas. Los fracasos de las conferencias de paz de Madrid en 1991 y Oslo de 1993 han debido de tener algo que ver a la hora de tomar esas decisiones rápidas y drásticas. Es inevitable que la solución final pase por la coexistencia en la región de dos estados sin vencedores ni vencidos. Pero faltara algo que ya proponíamos en estas páginas hace meses, la guinda del pastel, la exigencia de responsabilidades por crímenes de guerra por parte de las organizaciones penales internacionales, tal como se ha hecho en otras ocasiones, a los actores del despropósito bélico.

Carla del Ponte en su libro “La caza, yo y los criminales de guerra” sentencia No puede haber paz sin justicia. Ella estuvo al frente del tribunal Penal Internacional de la Haya, había comenzado su trabajo de juez en Suiza investigando los fondos de la mafia en los bancos suizos junto a su homólogo italiano el juez Giovanni Falconi, posteriormente asesinado con una bomba en una autopista italiana junto a su pareja y escoltas.

   Del Ponte en la Haya consiguió juzgar y encarcelar a responsables de matanzas y genocidios de las guerras balcánicas que empezaron en 1992. Investigó el polémico asunto de tráfico de órganos de prisioneros serbios por parte del Ejército de Liberación de Kosovo para comprar armas y procesó al entonces presidente kosovar recién autodeclarada la independencia. Le cambiaron el destino y estuvo tres años de embajadora de Suiza en Argentina con grandes medidas de seguridad. Antes de jubilarse denunció la utilización de armas químicas en Siria, pero no le hicieron caso y abandonó la comisión de investigación a la que pertenecía.  Esto puede aventurar lo que puede pasar después de la decisión del Tribunal Penal Internacional en el levante.

    Y es que ni Estados Unidos ni varios países más, aun reconociendo la existencia del tribunal, no han ratificado su adhesión, entre otros Corea del Norte, Cuba, El Salvador, Nicaragua, Filipinas etc.

   Todo ello nos lleva a pensar a que el actual fiscal desde el 2021, Karim Khan, inglés de origen pakistaní y experto en Derecho Internacional, lo va a tener complicado para llevar a Juicio a Netanyahu, a su ministro de defensa y a tres dirigentes de Hamas, eso sí la orden de detención está en macha, como en su momento le cursaron a Putin.

Para finalizar este trabajo dos reflexiones:

    La primera es la dificultad de mover fronteras en la región y llevarlas hasta Jerusalén. Netanyahu dijo hace años y lo mantiene que crear un estado Palestino significa destruir el de Israel y esta opinión visceral la comparten la gran mayoría de ciudadanos que viven allí aunque ya sabemos que en cualquier momento podría entrar en la cárcel por delitos monetarios y es contestado por un montón de conciudadanos también por el tema de los rehenes. La guerra de momento le ha salvado el trasero.

     La segunda, y como consecuencia de la primera, es difícil que ni Netanyahu ni su ministro de defensa artífice material del genocidio sean entregados a un tribunal desde Tel Aviv o Jerusalén. A Milósevic, a Karazchic y al carnicero de Sebrenica, general Mladic, juzgados y condenados en La Haya por genocidio, fueron sacados de su país por una combinación de los servicios secretos serbios, la CIA , el M16 y  los últimos dirigentes políticos que habían ganado las elecciones en Serbia. Esto en Israel es sencillamente imposible. Por muchos países que reconozcan el estado palestino, la solución no se ve por ningún lado y como dice Clara Del Ponte, NO HABRA PAZ SIN JUSTICIA.

*Nota de última hora: Después de redactar y enviar este artículo se ha producido una propuesta de paz por parte de EEUU para Gaza como se especula más arriba.

Artículos relacionados :