Italia: «Lombardías»


Por José Joaquín Beeme
Corresponsal del Pollo Urbano en Italia
http://latorredegliarabeschi.googlepages.com

La Megalópolis de Herbert Pagani hablaba del hundimiento medioambiental de Europa. Un crecimiento omnímodo que se devora a sí mismo y se agota por implosión.

Su canción Lombardía (1965), versión de El llano país de Jacques Brel, poetizaba una región (y, sobre todo, su capital) entonces quizá esperanzada, pero que va camino de convertirse en esa polis descomunal, dispersa e inmanejable, una conurbación total sin centro ni forma, monstruosa, laberíntica. Pruebo a traducirla al castellano:

Aquí el arpa de la lluvia sonará durante meses
y descenderá una niebla infinita, verás,
que cubrirá todo en torno a nosotros
y anegará tu corazón aunque no quieras.
Porque en otoño llueve aquí sin parar.
Si vienes al norte conmigo, ya verás, 
te acostumbrarás a Lombardía, mi casa.

Verás la catedral, que parece una montaña
con mil agujas blancas bañadas por la luna
y diablos de piedra que escupen a las estrellas
y arañan el cielo con gesto de solterona:
hace siglos que hacen las mismas muecas.
Si vienes al norte conmigo, ya verás,
te acostumbrarás a Lombardía, mi casa.

Aquí el cielo es tan gris que parece desplomarse;
tan bajo, que te enseña humildad.
Tan gris es, que el Naviglio en él se ahogará
y tan bajo, que el Naviglio ya no está.
El viento aquí invita a funeral, ¿sabes?
Si vienes al norte conmigo, ya verás,
te acostumbrarás a Lombardía, mi casa.

Pero cuando del fango nazca la primera flor
y cante el chopo entre las chimeneas,
comprenderás que en noviembre tendremos que pagar
lo que mayo promete y junio puede darnos.
Entre rascacielos y tranvías estallará el verano.
Si vienes al norte conmigo, ya verás,
te gustará Lombardía, que es mi casa.

Una casa húmeda, sí, hasta de una neblinosa fascinación industrial… Pudo ser. Gentes como Pagani esperaban en un resurgir del hombre de entre sus ruinas: eran los sesenta. Ahora Lombardía yace acotada, lotificada, encementada, carreterizada, su naturaleza reducida a jardín o sotillo perfectamente recortados. E infiltrada de ‘ndrangheta en cúpulas empresariales y políticas del Varesotto, Bérgamo y otras de sus provincias. Lo cuenta el documental Ammazzare stanca [Asesinar cansa], de Marco Tagliabue (2012), a partir del testimonio homónimo de un mafioso arrepentido, el calabrés Antonio Zagari, que en 1995 desveló en un tribunal-búnker, especialmente constituido en los hangares de la Aermacchi de Varese, los entresijos de dos décadas de homicidios, robos, secuestros y extorsiones.

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